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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

SUEÑOS ( 15 )

SUEÑO DE ESTRELLAS

SUEÑO DE ESTRELLAS

Temprano

nos van a explicar.

Tú perderás la belleza

oscura

que es tu misterio

tu hechizo.

Yo mi porvenir 

que es mi enigma

mi jeroglífico.

(¿Te acuerdas de aquel

cielo de niño?)

Colocarán la pieza última

de mi rompecabezas.

Me señalarán en un mapa

una cruz de algún error

atávico.

Me harán creer que la vida

es una guerra con el tiempo.

Hasta lo que había

antes de aquel fragor

ya no será una fábula.

Sabré de qué miedo huyes.

De qué cobardías

de qué amasijo de claridades

estoy hecho.

Me verás como ropa

tendida

sin viento.

Te veré como un manto

hermoso

gastado.

(¿Me revives aquel

sueño de estrellas?)

Temprano

me veo a mi mismo

pasajero adivinado en la ventana

mirando lo que he sido.

                                       ©Rubén Lapuente

AVARO DE LUMBRE

AVARO DE LUMBRE

Tarde, llegué a casa.

Las estrellas

florecían en la noche.

El bosque callaba

de frío.

Al entrar

ardía la leña

como si lo hiciera

dentro de mí.

Sin la premura

del tiempo

me tendí sobre la alfombra

avaro de lumbre

de olor a ramas 

rotas.

A traves de las llamas

veia el fuego

turbador

capaz de abatir un bosque

de silenciar un planeta

de poner nombres a las cenizas:

El fuego.

El astro que seré yo un día

por un instante:

enseña roja en la cresta del viento.

Arder

dando mi mejor luz

de tanto azul esperándome ...

 

Sobresaltado,

desperté

de los renglones de mi lengua de fuego

de la hoguera de mi cuerpo mártir

del breve vuelo final de mi pájaro

de ceniza.

y cuando 

con el badil

avivé mis propias ascuas soñadas

nunca me sentí

tan apremiado

por la vida.

                © Rubén Lapuente

           (El Rasillo de Cameros)

EL CUBIL DEL SUEÑO

EL CUBIL DEL SUEÑO

En el cubil de mi sueño

pulsan una luz a medianoche

Despierto adentro

temeroso de la verdad

diurna mía

a esta claridad más auténtica

 

Tres horas más de vida

atado al lecho del desvelo

viendo la sombría

fragilidad de la vida

el poso tiznado

que me aflora ahora

de los hombres

esa postura

esa silueta al trasluz

de mi mujer

desconocida

que me engulle

en su remolino de vértigo

mi mañana desmañado

en mi peor desnudo :

el del deterioro:

el anticipo que le doy de algazara

a la muerte

 

Tres horas más de vida

esperando a que el ojillo

de la persiana se abra

con la algarabía del día

que todo lo posterga

                            ©Rubén Lapuente

LA JAURÍA

LA JAURÍA

Por encima de los sueños

del roce de la vida

a la grupa de este cóndor de acero

todo se vuelve gélido

hermoso

 

Es la altura

que esplende la belleza

que suaviza las siluetas

en ese momento

de embriaguez

en el entresueño

en el que la luna

huye de las ventanas

la madrugada se insinúa

como la de la mujer rendida

que te entreabre

tenue su lecho

y la miríada de luces

se apaga abajo

atrapada en mi puño

trampero de luciérnagas

 

Me perdería ahora

con las alas puras del sueño

Creerme que sólo arriesgo la vida

¡Ser una mariposa en la mar!

 

El preludio

es el eco de un ladrido

que me abrocha el cinturón

Cuelgo los sueños

del perchero de las nubes

me aprieto el nudo de la corbata

y ensayo una sonrisa

antes de que venga a buscarme

la jauría

 

©Rubén Lapuente

 Foto de Sonia Jazmín Sánchez Orozco

  Mil palabras menos

¡AMPARO!

¡AMPARO!

¡Llámala!

¡Desde la calle!

¡Grita su nombre!

Ella está dentro de un vergel.

Siempre te oye.

 

¡Espera!

Que la voz aquí se demora

al paso de un olor.

Se equivoca de oído.

Se hechiza.

 

¡Llámala otra vez!

Estará tirando muy suave

de una raíz.

Cribando la tierra

para ese tallo perezoso.

Dejando un punto de luz

de agua en cada hebra.

 

Ayer me trajo una mano de belleza:

Una altea, unos lilos, salvia…

 

Ella doma lo verde.

Sabe lo que arraiga.

 

¡No! ¡Deja!

¡No la llames más!

Se habrá quedado dormida.

 

Un día la llamó el dolor…

 

Pero ahora, se está haciendo

rubia de luz y pura de agua:

Transparente.

 

La vida es ver crecer lo que  amamos.

 

¡Déjala que siga trepando

por la enredadera de su ensueño!

 

                 Ruben Lapuente

            (El Rasillo de Cameros)

VOLVERME COMO UN PÁJARO

VOLVERME COMO UN PÁJARO

 

 

Cerrar los ojos.

Abrirlos en la suave

maleza de mis plumas.

 

Que cada mañana

me parezca

siempre la misma.

 

Leer cada día una página

en blanco del viento,

del sol, de la lluvia.

 

Llevar  la escuela aprendida

en el torrente de mis venas.

Que todo lo que tenga

acabe en el filo

de mis alas.

 

No estar confinado.

Migrar.

Amar por instinto.

 

Mirar al hombre

como a una alimaña.

 

Ser siempre el mismo.

 

No demorar la muerte:

Caer de la rama

como a un agujero

sin fondo del sueño.

 

Morir sólo para morir.

            

               Rubén Lapuente