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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

MIS ODAS( 22 )

CALEIDOSCOPIO

CALEIDOSCOPIO

Veo a mi hijo

girar su caleidoscopio

Esa pequeña esfera

tornasolada

Esa mina de inagotable veta

de estrellas

Un babel de luceros

se estarán engarzando

Rompiendo

flores de luciérnaga

en labios de cristal

Navegando

en un mar girasol

de olas de espuma de bengalas

de guiños de ocelos

de parpadeos

de alas de mariposa

Y en cada vuelta

todo por descubrir

Nunca el mismo dibujo

Nunca dos iguales

Y no tiene el tiempo

tiempo

para ver toda la belleza

la magia

de tanto tornasol

inacabable

 

¡Mira mira éste!

Y ya hay otro

Almunia de colores

Limos de zafiros con topacios

y perlas y amatistas

con rubíes y diamantes

eternamente cambiando

 

Veo a mi hijo

como un pedacito de ese vitral

en ese pozo de la existencia

dulce álabe cayendo

conmigo…

 

¡Mira  mira…!

 

Y desapareciendo

para siempre

                       ©Rubén Lapuente

 

Nunca hay dos figuras iguales y no nos bastaría con todo el tiempo trascurrido desde el origen del Universo para verle todos los dibujos, tendríamos hoy que seguir girando ese pozo de mágicas estrellas de fantasía infinita que es un sencillo caleidoscopio

A SUS PIES CANSADOS

A SUS PIES CANSADOS

Vino de la calle

cansada

muy cansada

renunciando casi a moverse

Despacio

muy despacio

la descalcé

como si le quitara

la venda

de una herida

aún

abierta

      

Sus pies breves

racimos de uva rubia

eran dos alas

vencidas

Dos panecillos

de sudor

de su frente

Dos peces

aleteando

en un charco

de la acera

 

Juntos

los tensaba

Me los ofrecía

como la última

manzana

de la rama

Como una quemadura

de la vida

Pies

de mujer Nazareno

que tomé

como si yo fuera  

aquella María

la de la libra del perfume

de nardo puro

y toalla

de guedejas

 

Mientras

su mano

sobre mi cabeza inclinada

me revolvía

el pelo

en las plantas de sus pies

la yema

de mis pulgares

le encontraba

en cada

curvada

friega

la sombra

de la tarde

sobre su higuera

 

Los acaricié tanto

que temí

se me quebraran

o que no quisieran

o no pudieran

ya dormidos

despertarse

con ella

                     ©Rubén Lapuente

BOLÍGRAFO SOLIDARIO

BOLÍGRAFO SOLIDARIO

He comprado un bolígrafo

solidario

por cinco euros

Lo llevo encima

y algo nuevo vivo

me roza

Lo dejo asomarse

por el embozo del bolsillo

de mi guerrera

y es un faro

que barre con su luz

de pobreza

nuestra ceguera

 

En el espejo de su tinta veo

la intocable sagrada

niñez rota

A ese niño

que patea una lata

o la niña negra

con pelo de oveja

que caza de la brisa

vagidos

que dulcemente

acuna

Y que soy yo

quién pone ruedas

de tren

o de bólido

o cuero a esas barreduras

o muñeca

de carne de trapo

al vacío regazo ahumado

de la niña

Y es que la infancia

es una rueda

loca

girando

de un coche patas arriba

Un balón cosido a patadas

La muñeca

enseñando agotada

el corazón

de borra

 

En el espejo de su tinta

veo  la ilusión

de quien enseña

el blanquísimo

sinfín

de los dientes

en la sonrisa de una boca

           ay  

¿hasta cuándo desahuciada

de mañanas?

 

 Por cinco euro

¿No he hecho una buena compra?

                                    ©Rubén Lapuente

 

Un juguete una ilusión

SANDALIAS

SANDALIAS

Leve

Espartana

Dulce

Sonrisa del pie

Bajo los visos de la colcha

como una fresca

sombra mira

Espera como los trinos el alba

Y de trabilla

que así

se abraza al pie

enfermo

de galeras

y guaridas

 

Ojiva mirada

Lázaro de estío

De uñas ariscas

como astas

a estas diez sonrisas

de gajos

de luna rosa

que asoman

 

Como rueda

de carreta

de los caminos

saca acordes de las guijas

¿Pisa o besa los tréboles?

Me trae siega de tierra

Y empeine

Y dedos

Y planta

Su aliño de dulzura

Oh manjar de mantel

de caricias de pie desnudo

bajo la mesa!

 

Mis dos alas negras

como rotas

que a ras vuelan

llevando lo que quiso ser

desde niño

mariposa o manzana

                              ©Rubén Lapuente

      al pie desde su niño

     Foto: mis sandalias

EL BIOMBO

EL BIOMBO

Nos hemos comprado

un biombo:

El último cerrojo

de nuestro dormitorio

Y le ha dado

un aire

como de suite de saloon del oeste

desvergonzado

 

En una de sus hojas

descansan

mis pantalones

Vivaquea

de una esquina

mi camisa

Si fuera un cowboy

colgaría también

el sombrero de ala ancha

las botas con espuelas con estrellas

y  la cartuchera

con la culata

plateada

de mi revólver

asomándose

como una víbora

 

Luego entra ella

por un lado y

ale hop

planta

su sostén en el medio

como si luego fuera a enjabonarse

en una

de esas bañeras

con patas

de garras de bronce

de leona

Tiene allí en lo alto

algo de triángulo

celestial

Una prenda

que si le oigo su pequeña tralla

me evoca

dos proas por la casa

dos lebreles sin bozal

dos turgencias…

oh “La gauche divine  et á droite aussi…”   

que si duermes 

toda la noche

sobre ellas

olvidas

los sueños

amaneces

sin

memoria

 

 Luego cuelga la falda y

ale hop

aparece

por el otro lado

la misma

pero oh

qué distinta

 

Viendo todo eso

en tu cumbre

biombo

Sólo nos queda

apagar los móviles…

Y encima

con

tarde

de

lluvia!

                      ©Rubén Lapuente

                      (El Rasillo de Cameros)

 

Foto: mi biombo

AL OLOR DEL CAFÉ

AL OLOR DEL CAFÉ

Cada mañana

antes de entrar

en el agua

pongo al fuego la vieja cafetera

de aluminio

Y yo no sé

de dónde saca tanto olor

que me coge

allende el espejo

silbando

ya

al son

de su bufido

 

¿De dónde vienes

tan íntimo

como un beso

aroma?

¿De pisar en el lagar la negra noche?

¿De orear

las sábanas mojadas

de pubis trigueños  

vienes?

¿Del otoño en las hayas?

¿De los ojos azabache de Teresa?

¿Es verdad que el ocaso

se va a dormir

como Marilyn

con una gota

de tu esencia

marrón canela la llamamos?

 

 Me hueles

a aquella barca

en el embalse

con la bancada rota

A madre en el balcón

soplándose los besos

¿No era aire tostado

de la cocina?

A una tarde

de lluvia

girando lenta del asa la taza

esperando

el desamor

 

Cualquier día

en cualquier terraza

la vida

se sentará a mi lado

coincidirá conmigo

¿Y quedará algo más

que una embriagadora

brisa morena?

     

Cuando me siento

a la mesa

disfruto

viéndola beberse ese negro cuerpo

que le pongo al fuego

cada mañana

mientras

éste lirico tonto de quimeras

se desayuna

una dulce

y triste manzana

-costumbres-

ah  pero con aroma

de café

                   ©Rubén Lapuente

LOBOS

LOBOS

Siempre lo parirá la sierra

con esa lejana mirada de aviso

de amarga miel

Ha regresado a su refugio de estrellas

con el eterno pecado

de aparecerse

en la garganta de una oveja

¿Cabe esperar otra cosa

de un animal carnicero?

 

¿Quién pone el grito en el cielo?

¿En tu casa dormiría el jilguero

en el cubil del gato?

Ah!  Que los rediles son de viento

Ah!  Que el negocio no da para un pastor

¿Me dices que en aras del beneficio

habría que acabar con el lobo?

 

Viene con  la misericordia

de un decreto sobre sus lomos

que le vuelva a recortar

en el ocaso su silueta

¡Por cuántos caminos le iban dejando

una dulce carnada de muerte!

¡Qué camarillas de bar! ¡Qué estrago hicieron!

Y es que sólo mata por matar el hombre:

El peor animal sobre la tierra

 

 Venía de amamantar un imperio

Y Perraut

Los hermanos Grimm

le hicieron un flaco favor feroz

Y otro lo iba paseando

de sanguinario licántropo

 

¿Sabes que ama a su hembra hasta la muerte?

¿Que son fuertes  nobles  inteligentes?

¿Que su manada es una escuela de vida?

Ya quisiéramos tener los valores del lobo

 

Cuando te pidan tus niños

que les leas un cuento

donde diga  lobo feroz

o que viene el lobo

¿Por qué no te atreves  a cambiarlo?

¿Que tal sonaría  político corrupto

o ruin banquero?

 

Deja al lobo

-le da igual si no hay luna llena-

aullando en la noche

su pureza

               ©Rubén Lapuente

Foto  la mirada del lobo de Miguel A. Domínguez

El lobo como todo animal salvaje tiene el derecho de existir en su estado natural. Este derecho no depende de su utilidad para el Hombre, y deriva del que tienen todos los seres vivos a coexistir con él como parte integrante de los sistemas ecológicos

Ha vuelto el lobo a la sierra riojana, desmitificarlo como animal sanguinario con la leyenda negra y falsa que aún subsiste es una tarea difícil de ganar

ODA A MI GLICINIA

ODA A MI GLICINIA

Ahora la llamo

la niña de mis ojos

Pero

¡Qué de primaveras yermas me dio!

“¿Otro mayo sin florecer?

¿Es que no te encuentra

esta tierra tu acuarela?

¿Ni el temblor de un aroma

gatea por tu savia?

¡Maldita suerte!” - le decía

 

La mimé tanto

para el frío en el invierno

que acolché su jergón

con la melancolía

de sus hojas

de otoño

muertas

 

Y esa estampa

en la pared

Radiografía

de su sueño dormido

la podé

como aguzaría

 un orfebre

el amanecer del diamante

      

Y fue

de vuelta yo de un viaje

Como en un olvido

Cuando la vi preciosa

al fin

recostada

en el lecho de piedra de mi casa

ofreciendo  

sus racimos de flores

como una piel de mujer

meciendo sensual

esa vulva de pétalos

a la codicia

de todo un valle

 

Yo no sabía

impaciente de mí

que para

sobrevivir

necesitaba tiempo para hacerse

tan hermosa

Y hasta hay veces

ahora

que la llamo “bella ramera”

cuando la liba un enjambre de abejas

a la vez

 

Y tengo el olor

de su voz malva

Y oigo ese viejo e íntimo rumor

que la abre

que boga fugitivo

en Todo

que me saca de mi encierro

¿eterno?

glicinia

en su reverso

                            ©Rubén Lapuente

                            El Rasillo de Cameros

        Foto: Mi glicinia