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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

ALGO MÁS QUE NATURALEZA ( 22 )

LOS PAISAJES DEL RIOJA

LOS PAISAJES DEL RIOJA

 

¿Te gustó el vino que labré grano a grano de mi viñedo?

¿Lo saboreaste como yo te dije recordando su paisaje?

Pero no sólo de aquel que viste desde el altozano al final del estío

cuando las vides desfilaban colmadas de racimos de uva

en sus pámpanos como pequeños soles de negra lumbre

el que tenía la sangre cansada de belleza

sino también del otro

el del frío invierno

cuando las desnudas cepas se retorcían

centinelas de vacíos odres que la nieve lavaba

con esa soledad y angustia  

de la que sólo pueden salir

curvados sueños de náufragas duelas de vino:

granadas añadas de rojo terciopelo

 

¿Y si lo retuviste un momento en el cuenco  de tu boca

le sumergiste este paisaje de viñedos del Rioja

como un coral rojo de vino?

¿Te acordaste?

                                               ©Rubén Lapuente

                                                  (Logroño. La Rioja)

Foto :Carlos Marín

COLIBRÍ MAYA

COLIBRÍ MAYA

Se acabó el barro

¡Y faltaba tanto por hacer!

como esa forma

que parecería

la que llevara nuestros deseos

o la que se confundiría

con la fugaz llama

que si saliera de la muerte

de a quienes hemos amado

no la entreveríamos nunca

 

Del tamaño de un pulgar

Que al sol

se le viera como

de retazos de arco iris

Con raíces en el viento

De boca en pico de lezna de zapatero

Que besara los clarines de guerra

de las enredaderas

Que bebiera de las fuentes

de licor dulce de sus cálices

 

Como una esmeralda viva

sosteniéndose

al redoble

de frenéticos abanicos en cada ala

del trapecio del sol

 

Y que pareciera  de mentira

 

Puro como un nacimiento

Bello como un mar de luces en ascuas

Que aunque vuele para libar

y libe para poder volver a volar

no sospeche

de su vasallaje a la naturaleza

en su alforja

de migajas de oro:

tejedor de vida

 

Se acabó el barro de los dioses

Y de piedra de jade perlada

le tallaron

como una flecha menuda

 

Y al soplar sobre ella

¡Oh!  Salió volando

colibrí

            ©Rubén Lapuente

 Libando en la mano

Libando en clarines de guerra

PARRA VIRGEN

PARRA VIRGEN

Con las hojas ardiendo

virgen ebria de vino

sube mi enredadera

 

Por el muro de piedra

teje

una colcha

de soles

cansados

de su melancolía

 

Y ni se detiene

ni tiembla

en noches

de siluetas de lobos

que atraviesan la luna

 

Mientras aguardo

que tome mi ventana

sueño

que se me arrolla

que se me planta

en la boca

con el primer mosto

de su racimo de carne

de hembra

Ya lejos del vértigo

De lo eterno que la empuja

¡Ay si me bastaran

las sobras

de tanto abrazo

para quererla!

 

¡Corre granada colcha de guedejas!

Aunque no tengas más  fuego

en las mejillas

¡Corre!

¡Trenza brandales de viento

hasta mi alfeizar!

Antes que el acero del otoño

te enfríe los muslos

Antes que haces de rocío

te rompan las manos

¡Corre!

¡Yo sé cómo desnudarte la belleza!

Aquí entre las sábanas

te espero

Virgen parra

¡Mi amante enredadera!

                             ©Rubén Lapuente

        Foto :Parra Virgen

       ¿Alguien sabe de hechizos para volverla mujer?

EL AZOR O EL PIRATA DEL BOSQUE

EL AZOR O EL PIRATA DEL BOSQUE

En su pinaza de plumas

navega este pirata

del bosque

sin amo

sin ley

 

Sobre la rama del haya

o la del roble

apostado junto al tronco

su discreta librea

le embosca

oculta

su sañuda mira

 

Artesano depredador

aguza la gumía de la boca

Se aprieta a sus dos zarpas

de náufrago

Engrana el raudo timón de la cola

 

Tiene la escuela de esgrima del viento

El requiebro de un viso

El volteo

de un acróbata

 

Sólo quien perfila las alas

lleva dentro la muerte

Y a ras del suelo

como una saeta por la espesura

aborda el recreo

de un feliz balandro :

le desgarra el velamen

 y le arranca

el  cálido tesoro

de la entraña

 

A la mañana siguiente

el  azor

-como nosotros-

eternamente esclavo

del estómago

izará su bandera

negra

            ©Rubén Lapuente

 

       Foto de Juan Sagardía

 

El azor o pirata del bosque, habita esta sierra  de Cameros

Caza en la espesura como un águila a cielo abierto

Tiene la estampa de un ave poeta (carnicero)

JARDINERO

JARDINERO

Es como una  mujer

que se adorna

para su cita:

Inmóvil

en ese escaparate del destino

o el que mis manos

de aprendiz de jardinero

le dieron

la acicalaron

buscando su belleza

y la mía

 

Y así he podado los ramos

de las enredaderas

por el rayar del alba

en sus yemas

de flor

Así he vestido a las calas

con su blusa abierta

enseñándome

por el escote

su vela de amor encendida

Las prímulas  las violetas  las clavelinas…

Todo está preparado

El olor

que para defenderse

se hizo fragancia

ya ha sacado billete

en el largo tren del viento

Y el color

que para sobrevivir

se hizo salvaje

ya lanza guiños

al hervidero ansioso de abejas

que caen al fondo

del cáliz

de las flores

ebrias de farolas de estambre

trayendo

llevándose

el  fecundo tesoro del polen de oro

¡Todo para perpetuarse

se ha hecho bello!

 

Al atardecer

sale ella

rociando

garabatos de agua

en cada hebra

Su rojo pantalón ceñido

Su blusa gastada

abierta

anudada bajo el pecho        

Los cabellos rubios recogidos

sobre la nuca desnuda…

Por detrás de ella me acerco

enredada aún

en hilachas

de agua

y al tomarla por la cintura

me ladea su cabeza

y pruebo

en su cuello

lo que no se explica

                    ©Rubén Lapuente

                    (El Rasillo de Cameros)

CROTOREO

CROTOREO

Por la ruta

tendida

por la memoria

del viento 

o por las estrellas

sobre

la copa de los árboles

de los tejados

de la última hermosa noche en la torre:

son las cigüeñas

que vienen del cinturón del hambre:

del largo sahel

africano:

de la escasez

 

Y como aviones

en escuadrilla

cruzan la embocadura

del mar

hacia otro planeta

 

 Muchas vienen

aquí

a buscarse la vida

Tienen

los sotos del Ebro

El río Alhama

Un vertedero cerca

Y una  tierra

a la que siguen

y limpian

tras la labor

de los aperos

Y sobre la techumbre

de la Colegiata

de San Miguel

de Alfaro

han levantado

una enorme colonia

Y la gente

esta orgullosa

de acogerlas

De soportar el ruido

del entrechocar

de sus picos:

el crotoreo

o como dicen

aquí

de oírlas majar los ajos

Y hasta la misma campana de bronce

 se ha herido la voz

 

Desde el mirador de las cigüeñas

las contemplo

sordas a la llamada

de los tambores de África

Ya no migran

Su alado cayuco  

vara feliz

entre las olas

de las tejas

                       ©Rubén Lapuente

                                                                  

Foto : colonia de cigüeñas en la Iglesia San Miguel de Alfaro

Más de cien nidos hace que al caer la tarde

aparezcan desde todas las direcciones

y sobre el cúmulo de ramas descienden

con  precisión de acróbata: Inolvidable.

 

Crotorar de la cigüeña en Alfaro(La Rioja)

LA VENDIMIA

LA VENDIMIA

¿De dónde mana esta dulzura?

Y esta acuarela

de otoño en las vides

que me arrodilla

cómo se apresa?       

¿De qué puerto zarpa

este galeón de mosto

varado bajo las cepas?

¿Qué artesano en sombra talla

estos racimos de uva?

      

Envidio a esta naturaleza

que se asoma tan bella

tan minuciosa

sin error

¿Por qué nadie de nosotros

es dueño de la suya?

Si tiro del hilo

de mis sentimientos

de mi belleza

¿Por qué se me revela distinta

cada día?

¿Por qué me enseña

inevitable

ese fondo de mi ser

que yo no quiero?

 

Hoy es la vendimia

Llevo el milagro de mi viñedo

al pequeño lagar

Piso la uva

Hundo mis pies en cada perla negra

que estalla

Y gasto toda su belleza

como la mía

que sube ahora a mis ojos

ebria de vino de vida

 

                   ©Rubén Lapuente

                   Alberite(La Rioja)

a Marian Olarte bella como un racimo de uva

LA FLOR DE LA HIGUERA

LA FLOR DE LA HIGUERA

Lo que me duele lo hago rápido

Lo miro todo de soslayo

Y doy la temida última vuelta

de cerradura a la casa de mis padres

Yo quería salir de prisa

de ese silencio insoportable

pero sobre la tapia del patio

al volverme

se asomaba la dulzura de mi infancia

     ¡Ay!  ¡Mi higuera!

Aquella noche de San Juan

subida yo a sus ramas

Quien arrancara su flor

que nacía y moría

eterna en un instante

sería por siempre feliz

Leyenda que me creía

a pies juntillas

¡Ay!  Esa noche

en la espesura

bajo ese olor grave

asfixiante

me moría de inquietud

Y al encenderse las hogueras

se prendió la higuera

de fugaces luciérnagas

Aparecía y desaparecía

en cada brote

la oculta flor efímera

Pero no me dio tiempo

a atraparla en mi puñito de luz

¡Ay!  ¡Mi higuera!

 

Entré otra vez en la casa

Ahora si oía respirar a alguien

Y como aquella noche de San Juan

me subí a su enramada

a su profunda dulzura

Le arranqué una rama

joven y luminosa

de la copa

La vida es un simple esqueje- pensé-

como yo soy el trozo

que tanto buscaba de mis padres

      

Y me fui alejando

empuñando otra vez

los sueños.

                ©Rubén Lapuente

 

a mi mujer y a su dulce higuera centinela de su casa cerrada

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