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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

DENUNCIA ( 24 )

PERROS EN LA CUNETA

PERROS EN LA CUNETA

Si el mar tuviera ojos

tendría los mismos que los de un perro

Miraría como un perro

Limpios desde la nada

Profundos desde el fondo

de su enigma

 

¿Te ha mirado alguna vez alguien así

sin pestañear  largo tiempo

dándotelo todo?

 

Kira todavía mira desde el miedo

Ya sabes: la portezuela del coche que se abre

y que se cierra de golpe

La estampida como si la vileza

necesitara ruedas

distancia

Se quedaría en la cuneta esperando

hasta que le temblara la vida

Pero el azar a veces viene

con los sentimientos escritos

en una sola hoja de papel

que se desgarra del todo

y de un solo tajo

  

Kira todavía me mira desde el  recelo

Mientras paso mi mano sobre su herida

me enseña el fondo claro del mar

en sus ojos

                        ©Rubén Lapuente

Foto : Kira uno más en la familia

PIENSO EN VERDE

PIENSO EN VERDE

Ya sabemos los que son

Y cuántos caen por minuto

El progreso era esto:

pura y dura estadística

Ahora la miseria da de comer

a unos cuantos sociólogos

Pone penitencia

a filántropos arrepentidos

del embarazo

de su plata

Da sufragio

a quien se refleja

en la charca del albañal

de los eternos suburbios

Se deja mancillar

por el márquetin

del galán

que reparte sonrisas

ataviado el pobre

de paria

 

Mientras tanto

Ellos siguen

fértiles

en sonrisas

En piojos

Con la misma mugre

para sus adeptas

moscas

Con la loba malaria

abordando su fácil

aprisco

Con alfabetos de tres letras

en la sangre

de bienvenida

Pasando

como el paisaje

de un tren en marcha

Y casi ni joden con la pelota

 

Mientras tanto

por aquí enciendo

las luces de celofán de mi casa

pensando en lo de que

¿pero no es el mundo un pañuelo?

 

Pero  ¡Ya basta!

Es la hora de mi Heineken

Y yo si soy sincero :

ya sólo “pienso en verde”

                   ©Rubén Lapuente

LA RUTA DE LA SONRISA

LA RUTA DE LA SONRISA

Hacia el sur de Marruecos

viaja en un convoy

la sonrisa

Donde se detiene

una hilera de chiquillos

espera y avanza

con la boca abierta

 

Se dejan hurgar:

Que entren las tenazas

el espejo

la turbina

la amalgama de plata

 

Que la mano sea ya

visera de los ojos

nunca más

tejado de la boca

 

Y estrenan cepillos

 

Y sonrisas

 

Y en la noche

ensueños

de una ruta inversa

amarga

                ©Rubén Lapuente

 La ruta de la sonrisa

FÓSILES

FÓSILES

Estas lajas de piedra

con toda su muerte encima

¡Qué pura escritura de un cuerpo!

¡Qué remotos instantes detenidos!

¡Qué seres sin tiempo para aderezar

su final!

 

Y qué esfuerzo luego

del silencio y el tiempo

por dejar en la piedra

ese leve viso rosa

Ese fino trazo

como salido del dulce lápiz

de una niña

o ese caparazón que asoma ahora

como la rabia de un puñetazo

atravesando la pared

 

¿Y  de nosotros?

Yacimiento de fósiles de olvido

de sueños muertos

¿Qué dirán

al cabo de otro enorme trecho

del cuchillo del tiempo?

 

¿Cómo nos encontrarán

si no hacemos ni el esfuerzo

por colmar un guijarro?

              ©Rubén Lapuente

 

Foto : algunos fósiles que me traje de las montañas del Atlas

            Instantes detenidos de hace 300 millones de años

LUCIÉRNAGA DE CARRETERA

LUCIÉRNAGA DE CARRETERA

Yo la llamo luciérnaga

de carretera

Es esa muchacha

con luz de lencería

rozando cristales

La loba

de su trocito de acera

de polígono

La que lleva una estera bajo el brazo

Y todo su decoro en una alforja

La que asoma

por las ventanillas

 su zoco de carne

regateada

 

Alquila el cuerpo

como tú la cabeza

o las manos

¡Y déjate aquí

 de meter moral

en la pobreza!:

suena a carcajada

 

La veo cruzar el descampado

hacia el bosquecillo

Y allí

dará cuerda

a su silla de jineta

o se volverá

como una dócil

boya en el agua

 

Su leyenda no me interesa

Me gustaría cruzar

alguna mirada con ella

Que pudiera ver

reflejada

en mis ojos

su dignidad

                ©Rubén Lapuente

Hetaira

CUBA

CUBA

Es cada día

de mi vida

frente a la vieja puerta

de mi casa

atrancada

esperando la abra

la cordura

o el hedor  

Y aunque me digan

que qué suerte tengo

de estar fuera

de no ser uno más

de la mitad

que sobrevive

vigilada por la otra

media

arrogante

necesito volver

a entrar

un momento

a oler esa húmeda tierra rojiza

tras un aguacero

Volver a oír

guajiras

boleros

una habanera

con mi guayabera blanca

sin que se me salten

las lágrimas

Que me atraviesen las voces

de los vecinos

de balcón a balcón

Hace tanto tiempo

que me traje

en la maleta

la estela de recuerdos

de los aromas:

el olor a café

recién colado

el de la fritura

de dorados plátanos

maduros

el perfume del tabaco

como un requiebro

el dulce río de melaza

por los alambiques

de ron

de mis venas…

¡Oh sazón de sudor y piel!

¡Oh estrépito de tersa carne de mulata!

¡Oh caliente lecho de cañaveral!

¡Oh amanecer de Cuba

por las ensenadas del cuerpo

que amé!

 

Y es que todo 

se me va yendo del corazón

Necesito volver a entrar

Sentir otra vez

que todo el aire que respiro

me viene del mar!

                                    ©Rubén Lapuente

 

Foto de Andrés Suarez Outeda

 Santiago de Cuba. Diciembre 2009

un español en La Habana

PROHIBIDO

PROHIBIDO

¿Qué mueve a este incansable

fuelle de carne viva?

¿Qué viento seco empuja

esta sangre

que  baja desfiladeros

sube declives

zigzaguea angosturas

que rueda sin sueño

por la dormida llanura

de mi cansancio?

 

En el dorso de mi mano

o cruzándome el cuello

resalta

como los rápidos lomos de un río

Y  por detrás

de las muñecas de mis brazos

cabecea en mi piel

 sus puras campanadas

que cuento

con mi tiempo

que ahora sé que irá

adelantado

siempre

 

Se equivocó la naturaleza

en tomar un color violento

Un olor tan áspero

Un sabor de fuego en la garganta

De darle forma de tigre rayado

que como la mujer de Lot

se revuelve

abrasada

de memoria  

sucia

Si hubiera elegido

sangre de savia

de rosales

o de juncos de ribera de río

o  de zarzal esperando un amor agazapado

Si no tuviera esta mala sangre

la sangre

que proclama guerras

que labra trincheras

que deja en la comisura de los labios

su rúbrica

de horror de sierpe roja

Que confina Patrias

 

¡Si no hubiera que derramarla

para tener dignidad!

¡Imposible volver al principio!

 

¡Prohibido lavarse las manos!

                                       ©Rubén Lapuente

EL LENTO MUDAR DE LAS PAREDES

EL LENTO MUDAR DE LAS PAREDES

Soy un objeto

arrojado en un rincón

de una habitación cualquiera,

desde aquí contemplo

el lento mudar

de la vida:

Aquel tiempo que no vi de mi hijo

acercándoseme

como un hermoso paisaje

mío

íntimo.

La cepa de su cepa después

alzando visajes

de niña

acunando nuevos sollozos.

Vinieron luego

aquellos tránsitos

apresurados

de gentes

y gentes

que se cruzaron conmigo

aquí

como aparecidos

como temblores de arena.

Y aquel augurio antiguo

de rayuelas bajo el agua

que trajo el desasosiego,

el apremio,

el tumulto,

el saqueo en los armarios…

Y ese último paso renco en el pasillo,

la puerta cerrándose

con un enorme estruendo,

el silencio de la calle como un misterio,

la voz de la carcoma en los muebles

con esa duna amarilla

que aún avanza hacia mi canto…

El pausado polvo cubriendo

el cristal de la ventana,

la luz volviéndose

lúgubre,

casi,

casi ciega,

desde aquí,

y ahora,

sin poder saber nada,

contemplando

el lento mudar de las paredes.

                                    ©Rubén Lapuente

                                                           Foto pepe alfonso