SOLDADITOS
mi triste soldadito niño
¿De dónde nace la tristeza, hijo?
Hasta la muerte mira de otra manera.
Fue antes del cuento que teje
su red de sueño inquieto.
Antes de subir al traqueteo
de la camilla del pavor.
Pero si te recuerdo así, hijo,
remueves el fondo de mi vida.
Y estas palabras no son para ti,
tú, que saliste a flote
de aquel pabellón
de malheridos soldaditos :
“Suero de luciérnaga,
avenida de luz en las venas”
te decía , llevando
de liana en liana
aquel leal muñeco
con el que sellamos
una alianza de sangre.
Estas palabras no son para ti,
ni para mí tampoco, hijo,
que me daba vergüenza
que me vieran tan débil.
Son para esas mujeres
de ojos como lobas heridas
que por aquellas habitaciones
entre palanganas de orina
enferma de niño,
y tibias esponjas teñidas
veían caer a sus soldaditos,
que eran como tú.
De la angustia de tocar el desorden
de un cuarto azul,
de atreverse a borrar en la pizarra
un último monigote,
nace la tristeza, hijo.
La vida es una alimaña ciega.
¡Y nunca podremos vengarnos!
©Rubén Lapuente
13 comentarios
Zeltia -
la foto contribuye, con la expresión de esos ojos...
Nerea Ferrez -
Nerea Ferrez -
Por cierto, he visto que me has puesto en tus enlaces pero, siento orregirte, soy Ferrez, con z, no Ferrer (no es la primera vez que me confunden).
Un verso ruso.
Joselu -
Teresa -
cuspedepita -
Por suerte tu soldadito sobrevivió y también el mío, así que somos afortunados, aunque hubo un momento en que creí que no iba a ser así.
Entonces aprendí que somos mucho más fuertes de lo que creemos.
Juana -
Un beso, Rubén.
Ruben -
Carmen -
irene -
Para una madre, y para un padre, no existe mayor dolor.
Ese niño, a pesar de su carita triste en esa foto, es una preciosidad.
Precioso poema, a pesar de la dureza.
Un abrazo, Rubén
juana -
Besos
Gloria -
Un abrazo
Maria Socorro Luis -
aBRAZOS A LOS DOS