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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

SOLAMENTE TU MANO

SOLAMENTE TU MANO

Solamente tu mano, tenerla como un sapito que duerme, así contento… J. Cortázar

Mira  

al tiempo que vuelan

sobre los párpados

esas chiribitas

que espolvorea

la luz de la mesilla al apagarla…

Ya me da la mano

 

Y no pierde ni un segundo

No creo que sea

para regalarme

el tesoro mejor de su sueño

que antes no me la daba

Se aprieta a algo

que ha perdido

Quizás sea porque

valiente

le ha dado la espalda

a esa gragea

que subía a su campanario

a descolgarle

el badajo de la noche…

Y  mira  

ahora tengo

algo sencillo y cálido

y hermoso:

Un puente

como hecho

de latidos de mimbre

por donde pasa

en el silencio oscuro

su rumor

con su perfume más granado…

 

Y me sabe

como a savia tibia

como a fogata

en noche de luna ebria

de arena dorada…

Ah  Y se está bien así

Yo dejo arriba los ojos

para vernos

sobre la cama abierta

en una bella silueta

que me entretengo

en recortarla

con tiza de luz de noche blanca…

(Y  Oh  Sí   Sí  Lírico siempre)

Ella dormida y yo

sin moverme

como si de ello dependiera

la armonía de nuestro

pequeño mundo…

Pero antes no me la daba

Y no me regalará

el tesoro mejor de su sueño

pero mira lo que he ganado:

tenerla así

como un sapito que duerme…

como si me cruzara

un río en la noche

hacia el estuario de mi sueño

hacia verlo morir

©Rubén Lapuente Berriatúa

 

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