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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

DENUNCIA ( 24 )

HIJOS DE LA ARENA

HIJOS DE LA ARENA

Bienvenidos los hijos de la arena

Los hijos de las nubes

Bienvenidos

Los que nacisteis en patrias de lona

Los que ya sabéis de memoria

el camino de las estrellas

Bienvenidos

Sólo erais un puñado de fosfatos

Un cesto de peces

Y os dejamos tirados

Treinta y ocho años

lleváis tirados!

Bienvenidos los futuros guerrilleros

a estas dunas de piel de toro

a estas cegadoras luces de neón

Bienvenida vuestra memoria de pizarra  

De fuego en las frías noches del desierto

Que no podéis olvidar nunca

nada jamás

Que cuando se os muere un anciano

se os muere también un libro

una canción  una leyenda…

Bienvenidos

los que soñáis regresar

adonde nunca habéis estado

Pequeños héroes descalzos

bienvenidos

a nuestra nevera 

a nuestro grifo eterno

a nuestro emparrado sol

a nuestros corazones

Bienvenidos niños saharauis

de Vacaciones en Paz

 

Ojalá no os bebáis todo

el veneno que os daremos

                 ©Rubén Lapuente

 4.500  niños saharauis  de los campamentos de refugiados 

pasarán el  verano con familias solidarias españolas

40 en La Rioja

EL PEZ QUE SUBÍA LOS RÍOS

EL PEZ QUE SUBÍA LOS RÍOS

 

Mira ese reflejo

contracorriente

Esa luz de lomos plateados

Parece que boga

una esquirla de luna

en el río

Mira su timonel

el que tira de su corazón

es un héroe

loco romántico

enamorado

 

Escuchó

en la noche profunda del mar

el temblor

de esa oculta sirena

a rebato

del universo

Y ahí lo tienes

con su hatillo desnudo

al hombro

Míralo

eligió un camino

incierto

resbaladizo

peligroso

mortal

Oh tan lírico

 

Vuelve a su moisés

a su niño antiguo

a su agua pura

muy arriba

en lo más alto del río

A tenderse

con su hembra

en un fresco

lecho de freza 

A florecer en la muerte

echando a rodar

río abajo

la rueda eterna de la vida

Pero…

¡Ay!

En cada quiebro

aguas arriba

le acecha una celada

Un zarpazo

Un azud se levanta

en cada trecho del río…

 

Oh salmón salvaje

no llegará a tiempo

la naturaleza

a enseñarte a saltar

a la garrocha

con una rama rota a la deriva

Ni a tejerte deprisa

unas alas de plata…

Que ese hombre

que manda

y ordena

y sobra en la naturaleza

ya se ha adelantado

a llenarte

de angustia

de muerte a destiempo…

 

Oh esa llamada en mitad del océano

Ese volver a la sombra niña

de la cumbre de la montaña

del agua sin memoria

a tu cuna…

Merecería ser sagrado

dejarte cumplir tu sueño

cerrar tu vida

Pescarte sin muerte

Es como si a ti

no te dejaran volver una tarde

a echarte en el mismo

vientre claro y profundo

en donde naciste…

 

No

No nos respetará mañana

la Naturaleza

Seguro

 

              ©Rubén Lapuente

 Cañu.Rio Sella.Asturias

la especie está  al borde de la extinción debido  a su muerte en aras de alimentar el entretenimiento de los “deportistas” y a la degradación del hábitat fluvial por obras, contaminación y el aumento de los obstáculos a la subida de los peces a las zonas de desove. La pesca sin muerte sería una solución. El salmón vuelve al mismo rio que le vio nacer pero hay que dejarle llegar arriba.


Y GALGO CORREDOR

Y GALGO CORREDOR

 

Por tener un perfil egipcio

no regalan por aquí pedigrí  

Ni por haber velado los sueños

muertos de algún faraón

Aquel barquero tuyo del más allá

¿Anubis  se llamaba?

estaría ahora desanudando una soga

embalsamando  tu cuerpo

mojado en sus lágrimas

 Y nadie sabe aún

 que al levantar la cabeza

 se cruzan por tus ojos

todas las lunas de tu estirpe

Ni de tu silencioso ladrido

que suena a madrigal

Que eres todo ligereza

Que eres un mar en calma

en cualquier casa

Nadie sabe

que tu esbeltez

le haría a tu dueño más bello

A mí me pareces

el lebrel de un dios lírico

¿Pero alguna vez hubo

hombres de verdad?

 

Tu torpeza

es correr demasiado

 y así te tienen ansioso

en zulos de un sólo hilo

de sol polvoriento

atado al radio de vida de una traílla

dándote ese manjar

de mendrugos de pan duro

creyendo que la gazuza te montará

 luego en relámpagos

Que tienes que salir al sembrado

estrenando luz nueva

en los colmillos

Tu torpeza es adivinar

el quiebro de la liebre

por un atajo

y ahí aparece  en un gesto torcido

el reverso del hombre

al que una herramienta mellada

no le sirve

Y entonces

ya ni una bala vales

                         ©Rubén Lapuente

SOSGALGOS

LOS NIÑOS DE LA GUERRA

LOS NIÑOS DE LA GUERRA

 

Al lado de un perfume

De un emblema

De unas agujas de oro

barriendo la esfera del tiempo.

Ahí,

la valla de la niña en el horror.

La nómada del miedo.

 

Como la marca

como el reloj

como el aroma

se te irá quedando grabada

pero como algo extraño.

Seguro que el camino

en zigzag de su gesto

poco a poco

te irá encogiendo algo

de muy adentro.

Y al no venderse

Cómo olvidarla.

 

Se apagará la fragancia.

El lema se te hará tedioso.

 El reloj será sólo la rutina

de su tic tac en la muñeca.

Pero allí,

en  las vallas,

en las marquesinas de las paradas

de los autobuses

en los diez segundos

del televisor  y sin palabras.

Allí,

la mirada que no se esconde.

La que rasga la placidez,

taladrándote

camino o a la vuelta del trabajo.

o en la cómoda butaca

a la noche

Ahí,

la cara de la niña en el horror.

La nómada del miedo.

 

Hasta que un día

alces la cabeza

del todo

ya sólo para sonreírla.

Para llevarla cerca de los labios

Y tatuarte en la piel esa mirada

Que es sagrada

Que no se vende

Que nunca olvides

          ©Rubén Lapuente

LAS MUERTAS DE JUÁREZ

LAS MUERTAS DE JUÁREZ

 

El Ateneo Riojano se ha unido a la iniciativa de Escritores por ciudad Juárez y ha organizado una lectura solidaria de poemas y textos el día 1 de septiembre, este poema es mi contribución

 

Siempre es una  joven

pobre y bella

maquiladora rezagada

por una calle de arena sin luna

Se llama Esmeralda o Laura

o Jessica  o Yazmin o…

Son cientos de ellas

con la cena fría sobre la mesa

Y tú o yo

que todas son

nuestras hijas o hermanas

esperándolas

empezamos a imaginárnoslas

¡Dios mío!

arrebatadas

sintiéndolas en su escalofrío

al oírles atadas murmurar su muerte

Con el horror

encima de sus tiernos cuerpos

pero el horror del espanto gozando

de su miedo desnudo

Cercenándolas

atrozmente

mientras las ultiman

Y como un neumático viejo

como el rebujo de un paquete

de cigarrillos

las tiran

a los arenales del valle

 

Y es así como se despierta en Ciudad Juárez

desde hace más de veinte años

Y como nadie te llama

vas a la morgue a preguntar

por unos huesos que han aparecido

por la prensa

y si hay suerte

al cabo de una asquerosa espera infinita

sales con un despojo dudoso

y con una palmada de pobrecito

en la espalda

 

Y ya no dudas

de que la policía cierra los ojos

de que las pesquisas

son aviones de papel

dando la vuelta

a una mesa con destellos

de espuelas

de que hay un entramado

abyecto

sin fisuras

intocable de impunidad

Y tú o yo

que todas son nuestras hijas

o hermanas

trocando sangre de pobre en rabia

recalentamos aún la cena

todas las noches

      ©Rubén Lapuente

Foto: cada clavo es una mujer muerta o desaparecida

Mujeres de Juárez

Bajo Juárez

Las muertas de Juárez

TIRACHINAS

TIRACHINAS

 

Íntima arma blanca

aneja a la piel de la niñez

de rama en horquilla

de badana de lengüeta de zapato

de goma de cámara

de rueda rota

En el bolsillo de atrás del pantalón

cosía galones de capitán

de diez años

 

Del olvido de la memoria

retornas

a la almohada de muchachos

que viven sin vida

ni esperanza

en una franja

Regresas

de un bandarra al sol

de veranos en el río

de un planeta de gorriones

de sueños infantiles

que aún ruedan

al espejo vergonzoso

del brillo de charol

de unas botas

Osadía que lanza tus esquirlas

apedrea el odio

de vivir sin vida

en una franja

sin esperanza

mientras el mundo

sólo te recuerda

si caes de bruces

o si alcanzas a Goliat

con tu tirachinas.

                    ©Rubén Lapuente

MOLINOS DE VIENTO

MOLINOS DE VIENTO

 

Por detrás de las hélices bajaba el sol lanzando sus andanadas de luz; a más viento, los élitros giraban más deprisa, cribando los hangares de hebras de lumbre en miríadas de escuadrones que ametrallaban los tejados, las ventanas, las paredes;…de  tanta centella de oro viejo que nos cegaba volvíamos las espaldas al crepúsculo;…y en la brisa de la noche como un inútil Quijote de rodela y lanza en ristre, masculla el hacha del leñador de aceñas de viento:  “toc, toc, toc , ese traqueteo  contra el gigante que se lleva el patio del recreo ,el paisaje de la vida, la futura memoria por gruesos cables como trochas; toc , toc,  toc, por la niñez del corazón golpeando en los fríos filamentos que candentes  sólo lucen olvido”                             

 ©Rubén Lapuente

 

Si aprendes a volver la cabeza. Si no te sangra la memoria. Si cuando el sol está por detrás de los molinos y todo tu pueblo, todo el valle, parpadea con ruido (efecto discoteca) y lo aguantas Si piensas que los extraterrestres están a punto de invadirnos, entonces,  pon un molino de viento en tu vida. ©Rubén Lapuente

EL GUERNICA

EL GUERNICA

¿Vienes de ver el Guernica de Picasso?

Te acercaste a la pintura como te dije

sin intentar comprenderla  limpio

como si vieras una noche estrellada?

 

¿Te imaginabas que pudiera alguien

dibujar así el horror de la guerra

tal como si rasguñara en el estómago?

¿Sabes que cuando la bombilla se mece

la única coraza de los inocentes

es apretar los dientes cerrando

a la vez los ojos?

¿Cuántos sádicos quedan que aún

piensen que bajo los tejados

sólo habitan alimañas

estrategias para descorazonar

al enemigo?

¿Seguiste el grito de dolor

de la mujer hasta perderlo

por el filo de su lengua?

¿Le viste los ojos convertidos

en laguna de lágrimas?

¿Y los pechos lacios de pronto?

Duele ese dulce rostro dormido

de muerte de su niño en los brazos

¿verdad?

Su naricilla caída del revés…

Y es que todo el lienzo es sufrimiento

 

¿Sentiste al final el desasosiego

de ese enorme alarido en la pared?

 

¿Y al salir a la calle maldijiste

la historia que tenemos?

 

¿Lo hiciste así?

                              ©Rubén Lapuente

 

Foto: fragmento de El Guernica

El Guernica en 3D