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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

MIS HUESOS

MIS HUESOS

Son mis huesos

los que suenan

No sé si su voz traspasa mi cuerpo

si se oye fuera

Me han dejado

sin silencio:

¿Rumorean  o claman?

Será la humedad

o la pálida lenta herida

de los años

 

Por dentro de los dedos

de mis manos

siento como  

si un intruso

me los fuera

lentamente astillando:

será el continuo

y alado

tamborileo

sobre el ciego alfabeto

de las teclas

 

Ahora

cuando de madrugada

cruje la madera

del armario

rumia

la melliza mía

como si se consolaran

mutuamente

 

Y sueño

que me levanto de la cama

sólo con mi pulpa

y le veo a él

tumbado

sin ternura

como una barroca

imaginería

de tabas

como una coraza en mi vida

como un tamiz en mi muerte

 

Son mis huesos

los que suenan

Me han dejado

sin silencio

con un otro más

dentro

recordándome

que estoy vivo

                 ©Rubén Lapuente

9 comentarios

María -

Qué bueno y qué ingenioso el poema y tú. Me ha enncantado por lo original.
Y "aprovecho" para darte las GRACIAS por acompañarnos a Iván y ami en la presentación. Un abrazo, jefe. Mariaj

María Socorro Luis -

... y siempre con la mirada original, bella y tan personal del poeta...
muxuss.

Ñoco Le Bolo -


• No sé que decir. Mis huesos y la madera me llevan a un camino de cenizas.
• Es un bello poema.

• un abrazo

CR & LMA
________________________________
•

Teresa -

Un poema muy real y excelentemente escrito,el mio todavia si rumia es en silencio.
Besos Ruben

leonnoesferoz -

Nuestro cuerpo, a veces, frágil envoltorio...de sueños y grandezas!
Un beso

Zeltia -

Construiste un buen armazón con palabras para describir el que nos sostiene. La comparación del crujido de los huesos con el de la madera es visual, acústica, impactante. Me recuerda que yo soy sólo el cuerpo que habito.

ANGEL UTRERA BAZA -

como siempre, vital directo y sencillo. La vida en mano
abierta

ricardo -

Un gran poema rubén.

virgi -

Me has estremecido.
Y recordado a Neruda.
Mientras sintamos, estamos vivos.
Muchos besos, algunos a tus huesecillos, porfi.