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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

KAMIKAZE

KAMIKAZE

 

Me brindan una muerte hermosa 

Vendrá a recibirme la gloria 

Fue aquel filo de acero en las palabras 

Aquella arenga que macera la carne

en orgullo  en dignidad   en pureza

Que trasciende la vida y la muerte

El emperador te sueña me dijeron

Y cómo negarme si el valor

de la vida ante el deber

tiene el peso de una pluma

Cómo no dar un paso al frente

si nos están humillando

A la cabeza me he anudado la cinta

de mi patrio sol rojo violento

Oh felicítame madre

como una tierna flor de cerezo caeré

le he dejado escrito

Sobre el mar de aguas de jade tembloroso

éste será el último cielo azul puro que veré

Abajo ya avisto el gigante acorazado

Y en picado mortal como un Ícaro

de plata desciendo esta curvada hoja

de acero de viento divino…

Mil veces mil  trepidante gira la hélice

Oh todo viene hacía mí

como en ancas del vértigo

En la carlinga no cierres los ojos

me dijeron

Que viene a recibirte la gloria

Que todas las flores de cerezo del templo

brillarán para ti

                      ©Rubén Lapuente

Poema publicado en la revista La Fanzine

Foto : Un grupo de pilotos Kamikazes: Jóvenes desbordados por las desgraciadas circunstancias de la guerra(4.615 jóvenes japoneses se inmolaron)

4 comentarios

Julio G. Alonso -

Parto de que la guerra es uno de los mayores fracasos del ser humano. Recurrir a la violencia por razones de todo tipo, incluídas las religiosas más o menos fundamentalistas y la de la patria. ¿Idealizaremos a los soldados nazis? Sólo veo manipulación de los sentimientos de unos jóvenes conducidos a la muerte y a matar. Lo siento.

rubén lapuente -

Un Kamikaze era un soldado que se inmolaba, por su Patria, en una acción suicida siempre contra objetivos enemigos militares. Nada que ver con cualquier tipo de terrorista/suicida descerebrado que asesina en su acción a civiles indefensos.Y me parece tan injusto como inapropiado equiparar a un kamikaze con cualquier tipo de suicida.Es una cuestión de respeto histórico hacia unos soldados regulares, que de uniforme y sin ocultarse, daban su vida por su patria.

Julio G. Alonso -

Se puede poetizar la muerte, el suicidio, el asesinato, el crimen... porque la poesía alcanza todos los rincones del alma humana, hasta los más oscuros. Pero no hay inocencia en el crimen, la violencia, el hambre, la depravación del hombre. Y en los suicidas de guerra, los yihadistas inmolados, los que ejecutan a sus semejantes, cualquiera que no comulgue con sus ideas y su modo de ver el mundo, en los etarras y sus crímenes en nombre de la patria y en la larga lista de fundamentalismos irredentos sólo hay horror y negación de la libertad, mucha tristeza enferma y falsas alegrías. Por eso, aunque el poema se mueva por los entresijos del pensamiento y sentimiento kamikaze, no veo la poesía (expresión de la belleza) en el retrato de los jóvenes suicidas. Salud.

Joselu -

Es un tema sorprendente el que hoy escoges para poetizar. La muerte alegre de unos aviadores que yo veía de pequeño en los reportajes sobre la Segunda Guerra Mundial. Eran Zeros que se estrellaban contra la cubierta de los portaviones americanos. Suponía una entrega y una convicción que me desconcertaban y lo solucionaba diciendo que estaban locos. Dañar al enemigo y morir con honor, en un sacrificio alegre. No sé si es equiparable a los suicidas yihadistas que se inmolan con un cinturón de explosivos. Es algo que se me escapa. En el tema japonés me siento ahora más cerca de comprenderlo pues he leído sobre la filosofía de los samuráis y la muerte con honor que era a la que se encaminaban aquellos jóvenes, cuyo número no pensaba que fuera tan elevado.

Dejando el tema aparte, el poema es eficaz y refleja ese idealismo guerrero preñado de alegría con esas flores de cerezo que brillarán para el kamikace.

No era un pequeño enemigo el pueblo japonés. Cuando fueron vencidos no guardaron rencor contra sus enemigos sino que reconocieron que habían sido mejores que ellos y los respetaron ¡Qué pueblo tan sorprendente!