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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

UN BÚHO EN MI CASA

UN BÚHO EN MI CASA

Vino bohemio

de noche

con su abrigo de plumas

leonadas

Vino con todo el topacio

del otoño en los ojos

Desde mi tejado

por la chimenea

se lanzó tan hermoso

tan ave magna

Nunca lo entenderé

¿Creería ver

entre las aún cálidas cenizas

los tizones ojos

de un mirlo?

¿O eran

los dos saltones rubíes

de una culebra?

¿Venía borracho

de hambre?

¿O fue que esa marea

tibia

subiendo

era su edén perdido?

Nadie podrá saberlo

¿Y por qué tan audaz?

Pero si debió bajar abismándose 

Si ni nosotros mismos

nos atreveríamos 

a atravesar en la vida

un túnel oscuro

 

Y aterrizó

en el planeta

de mi casa cerrada

Y lo siento

por su angustia:

Claro que el grifo

no goteaba

Ni la ganzúa de su pico abría

alacenas

Allí tenía

un tabal de sardinas en arenque

Un tarro abierto

de miel de brezo

Podría haber empezado a probar

el chocolate puro

de oro negro

Y darme tiempo a volver

 

Cuando abrí

la puerta de mi casa

pensé

en los ladrones

al ver

en el suelo

los añicos

del jarrón de hojas secas

El coral blanco roto

Mi colcha bordada de pájaros

rasgada

La luz vertida en la pizarra…

 

Y lo siento

por la angustia

de que no pudiera traspasar

como la luz

el vidrio

sin herirlo

sin caerse

una

y otra

y otra vez…

Contumaz

 

Y al pie del ventanal

cayó

ahí cayó

boca abajo

ahí muerto

Y mientras me acercaba

ese atado de plumas

me iba narrando

su agonía

Me lapidaba el corazón

 

Y sin cayado

miedoso

Sin punteras de zapato

Con mi misma mano

desnuda

como si fuera el cadáver

de un hombre

le

di

la

vuelta

©Rubén Lapuente

El Rasillo de Cameros (La Rioja)

 

9 comentarios

Dani Morcillo -

Me alegra haber contribuido a tu arte con mi foto, es todo un honor. Me gusta cómo escribes.
Un abrazo.

Marís Socorro Luis -

Sabes? Me conmovió tanto cuando lo leí no bien lo publicaste, que no pude contarte que hace dos años, un hermoso ejemplar de esos hermosos y misteriosos animales, cayó por mi chimenea. Afortunadamente estábamos en casa y pudimos abrirle la puerta de la terraza. Fue impresionante. Se quedo varios segundos en el marco, nos miró con sus ojos, como si nos diera las gracias y alzo su vuelo, hasta los árboles cercanos.

Tu poema, precioso, aunque tremendamente triste.

Abrazos.

Teresa -

Tu poesía, tus historias, nunca me aburren y sabes aderezarlas con tanta belleza!
Un beso

CARMEN -

bello,sencillo,cruel y tierno a la vez enfocado desde el punto en que hubieras dado algo por estar en ese momento justo de abrirle una ventana.

Leonel (egomania's blog) -

He leìdo tu poema varias veces, Rubén, y cada vez me sorprende más la belleza poética con que nos has transportado a la escena de la muerte, sin dudas sirve una gran sensibilidad para lograrlo como tú lo has hecho.
Me ha gustado mucho.
Un abrazo.
Leo

virgi -

Un poema de suspense.
Un búho, en su belleza dorada, siembra el caos antes de morir.
En la noche, dos ojos se han cerrado, como los de un hombre.
Bello todo lo que escribes.
Mucho.

Besos besos

irene -

Precioso poema con un triste final. Me produce tristeza imaginar a ese bello animal, con el topacio del otoño en sus ojos..., tumbado boca abajo, sin vida.
Un beso, Rubén.

Zeltia -

oooh. me parece estar viéndolo al buho lanzándose contra el cristal intentando salir.
Enel poema todo conmueve, pero ese momento de darle la vuela al cadaver... uff.
Se me pusieron los pelitos de punta.

eloy -

Qué gran poema, Rubén, que nace de un hecho tan cotidiano como extraordinario. Yo tuve un incidente en casa con un murciélgo, pero no dió para un poema.
El tuyo me ha gustado mucho.

Saludos