ODA A MIS VIEJAS BOTAS
Para patear el monte
me regaló Carmiña
un par de botas de piel de serraje
Quiso el azar
que el de la vieja lezna
soñara el troquel
de su zapato
en el espejo de cada grada de mis dedos
de los altibajos de mi empeine
de mi mismo frágil calcañar
Y por partida doble
Y mis pies
encontraron
su horma de gala:
un par de pezuñas de corzo
Y cada sábado
un nudo
de pajarita
en los cordones
corona
y da
la palmada de salida a mis botas
Supe enseguida
que sabrían tañer
baladas de otoño
sobre la hojarasca
Que si entraban
en el abra del río
o en la dulce tormenta
lucirían su capucha de limo
y de lluvia
A la culebra
como un desafiante alfanje alzado
le enseña
el filo curvado
de la punta
o la suela cruel
de asfixiante almohada
de homicida
si se pone avizora
Y me contiene
las zarzas
mientras mi mano aparta
la suave enramada
de las hayas
Y dentro
de su cerrado
cielo negro
mis pies son tan libres
como la misma
veloz sombra del azor
sobre el agua
silenciosa
del embalse
Podría tirarlas
ahora ya viejas
olvidarme de ellas mañana
pero no se merecen
un contenedor
Las meteré
en una caja de cartón
como algunos recuerdos
como los zapatos
de quién me lo dio todo
y que si entreveo
ahora
sus pasos
me siguen
por toda
la casa
Y para que
las respeten
dejaré un renglón escrito
sobre la caja cerrada:
Que se ajaron antes que yo
Que abrimos veredas
juntos
©Rubén Lapuente
(El Rasillo de Cameros)
7 comentarios
Zeltia -
llueva o haga frío...
las imagino llevadas por tí entre bosques riojanos de hayas, con los colores de otoño, con los brotes de la primavera, con las sombras del verano, con la humedad del invierno.
se merecen una oda, sin dudarlo!
es raro encontrar unas botas que se acomoden a nuestros pies como unas pezuñas de corzo!
virgi -
Me has recordado las odas de Neruda, también me has hecho recapacitar sobre las que yo he tenido para caminar...ahora me ha entrado lástima de tirarlas...
Un fuerte abrazo
Teresa -
Un beso
Joselu -
juntos"
Los que somos de vocación caminantes, sabemos la íntima relación que tenemos con nuestras botas, pero ya las del Decatlon no son como las de antes. Son prácticas, son cómodas, pero no tienen esa carga afectiva, y además se deterioran. Yo me he quedado con la suela despegada en las dos botas, cuando estaba a punto de subir una montaña importante. Me quedé abajo viendo a mis compañeros que ascendían hacia la cumbre. Por la poesía de lo real.
María Socorro Luis -
"Supe enseguida
que sabrían tañer
baladas de otoño
sobre la hojarasca"...
Besos. Soco
Ñoco Le Bolo -
Mis viejas botas de piel, compañeras de esas tuyas, con mil caminos e historias, pasarán a un lugar preferente convertidas en refugio de unos ramilletes de flores secas.
Saludos
CristalRasgado & LaMiradaAusente
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barrychello -
un abrazo enorme¡¡