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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

INFLUJOS DE UN BALÓN

INFLUJOS DE UN BALÓN

Bajo el brazo llevaba

un tesoro de amigo.

Antes fue

un rebujo de periódico,

un atado de hilas,

un limón verde y seco.

 

Dormía bajo la cama,

bajo mi sueño.

Yo hacía la tijereta,

la vaselina,

el remate de cuchara,

la rabona.

Y daba en la diana,

con los ojos cerrados.

 

A falta de campo

tomaba las aceras.

Bajo los motores aparcados

se quedaba preso.

Sólo me paraba el juego

el claxon de un vehículo,

el sobresalto en el corazón

de un estallido.

Subía al cielo

a mirarse en los cristales,

y acababa de rehén

en el balcón del primero.

Era la plaga

de las huertas en verano.

Del colegio sólo recuerdo nítido

las patadas a ese cuero.

Y el primer día de la camiseta

a rayas rojas y blancas

iluminada por mi dios falso de niño.

Y cuando me miraba ella,

regateaba hasta los guijarros.

 

Sobre el horizonte de mi ventana

ocultaba el cielo de estrellas.

Y lo iba a buscar hasta

en el fondo de un barranco.

 

Antes de ser

el héroe de mi sueño,

me rompió la rodilla

un defensa leñero.

Se desinfló mi balón de futbol,

aunque ahora mi infancia

sea mi propio hijo

y su sueño sea el mismo.

                           ©Rubén Lapuente

        para mi hijo Abel imán de todas las patadas

       sin más rodillas ya que romperse

5 comentarios

vermella -

Curioso que nos inspiren los hijos,también mi infancia son mis propios hijos.
saludos.

Teresa -

Me gusta mucho tu poesía Ruben, porque no es aburrida y hablas de cosas que nos llegan a todos.

Gloria -

El poema en sí me ha parecido excepcional, pero al leer el comentario de Abel, casi me emociono yo...
Un saludo.

barrychello -

nos vienen todos los recuerdos de aquella niñez, todos queriamos ser futbolistas.
precioso poema, esas rodillas...

abel -

es precioso, me has emocionado...