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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

LA TERRAZA DEL IBIZA

LA TERRAZA DEL IBIZA

 

Al pasar por la terraza del bar Ibiza

bajo los soportales

aún extraño no oír mi nombre

invitándome a su velador

a este territorio que fue suyo

eterno portal de su solaz

Y avivo el paso

Nos pasa a los que nos exprime lo sensible

Y tarde aprendimos que el cariño

no venía ya en la corriente

de nuestra misma sangre

Mirando la ausencia de unas sillas

(él también era esas sillas)

una niebla afilada de tristeza 

me acompaña hasta cruzar

la linde de su zaguán

y sólo al sobrepasarla

ladeo un poco la cabeza

para que mi perfil roce el recuerdo

de quien fuera

novio de la muerte

del muchacho que escribía versos

("oh el verla sacarse el vestido

cruzando los brazos

de una sola vez

como si se desnudara la luz...")

del que vino a mi casa

torpe anciano niño

"¿Hay un sitio para mí?"

Desde el primer recuerdo

en el que mis ojos asomándose

por el cráter del volcán de arena de la calle

subían por el andamio  

al ballet de su paleta de albañil

a la terraza de este bar

en el que se sujetaba

el dolor último

con la palma de la mano

a la sirena de ambulancia

acercándose y alejándose

como las alas de un alarido

hasta la dureza

de verle morir tan lentamente…

Nos pasa a los que nos exprime lo sensible

y tarde aprendimos  que el cariño

no venía ya mezclado

en la corriente de nuestra misma sangre

Que arrastras siempre lo que no has sabido querer

¡Con lo poco que pesa una carreta de abrazos!

Por  eso avivo el paso

 Algún día me sentaré en esa terraza

territorio suyo

de vuelta de mí

a conversar primero con mis lágrimas

                 ©Rubén Lapuente

5 comentarios

Zeltia -

tremendo este poema, me encoge mi corazoncito cobarde.

virgi -

Regalar ternura podría ser fácil, a cambio de la belleza de sus enseñanzas.
Besos besos

María Socorro Luis -

Muy hermoso y tremendamente emotivo.

Importante tema de reflexión. Por qué no practicamos más el enorme poder del cariño?...

Te felicito

Noches de luna -

"y tarde aprendimos que el cariño no venía ya mezclado en la corriente de nuestra misma sangre"
Siempre nos pasa... siempre echamos de menos esa expresión de cariño que no fuimos capaces de hacer llegar a alguien a quien queríamos, la que fuese, no necesariamente palabras.

Un poema hermoso y sentido, y, además, de gran calidad literaria. Muy bueno.

Un abrazo
Victoria

Isolda -

Rubén, me lo apropio, como si lo dedicara a mis mayores. Cuánto duele la orfandad y qué poco cuesta una carreta de abrazos oportunamente dados. Yo te mando doble ración de besos.