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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

HISTORIAS DE MI TEJADO

HISTORIAS DE MI TEJADO

                       por ahí ando lavándole la cara a mi tejado

Cómo voy a talar esos pinos,

mis  fieles soldados de madera.

¿Por esa lluvia de gotas de agujas?

¿Por el sobresalto de alguna piña

que abrazados nos despierta?

Antes de que se desborde la canal

me colaré por la lucera

como lo hacía de niño

por la gatera de mi puerta.

Ella no me puede ver.

Camino de espaldas, a gatas,

por un talud de un mar de olas

de barro quietas.

Soy el barrendero de mi tejado,

el que lo limpia y acicala

por si alguien se asoma un día  

por el mirador de las estrellas.

Hago vadear la escobilla

por los cien canales

de graneros de verdes agujas,

de arsenales de granadas de salva.

Y lo llevo todo hacia una gárgola

que achico con una larga cuchara

de madera.

Luego me tiendo un rato sobre las tejas

escudriñando el interior de las copas.

Mientras mordisqueo  una hebra suya,

pienso que podría haber sido un venado

y ramonear erguido cada brote

de esas ramas.

 

Como tardo, me llama desde abajo:

¿Pero vas a bajar?

Ya acabo, le digo.

Luego me habla,

de que no quiere que me suba,

del peligro de caerme,

del fuego del verano que no mira,

del hogar en el viento de las cenizas.

Me pondré unos arneses, le digo .

Unas botas con suela de garras de águila,

unas alas que den tiempo a mis pies

a posarse en la yerba.

Todo menos talar esos pinos,

mis fieles soldados de madera.

Guardianes de mi tranquilidad.

El paisaje en la niñez de mi alma.

Contigo no se puede hablar en serio,

me dice, dándose la vuelta.

Volverá a la carga.

 

Si supiera que hoy

que ha empezado la primavera,

he dado unos pasos de baile…

(que he hecho de volatinero por la cumbrera)

 

                       ©Rubén Lapuente

                      (El Rasillo de Cameros)

 

8 comentarios

Nerea Ferrez -

Hermoso poema. Me ha gustado tanto el tema como la forma de apreciarlo.
Sin embargo, yo tratría de reducirlo un poco, abreviar sin que pierda sentido ni expresión, y cuidar los versos pero sin buscr forzadas rimas.
Pero es un hermoso poema. Me dijeron que "la poesía es un chispazo", fueron palabras de un poeta. Así que, "hágase la luz" en tus versos.

barrychello -

me ha emocionado, no se por qué pero esta experiencia tambien la he vivido con mi madre....

ricardo -

Todo respira pureza, belleza.
Poesía distinta al engaño de tanto verso que anda por ahí que sólo mira el ombligo, aburrida,que está alejando a la gente de lo más hermoso que hay.

María Socorro Luis -

He sufrido esas mismas inquietudes, las tuyas y las de ella.
Deja los pinos, pero garantiza tu seguridad.
Bonito poema, bucólico, sencillo...
Muxu bat Soco

Joselu -

Hermosa ocupación, la de limpiar el tejado, que te da lugar a sentir y quedarte asombrado ante la belleza que te rodea y que no quieres amputar. Por esa hermosura que emana el poema, agreste y pura.

Teresa -

Entre la razon y el corazon, me pongo de parte de tu mujer. ¡corta los pinos!El poema me ha encantado

irene -

Un precioso refugio tu tejado, mirador de las estrellas, al que te aferras con esa confianza y seguridad de tantos años de conocimento, y con la tranquidad de esos pinos que vigilan, nunca puede ser un peligro tu tejado.
Besos, Rubén.

Antón de Muros -

Haces muy bien en no traicionar a tus soldados de madera.

Saludos.

Antón.