
Mira
Ya toda la ciudad
se ha ceñido a la cintura
su reguero de pólvora
Mira qué ríos de olor
de chocolate con buñuelos
como dorados peces alados
bajan por todas las calles
Oh Mira Ya empieza todo a arder
Y ahí Ahí ¿La ves ahí?
Sí Ésa La fallera
¿La ves emocionarse?
Parece como si la hoguera fuera
en la plaza de su pecho
Como si se le quemara
el alma gemela de cartón
Y cómo sabe desaparecer
en la muchedumbre
Qué fácil para ella
Seguro que de niña
podía dormirse también
con el estruendo
de una traca del barrio
Plácidos sueños de triquitraque
entre llamas
la acariciarán siempre
¿Que si lo entiendo?
Esta madrugada de ceniza
le costará quitarse el espolín
de arco iris de oro y plata
Doblando muy despacio
el tisú del corazón desnudo
con su luz de brocado apagándose
la veo…
Pero mira
¿No son esas lágrimas
en llamas la mejor cremá?
Y uno que tiene que esconderse
o mirar antes de reojo
o rememorar removiendo
en las frías cenizas…
¡Oh maldito pudor
que te corta las lágrimas!
Pero mira ¡Mira!
Oh qué belleza
¿Las ves?
¿Las ves rodar a mares?
©Rubén Lapuente
Autor: Joselu
Entiendo que es un hermoso poema, pero en este caso no me siento cercano al motivo lírico que es la figura de la fallera y luego las fiestas populares. Aquilato el valor de las lágrimas de la fallera pero no me conmueven. No me conmueven las fiestas populares. Las veo como una atmósfera, como un ambiente, como un panorama en que suceden cosas. Así he visto procesiones en Andalucía sin verme implicado en ellas, sanfermines, fiestas en Zaragoza, demás, pero nunca me he sentido dentro de ellas. No me gusta la algarabía popular que encierra multitud de elementos admirables y otros no tanto. Hay una voz popular que me causa temor. La fallera, sin duda, es algo plásticamente hermoso, pero también ha sido utilizada para hablar de la cultura popular, de Valencia, del espíritu popular, de los pueblos que tan orgullosos se sienten. No sé, pero cuando oigo o leo que alguien se siente orgulloso de ser gallego, catalán, valenciano, aragonés, andaluz, español, algo dentro de mì siente temor pues intuyo un tribunal colectivo en el fondo de ese orgullo. No tiene nada que ver con tu hermoso poema sobre la figura por antonomasia de la fiesta valenciana, pero no me atrae, igual que no me atrajo para nada la pintura de Sorolla de la Hispanis Society de Nueva York. Me fascina la poética de la extrañeza, de la soledad, de la distancia, de la otredad y en eso no entran figuras populares por sentimentales que sean.
Un cordial saludo.
Fecha: 28/09/2014 13:18.
Autor: Zeltia
La patria de cada uno está en su infancia. Todo lo que nos lleva a ella, lo sentimos nuestro, nos emociona hasta las lágrimas.
A saber qué pensamientos mojados rodaban por su cara.
Fecha: 01/10/2014 16:37.