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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

VAMOS CAYENDO

VAMOS CAYENDO

 

Era la niña que se dormía

buscándose el latido

del corazón

La de la aljaba de espigas de trigo

pellizcándote

la espalda de lana

del alma

La que se bañaba

en la misma luz

de aquellos días míos azules

La que crecía

más deprisa

que los cabellos

con ese delicado

y tenaz

guillame

que noche y día

le devastaba

la cintura

le redondeaba las caderas

En un solo verano

bajo la camiseta

el guindero de sus suaves dunas

le dio su dulce fruto

Era la que

para un grumete

de barquito de papel

de estanque

el vértigo de un guiño

desataba el rubor

de un incendio

en las mejillas

La que no sabía

que en mi cuarto

tendido en la cama  

me cubría los ojos cerrados

con el antebrazo

y que en esa espesa oscuridad

ella era

levadura de mi tierna carne

La que crecía más deprisa que los cabellos

La niña que se dormía

buscándose el latido del corazón

Oh que ya su mano nunca encontrará

                       ©Rubén Lapuente

4 comentarios

isolda -

Creo que es profundamente triste y hermoso. Un beso enorme.

Zeltia -

Cuando se va alguien que formó parte de nuestra infancia, siempre nos deja algo huérfanos...

Maria socorro luis -

Tan sutil, tan hermoso...

Julio G. Alonso -

Delicadas metáforas para un poema que se desenvuelve sensual y entrañablemente próximo.
Salud.