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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

DE CORAZONES ( 20 )

BAILE DE SOMBRAS

BAILE DE SOMBRAS

Ha sido una canción.

Su chispazo en mi sangre

me ha soltado los pies,

me los ha calzado de un suave y melodioso

vuelo de hoja muerta.

Siempre hay un recodo

que no le enseñas

que no le entregas

Y el baile te arranca de tu plácido refugio

Y te obliga

Te detalla

Te desenmascara

Y la he cogido tan dulce de la cintura…

La pequeñez del espacio

nos hace girar en el remolino

de dos miradas

de dos sonrisas

Imposible escaparse del acecho

sin tregua

de una boca, de unos ojos.

De pronto,

ahí en la pared,

en nuestras sombras

(¿el envés de la apariencia?)

cómo se siente el peso

de esta larga andadura juntos,

el cansancio también del viejo latido

del eterno amor

Si se diera cuenta ahora ella

podría hasta sumergirse

en este rio mío oculto

reflejado en el espejo

tan claro del suyo

(Oh cómo se entrega esta mujer)

por el que me cuelo

hasta donde ya no puede haber nada más  

Alargo la melodía en mi garganta

en la última vuelta

que demoro con ella…

Y al pararnos

me fijo cómo dos sombras en la pared

(¿Por qué aún extrañas?)

se amalgaman.

                  ©Rubén Lapuente Berriatúa

  mi nuevo blog http://rubenlapuente.blogspot.com/

SU ESPALDA

SU ESPALDA

 

Hoy se ha dormido

del otro lado

Madrugada de su espalda desnuda

De cada noche

que tuve su cuerpo

recuerdo uno distinto

pero no de su espalda

que detrás suyo oculta

que no la conozco

Su relieve me lo daban mis manos

que la leve luz

me desnuda ahora:

El atlas de su espalda

que sobrevuelo

siguiendo esa larga veta

como de labor de costura ciega

que por un momento

me la devuelve

muñeca de trapo hilvanada

frágil    mortal por primera vez…

E hilando cuatro lunares

ya tengo esa carreta de la aurora

atada a su rucio alegre

que cubro de zagales  de verano

de dehesa  de…

Hay ocelos de topacio naciendo

Tiene rezagadas pecas fugaces

de algún coletazo

de aquel cometa perdido

en la memoria de la noche

de su sangre…

Hasta que rubia de  luz

del trigal de mi infancia

la tengo     Y mía

Su pizarra rosada

en la que escribo estos versos

que se me borrarán

si se da la vuelta…

 

(¡Quieta…!)

Oh  Si se mueve ahora

se romperá la magia

(¡Oh  quieta  quieta…!)

Y me acerco así

casi sobre ella

cerrándole la espalda…

que no se me vuelva…

                      ©Rubén Lapuente

BESOS EN BICICLETA

BESOS EN BICICLETA

Eres joven

mientras vuelas

mientras pedaleas

 

Sentado en el sillín

de la alada bicicleta

suena por detrás

el timbre del manillar

de su corazón

y lírico

vuelves la cabeza

a los besos que te siguen 

al parpadeo del sol

en el mareo de oro de sus piernas

desnudas

 

Dos tumbadas

bicicletas

en la orilla de la alberca

junto

al rebujo de la ropa

caída

acuciada

de empellones de vida

 

Vuelves la cabeza

a los besos que te siguen

entre radios

de ruedas de luz

de tardes de besos en bicicleta

sobre la vida

que sonríe

joven

mientras pedaleas

mientras vuelas

       ©Rubén Lapuente

BLANCA MEMORIA

BLANCA MEMORIA

 

Si pierdo la memoria qué pureza (Gimferrer)

 

Qué aguja invisible blande el frío

Qué cálida fogata helada trae

Qué bello martirio de aterido cristal  

Oh esta nieve que te esconde la memoria

Que disfraza de blanco el olvido

Todo este resplandor

floreciendo

en la luz nevada

cómo me salva un momento de la vida

¡Ven! ¡Corre! ¡Corre! ¡Ven!

¡Todo es blancura!

me dices

Y dulcemente asediados

salimos a ese maretazo

de frío en las mejillas

como si a nuestra edad

otra vez naciéramos

como si nuestras huellas

de dioses en la nieve

fueran las primeras de la vida

en la tierra

Y caminando

tú misma te invitas

a buscarme en el bolsillo

de entre nuestras manos

entrelazadas

el nido de la caricia

de la ternura

del alivio en el dolor…

 

Mañana ese joven sol de marzo

se llevará esta pureza

de sueño ciego sin memoria:

el espejo de la nieve en nosotros:

su lisa belleza sin nombres

que nos resucita

                  ©Rubén Lapuente

                  (El Rasillo de Cameros)

  Foto :El Rasillo

PARADA Y FONDA

PARADA Y FONDA

 

La que te mira

desde donde siempre

dispuesta

en cualquier lecho

alegre

La que

alguna vez

algún golpe

del decoro

o alguna voz

o algún silencio

de la envidia

le entra

por las paredes

Y ni se tapa la boca

ni rasguña tu hombro

ni muerde la almohada…

La que no se azora

 

La que sabe

que si grita

si gime

sin pudor

regala una montaña

de hombría

La que por el blanco cielo

de los ojos

le ves dos lunas

húmedas

ebrias

perdiéndose

imborrables

por entre

los juncos

entre bambalinas

 

La del badajo

del corazón

que te golpea

en el miedo

de lo que sabes:

nunca será

para siempre

 

La que le pasa

tan dulce

la mano del sueño

de la noche…

Ésa  

La de parada y fonda!

             ©Rubén Lapuente

PIEL DE RONDALLA

PIEL DE RONDALLA

 

Oh secreta voz

Vergonzosa

Explícita

De aprendíz de rufián

o de dulce diablilla

Bajera

Presta

al tempo ardiente

del cuerpo

Cosida

En una noche

se entrega toda

Sale con su jácara

Con su jerga

de lupanar

de mirlo

de inocencia

Susurra al oído

rubores

Su arrobo

rasga

el sonrojo

más vivo

y sus tropelías

de mentira

abren los pliegues

del goce

a esa íntima

llaga secreta

o mudan en ariete

de piedra

lo que parecía

un tallo

de primavera

 

¡Oh rondalla bajo la piel!

¡Oh procaz voz secreta!

 

 ¡Oh noche de amor

entregada toda!

                   ©Rubén Lapuente

BESOS EN BICICLETA

BESOS EN BICICLETA

Eres joven mientras vuelas

mientras pedaleas

Sentado en el sillín

de la alada bicicleta

suena por detrás

el timbre del manillar

de su corazón

y  lírico

vuelves la cabeza

a los besos que te siguen

al parpadeo del sol

en el mareo de oro de sus piernas

desnudas

Dos tumbadas

bicicletas

en la orilla de la alberca

junto

al rebujo de la ropa

caída

acuciada

de empellones de vida

Vuelves la cabeza

a su lámina

en el frio de la ciudad

bajo los primeros copos de nieve

entre radios

de ruedas de luz

de tardes de besos en bicicleta

sobre la vida

que sonríe

joven

mientras pedaleas

mientras vuelas

                 ©Rubén Lapuente

DULZURA

DULZURA

Me viene

con pasos

de pantera cautiva

Titubeante

Como una bandada de bruma

Me dice que cree que ya no la deseo

Que la miento

Que sospecha de mí

Que me busca

huellas

de otra

hasta en la raíz de la mirada

Que mis palabras

déjame ahora no

le sientan

como pequeñas y breves

punzadas

de aguja

Que ahora se alimenta

de cuando

subía a la azotea

a que yo viera

los ocasos

en los botones

de su blusa

y del eco

del chasquido

de la estrella

fugaz

de mi

cremallera

Que nunca

salvo conmigo

tuvo ella en la mar

sábanas de olas de espuma

bordadas

por un hombre

Que eso no se olvida

Que añora

ese suelo

de jergón

de los caminos

 que el placer luego

acolchaba

 con lana

de esmeralda

de

las

mismas

piedras

Que grita de ira de abandono

De vacío de espera

Que qué quiero de ella

 

Si yo sólo quiero

le digo

que me viertas

aquella dulzura

de tu cuerpo

si era de higuera

Que gires despierta

en este carrusel de dos boletos

hasta que

suene

la sirena

Si yo sólo quería

que

vinieras

así

                        ©Rubén Lapuente