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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

LAS TERRAZAS SON PARA EL VERANO

LAS TERRAZAS SON PARA EL VERANO

En este enero de fríos tizones

florecen por toda la ciudad

rediles de volutas de humo

Al calor de un cigarrillo al relente

arrebujados

con los cuellos del abrigo subidos

colonizan los zaguanes

las aceras

¿Cómo tomar un café sin liar una hebra?

¿Cómo no poder echar bocanadas

entre los dos sorbos de una copa?

¿Una partida en el bar sin la bruma

de un veguero?

Y emigran

de los decretos en los bares

a sus terrazas de cálidas setas

donde el gélido aire de enero les sitia

Y siempre con ese alguien dentro

esa medusa de ansiedad

que al tocar el cielo de la boca

les reclama una nueva y profunda

enferma calada

Al calor de un cigarrillo al relente

¿Quién duda que sueñan

con poder ser libres

y pasarse a la otra ribera?

                      ©Rubén Lapuente

Foto : terraza de la Gran Vía de Logroño en enero y a cero grados

9 comentarios

Zeltia -

jaja me he reido, rubén. en todo encuentras poesía.
te diré que desde que existe esta ley,
y veo a los adictos a las puertas de los restaurantes y las cafeterías, me están entrando ganas de volver a fumar para ser una apestada y estar con ellos parloteando en las aceras, jaja
si es que esto va a servir para recuperar viejas costumbre3s, como hablar con otros en la calle.
En el verano va a ser magnífico!
Creo que tieene esta ley una cara muy positiva que parece que pocos le sabemos ver...
cambiará el modo de "socializar", verás.

CARMEN -

donde comienza y termina el derecho de uno u otro.unos a fumar porque así lo han decidido y otros a renunciar a un café en un bar durante años y años por incompatibilidad con su salud.¿terrazas? si te gusta fumar el frío no es un impedimento,ademas de estar muy bién preparadas. si te apetece una tertulia al lado de un café, en tu casa ó en un bar sin humos.

Teresa -

Yo se que cuando cumpla más años me lo tendré que plantear porque sé que me va hacer daño como lo estoy viendo en mi entorno.Ami me gustan estas terrazas de invierno aunque nos miren como un rebaño de viciosos.
Un beso Rubén

Juan Yanes -

Hola Rubén: leo tu poema con nostalgia. Era fumador hasta junio pasado. Llevo más de 30 años fumando con un entusiasmo digno de mejor causa. Lo recuerdo como uno de los grandes placeres de la vida, pero ahora empiezo a estar orgulloso de haberlo dejado. Somos la caraba. Te he enlazado en la Máquina de Coser Palabras. En el otro no sé cómo se hace. Un abrazo.

ricardo -

Qué razón tienes. Uno hasta que no deja de fumar, porque todos quieren dejarlo ,antes o despues, no es libre.Yo era un enfermo incapaz de dominar lo que me estaba matando, poco a poco.De las pocas cosas de las que me siento orgulloso.Disfrutas infinitamente mejor de la vida.Ya no estás siempre con otro, como dices.
Un abrazo

Noches de luna -

¡Qué facilidad para expresarte poéticamente a partir de algo tan cotidiano y tan sencillo! Soy fumadora de pocos cigarros, me adapto si no puedo fumar pero, como dice virgi, hay variadas razones para fumar. No me siento pobre prisionera ni deseo pasarme a la otra orilla. Si en ocasiones no me siento libre no es por fumar sino por ser mirada como un bicho raro y, a veces, percibir en los ojos del otro una velada acusación o reprobación. Hay que tener cuidado con aprobar esas leyes que cada vez más se inmiscuyen en la vida privada de los ciudadanos. Ya nos vigilan con cámaras, ya no nos dejan vivir fuera de las normas económicas establecidas, ya nos obligan a ir a la escuela para recibir una enseñanza que puede darse por otros caminos... Paro, que si no esto deja de ser un comentario a tu estupendo poema. Besos
Victoria

virgi -

Pues no sé que decirte. Yo creo que muchos fumadores son por vocación, credo, mandamiento interno y otras muchas posibilidades, todas partiendo de lo más íntimo.
No soy fumadora, pero me parece una exageración esta medida.
Un abrazo, estimado Rubén.

irene -

Me ha encantado tu poema, los pobres prisioneros del tabaco han hecho que las terrazas no sólo sean para el verano.
Yo los puedo comprender, fumé hasta hace 8 ó 9 años, ahora, al fin, soy libre.
Besos, Rubén.

Marís Socorro Luis -

Y ahí está el poeta, descubriendo poesía, hasta bajo cero.

Genial.