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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

AROMA ERRANTE

AROMA ERRANTE

 

En esta noche de julio

de añorada tormenta

Yo en el zaguán de mi casa

la piel me rezuma

como empañado cristal

y atrapa cada aroma errante

que despierta

que se pierde tras la lluvia

Y lo respiro

Y lo encelo

Y lo llamo por su nombre:

Éste es de salvia mojada

De espiga malva de lavanda huele ése

Este aire pavonado de flores de sol

es del coral de mis santolinas

Perfume de oscura miel de flor de brezo

me llega de debajo de los pinos

Olores de luz

de oro viejo de damasquina

vienen del arriate

Y éste último leve beso

es de una joven

rosa cansada de nacer

en mi pobre ribazo de arcilla…

 

Del balcón de la casa

hasta el zaguán

me baja luego un olor distinto

Es una ola de aroma

como si se le rompiera

la bolsita de almizcle

a la sombra de un corazón desnudo

anclado a la tierra

que se pierde también

tras la añorada lluvia

Y que reconozco

Y que respiro hondo

Y que lo llamo por su nombre:

Que te vaya bonito

aroma errante…

 

Amor mío

               ©Rubén Lapuente

                (El Rasillo de Cameros)

3 comentarios

Zeltia -

ese lugar en el porche parece estar maravillosamente situado para captar los aromas traídos por el aire de la noche de verano.
todo tan sutil y leve como el roce de un vestido al pasar.

virgi -

Los perfumes que nos llegan y nos conmueven.
Tan leves y tan cargados.
Un abrazo

María Socorro Luis -

Tras la lluvia, los aromas limpios de la naturaleza.

Y el aroma errante del amor...

Besos para dos