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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

DOLOR ( 21 )

QUÉ PODEMOS HACER

                                                                 A la memoria de Toño Lapuente

 

Ya, ya, ya lo sé. Solo nos queda recordarle. Y qué poco nos cuesta si tenía algo solo suyo que no se muere con los años: ese gesto que se adelanta siempre como un perfume: esa sonrisa a medias, risueña sonrisa, algo pícara, que no le abandonaba ni dormido de muerte.

Ahora no lo encontraremos en las calles, en los bares, en la vida. Sí, ya sé que no responde a la aldaba de su puerta, pero al doblar ayer yo la esquina del Laurel creí verle en otro, o también estos días cuando en el wasap aun dudo y le doy un instante de vida (¡hombre, Toño!), aunque luego se me hiele el cristal, incluso alguna tarde vencida, la mano de su memoria se me posa en la espalda, así, por las buenas (estamos bien, Toño, le digo), o cuando desde el corazón me lanza a menudo su ademán imborrable, como recordándome que está ahí, que no le dejemos solo, entonces, del álbum de mis recuerdos, para que no sea tan pesado, he rescatado una fotografía suya conmigo que milagrosamente cobra vida (tranquilo, Toño, tranquilo, que ya he puesto la foto de Almuñécar en un marco orlado de plata).

Oh, quien entiende que cuando ayer eras un río, de repente hoy dejas de moverte para siempre. Pero si aún tu edad hacía novillos, y te esperaban abriles, tiempo de besos, lágrimas de alegría, y esa copa de vino de terciopelo en la barra de tu bar...

¿Sabéis?, cuando era un niño grande y yo un muchacho, en las vacaciones en el mar, fuimos a ver una película muy mala de terror, y nos echó el acomodador de tanto reírnos. Luego, al salir, me cogía de la mano como a un héroe (menudo héroe).

Ahora estoy llorando.

La vida es una alimaña ciega. Y qué podemos hacer.

Dime, ¡¡qué otra cosa podemos hacer!!

                           Rubén Lapuente Berriatúa

         publicado en el diario la Rioja    06/04 /23

  https://rubenlapuente.blogspot.com/  (nuevo articulo en el periodico

EL PÁRAMO

EL PÁRAMO

 

De entre su  saliva

se levantó una ampolla en flor

Emergió un islote

un cogollo

perdido de dolor

mojado    

Un sicario peinándose

en la luna del establo

hizo sonar la música

de una avioneta

sin rumbo

surcando

el cielo del paladar

la bóveda del sueño

Le dejó un timbre atascado

dentro de la lengua

 

 Oh venga rápido  

el escalpelo  el escalpelo  

que taje ese silbo emponzoñado 

rebana   rebaña   apura  

esa loca esquila

de la ciénaga del pavor!

 

¿Hermana? ¿Oyes?  ¿Oyes el páramo?

©Rubén Lapuente Berriatúa

Mi nuevo blog http://rubenlapuente.blogspot.com/

CALCETINES ROJOS

CALCETINES ROJOS

Subían a la última planta  

En el ascensor

se conjuraron

no esbozar

ni una leve amarga mueca

Estaban allí

por la ventura aquella

de coincidir un día

en un patio con sol de recreo

Avasallando

la habitación blanca

invitaron a su mujer

a deambular un rato

por el largo pasillo

Un cartel de no molesten

lo dejó bailando

el último en cegar la puerta

Dicharacheros

le descubrieron los pies

por si llevaba aún

aquellos pioneros

calcetines rojos

que asomando rebeldes

en la última fila

les señalaron el camino

al descontento 

a su pequeña revolución

Ocupando un trozo de su cama

se rieron de los sueños

que no habían alcanzado

Que tarda uno en aprender

que la felicidad

no hay que ir a buscarla

Que consiste en no tener  

casi deseos     

ni miedos

Manos en su hombro

en su tobillo

manos en sus manos…

Destellos de un trozo de espejo

de la manecita de un niño al sol

hablaban por el nidal

oscuro de sus ojos

Salieron haciendo planes de verse

De no esperar  

a ese trámite de la muerte

para clavar la mirada

en la lluvia del recuerdo

De arrebatarle al tiempo

nuevas horas de oro

                                ©Rubén Lapuente

FERNANDO

FERNANDO

 

De pronto un día

a uno se le caen las cosas

las de dentro      

las que creía irrompibles

las que no se abrigan

las que pensaba no mudan nunca:

Unos ojos  un gesto  una voz  un abrazo

un asiento a su orilla

un aire hermano…

Pero yo no puedo  no quiero  

beber dolor de muchacho

que hacia equilibrios conmigo

camino a casa

No   porque si me detengo

si me quedo  de frente  parado

si no tiran de mi brazo

ahí me derrumbo  

ahí muero

Y esas campanadas lentas

serán para otro

Ese zumbido de su risa

que me viene y choca en el cristal

será del viento

¿Cómo no va a moverse si ayer

era un arroyo?

 

A la tapia que coronábamos juntos

valiente   hoy voy solo    trepo solo

Y azahares de muchacho caen de mis ojos

                     ©Rubén Lapuente

ACOSO

ACOSO

 

Cuando escribía…   papá mamá

espero que algún día

podáis odiarme un poquito menos

Las siluetas de las hienas  con mochila

ya cruzaban la plaza con luna de su corazón

Poco a poco le fueron llenando

de arena la garganta  

y  no encontraba las palabras

no le subían las palabras

afónico

mudo de miedo

Era la sirena del recreo  

el aullido de los depredadores

Algún preludio había en el roce

al atravesar  el corredor infinito

En el patio  

en los vestuarios  

asestándole empellones

le lanzaban palabras

como estiletes sobre su piel lisa  :

soso    empollón de mierda    maricón   

andas raro…

Y cómo te proteges  

cómo si  tu guardaespaldas

es el muñeco amarillo de los Lunnis

Cómo se planta cara

a pequeños grandes monstruos

si no sabes gritar  si no puedes gritar

Cómo si hasta en los sueños las estrellas

se vuelven asteriscos

Sí  Era  sensible como una herida abierta al viento

Como una manzana desnuda vulnerable

Sí  Era dulce como un soplado beso de madre  

volando desde la ventana

Inocente como una manecita desinflando

la sinfonía de tus dos globos

de aire en las mejillas

Sí  Era bello  y tímido

como una corza atrapada en la nieve

Tierno como un regazo de lana de arena dorada

de la alcoba del mar

Cuando escribía…no hay otra manera

para no ir al colegio

las hienas con mochila ya atravesaban

la plaza con luna de su corazón

Y cuando rubricó la nota

sin zapatillas

corrió y corrió hacia la luz del olvido

hacia  la tierra de su silencio

hacia nunca más sufrir

                     ©Rubén Lapuente

Carta de Diego

TATUAJE DE CIERVO

TATUAJE DE CIERVO

 

"Me enseñas tatuajes de venados Marta

Quiero tatuarme uno

Sí  uno de ésos

Ése  Ése de ciervo me gusta

Ya sabes que es por ese hombre

que me decía

que en sus sueños

me hacía corza 

Oh si no hubiera sido

una ráfaga de bosque

 Si no me hubiera abrazado

una tormenta

Si no hubiera estado  limpio de mentira

Si aún oigo su voz de campana

Y que yo lo vea aquí

hermoso

en la falda de mi pecho

sobre ese jergón de mi carne

temblorosa al andar 

 

Sí  aquí

donde más

me retumban los latidos

del deseo

Aquí

Y que

a una andanada mía

errante

mágico ciervo animado

vaya por las peñas

del monte de mis huesos 

y me huelle

entera

toda

entera

Que ramonee

en la maleza de mi pelo

que buena mata

de azabache tiene

Que teche

mis senos

de soledad

con sus zarpas suaves

Que a una salva mía

se haga animado

Y baje al dedal del amor

el belfo

de su húmeda boca

Y hasta lleve la cuenta

en un ábaco

en la cabecera de la cama

de cada pálpito

suyo

de bronce

al crepúsculo

en mi llaga 

la que gime en penumbra

 Sí Ése Marta

Tatúame ése de ciervo

Que así

será como si llevase

siempre dentro

sus últimas gotas

recientes de vida"

         ©Rubén Lapuente

VAMOS CAYENDO

VAMOS CAYENDO

 

Era la niña que se dormía

buscándose el latido

del corazón

La de la aljaba de espigas de trigo

pellizcándote

la espalda de lana

del alma

La que se bañaba

en la misma luz

de aquellos días míos azules

La que crecía

más deprisa

que los cabellos

con ese delicado

y tenaz

guillame

que noche y día

le devastaba

la cintura

le redondeaba las caderas

 

En un solo verano

bajo la camiseta

el cerezo de sus suaves dunas

le dio su dulce fruto

Era la que

para un grumete

de barquito de papel

de estanque

el vértigo de un guiño

desataba el rubor

de un incendio

en las mejillas

 

La que no sabía

que en mi cuarto

tendido en la cama  

me cubría los ojos cerrados

con el antebrazo

y que en esa espesa oscuridad

ella era

levadura de mi tierna carne

 

La que crecía más deprisa que los cabellos

La niña que se dormía

buscándose el latido del corazón...

 

Oh que ya su mano nunca encontrará

                       ©Rubén Lapuente

 

LOLA Y EL AZAR

LOLA Y EL AZAR

 

Hoy ha roto a llorar

ante los tres hijos de Lola

No la conocían

“Mama últimamente

nos hablaba maravillas de ti”

Fue mucho después

de aquella madrugada

del diez de agosto

dando  a la vez   

las dos

a luz     

Lola trillizos

cuando aquel mismo

despistado azar

arrepentido

regresaría para quedarse

en ese regazo

de vida gemela

de las dos:

Lo primero en aparecer

ahora y siempre

al  mirarse…

“¿Tú eres la de los tres tenores?”

 

El destino

las volvería a citar a las dos

pero esta vez

en el templete

de la plaza

del pecho dormido

con luna de hiena

Pero Lola

sin esa mano sin sueño

Abandonada

como un trapo sucio

Lola sola de cobarde amor huido

Lola bajo el dolor

de la angustia de perderse

"Ya verás Lola cómo puedes

 ¿Otra vez?  ¡Y qué ¡ ¡No te rindas!"

Le decía por el móvil

mirándome a mi sin pestañear…

Inútil decirla que no estaba

para beberse el dolor

de Lola ni de nadie

 “¿No ves que ese miedo

de bestia resentida

recuerda sus sueños de saña

se sabe el camino de regreso?

No ames tanto todo mujer

que todo se muere

 A morro solo se bebe del placer…”

 

Hoy en la sala del velatorio

para que nadie me viera

me he vuelto contra la ventana

al verla romper a llorar

        ©Rubén Lapuente

A la memoria de Lola

A Carmen