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Se muestran los artículos pertenecientes al tema SUEÑOS ( 15 ).

LA NAUSEA

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Estás boca arriba en la yerba

y en un tris  sin pensarlo  ya te has subido

a la grupa de esa nube

al lomo de una que parece un pez puro del cielo

y que te lleva a recorrer la tierra

ésa que de pronto alguien desde dentro tuyo

se la imagina como una pizarra azul

y en donde todo lo que se mueve

deja una estela de tiza tras de si

sí   que desde el cielo

fueran rayas de tiza rastro de la existencia

caminos de vida de tiza

la única huella al ir pasando

tú solo ves eso

líneas que van y retornan

que avanzan que bailan…

ese blanco roto de ovillo de años

lo vas viendo enmarañarse...

cada historia

la tuya también

es un garabato de yeso

y sólo desde el cielo se ve así

lo ves tú así

rayas como estelas avanzando

de casa  a la fábrica  al bar  al sueño

se entrecruzan  se confunden

unas lentas otras tendidas  inmóviles algunas

rematadas ya por un cabo de quietud…

y tú a la espalda de una nube

de la que aún no sabes

que va encinta de olvido

o de oscuridad de sueño

o de aguaceros

hasta que su lluvia borra las rayas sin vida

las que ya nunca se moverán las borra

en ceniza de tiza las diluye…

y tras la tormenta

otra vez las líneas

que vienen  que vuelven  que avanzan

que bailan…

la tuya también garabato

parado ahora boca arriba en la yerba…

 

y te viene la nausea

                                ©Rubén Lapuente

12/04/2014 23:05 rubenlapuente #. SUEÑOS ( 15 ) No hay comentarios. Comentar.

LA LIBÉLULA

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Desde el cielo del sueño bajo hacia el río

Un cuerpo menudo entra  en el agua

Es en esa espalda mojada

en esas dos paletillas que sobresalen

como lomos de peces dorados al nadar

donde veo lo que no había visto

 y sólo el sueño te regala :

cómo le arde ahí un instante la luz

El rumor de su cuerpo me parece

la deriva adrede de una rama rota

Bucea como una sierpe de seda atada

al viento del agua

El paisaje

de sus abanicos de rizos de río

que los juncos desgajan

llevan a la orilla mucho antes  

a su pequeño temblor

 

En lo más alto de un tallo

ensarta una mariposa tullida

luego se sacude

de la mano los polvillos de oro

de ocelos ciegos que llevaba pegados

haciendo con los dedos

como si la rociara…

Ahora que se ha vuelto

es un niño

La línea del agua le corre

hasta la mitad de los ojos sumergidos

Espera a la aguja del diablo que cosía la boca

a los deslenguados

de cuando era menos que un rapaz

Sabe que es más rápida que un destello

Que sus diabólicos ojos facetados

te pillan hasta si tañes a sus espaldas

un solo tris…

Y la joya turquesa colgada

de un punto de la nada del aire

aparece

ya arriba en el festín de su señuelo

Y como siempre hecha de un milagro

en otro milagro…

 

En el puño cerrado

mordiéndose los labios

aprieta y aguanta la muerte

de la belleza y el miedo juntos…

 

Por el filo de las alas rotas de la libélula

el niño se va muriendo…

                    ©Rubén Lapuente

EL ASTROLABIO

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Ahora era aquel muchacho

el del astrolabio tatuado en la muñeca

que espigaba estrellas de la mies

rubia del firmamento

Del ajimez partía su nave del sueño

a mil años luz de esa eterna  quijada

de achares siempre tundiendo cervices

Al amanecer se vestía con los arreos

traídos de su periplo armilar :                   

La nieve rosa de rubor

sobre los pómulos celestes

Un ramo puro de temblor de lucero

El secreto de la vida en un descuido

del olvido del sueño…

Iba como de puntillas por la vida

pero nadie notaba que no era de aquí

que venía de las afueras del tiempo

que daba siempre la hora equivocada

                          ©Rubén Lapuente

01/12/2013 13:57 rubenlapuente #. SUEÑOS ( 15 ) No hay comentarios. Comentar.

SIRENA

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Es cuando la belleza cae rendida

como un dócil sol mojado

que la oigo lejana

Su canto como si me devanara

un hilo de niebla

Si ella no habitara

en el fondo de la ausencia

no existiría no la oiría

Y siempre lejana

desterrada en el vacio

para no ser de nadie

A veces es la herida del viento

en la escollera

o el callado murmullo

de pronto de un torrente

peñas abajo

Está en la balada mía que tarareo

sin haberla oído nunca

Cierro los ojos para saber

qué palabras mías

pronuncia en el sueño

Para baldear del pozo de su boca

el tremor de mi alma

 

Y porque nace y vive de la ausencia

sé que nunca podré abrazarla

que su canto de sirena imposible

va cavando mi sola melancolía

                       ©Rubén Lapuente

LA NIÑA DEL COLUMPIO

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Que hubiera sido

esa pobre

hermana mía

Tardía

La del moisés

de borda dada de si

Náufraga en el zafiro

azul enfermo

de su sangre

o  esa hija

que no nos dimos

me daría igual

Lo mismo

hermana en el mismo cuarto

del mismo vientre

que hija de un te quiero

Sólo que niña

Mujercita siempre

La que no he tenido

Esa que juega de otra manera

Que todo trapo suyo

tiene carne

y hueso

y nombre

La que en sus fogones

sería su pinche aplicado

Enfermo en su mesa

de operaciones

Modelo en el desfile

de moda en el pasillo

Portero cuando pateara

ella una pelota

también

Pero niña

Mujercita siempre

Esa que me hubiera peinado el alma

Esa que sabe sacarte

el lado femenino

Que me hubiera echado

agua al humo

de la rabia

de los días

Lo que hubiera dado

por estar

esperando su espalda

detrás de esa coleta

larga como dura una vida

La niña del columpio

Esa que se enamora de uno

La que sabes te sonreiría llorando

allí cuando el ocaso…

                               ©Rubén Lapuente

MOTEL RODANTE

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Era dulce y joven

y violento

y abrumador

quemándote

como un verano

tórrido

Inevitable  

su flor

clamando

en la carne cada día

Clandestino

Y de amarse a si mismo

a ir a agotarse

al camastro

del motel rodante

sobre el tapiz del asiento

mitad vestidos

dos viajeros submarinos

dos reptiles

de belfos

agrietados

en la pila del otro

abrevando…

Veo ahora gracioso

la cabeza

de periscopio

subiendo  bajando

subiendo…

tras la ventanilla

Me viene

la música de berrea de gozne

de ballesta

acompasada

de voces

de grillos

y de perros lejanos

Me viene el placer

quemándose

en ese mástil

de enseña en llamas

con su pie de planetas

oscuros…

y toda el agua rosa de su llaga…

             ©Rubén Lapuente

HERE COMES THE SUN

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Aquí viene el sol hijo

Ahora que se deja

Que remolonea

Que todavía es un muchachito rubio

de bucles en llamas

como el que te sale

del lapicero

míralo bien

Qué prodigio

que todo lo que somos

naciera de su corazón

Que su cedazo

decantara

la belleza de nuestra pequeña vida

¿No es mágico?

¿No es increíble?

El ciego de luz

que nos hace dar vueltas

y vueltas

en la badana de su honda de seda

que no se quiebra

que nos lleva de viaje

en nuestra vagoneta azul

al miedo

de lo infinito

pero tan suave

y dulce

tan de tapadillo

que no nos damos ni cuenta

que nos ha dormido

dentro

el desasosiego

de existir

Y siempre es así

La monotonía no le hace dudar

Ni media hora de recreo

se ha dado hijo

Y puede que no

sepa que vive

pero tiene un arca dorada dentro

con semillas de vida

y toda su sangre de oro líquido

es de deber:

soldadito rubio que nunca deserta

Y míralo ahora

se quema como un mártir

como una madre entra al infierno

del sufrir de su hijo

para que cuaje la luz en todo

y vivamos

 

Si antes me venía

esa breve náusea

ese desgarrón de lo absurdo

de la vida

ahora a cierta edad

ya te reconcilias con lo eterno

Ya no te queda sitio

nada más que para la belleza

Mira ahí viene  

Como una cálida hogaza de trigo

nos busca en la casa…

Hijo ¿No parece esto un sueño?

                      ©Rubén Lapuente

                  ( El Rasillo de Cameros)

Foto amanecer en el rasillo

Here comes the sun

VENEZIA

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Nada más

y nada menos

que un leve toque

de manija de madera

de paleta de albañil

encajándome

el último adobe

del alma

y ya desde la baranda

del vaporetto

al acercarme

a ese decorado

de lienzos

pintados

en telones del cielo

hasta el mar

La belleza

acaso

basta que sea

una suave cintura

de barro

o una perla de agua

resistiéndose

de un lóbulo

a morir

Aquí

es esta

bella ragazza Venezia

que he de seducir

y subirla

a lomos

de una garza negra

y robarle

los besos

bajo los puentes

y amarla

en la luz

del atardecer

pero una sola vez

que sólo así

en los sueños

de mañana

o cuando acaricie a otra belleza

entreverarla a ella

siempre

a ella

           ©Rubén Lapuente

    Venezia a 27 de Abril de 2013

 Foto: Venezia desde Ponte Rialto

NADADORA

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Nadadora

Segadora del agua

que te ciñe

como

a una piedra

La misma

nacida tantas veces

en otra

distinta

en torno

a esta estrella

que dio la vida

que no sirve para nada

Y nadas

con tus brazos

con el ritmo silencioso

de tus muslos

avanzas

Pero ay

eres

como

una rama rota

medio hundida

merodeando

por su sucia

albufera

Nadadora

que sueñas

con doblar

esa esquina del agua

que no deja

estelas

Adentrarte

en el miedo

a la aventura

de un túnel  

sin luz en la otra boca

con voces que

de pronto

en la oscuridad

callan

Que sueñas

con volverte

náufraga rosa de plata

Que un albatros

se pose

un instante

cansado

sobre

tu espalda

mojada

Que los pescadores

lancen

sus redes

a tus senos de sirena

creyéndolos

dos tesoros

de nácar

Que sueñas

con esa plaza redonda del mar

de un corazón

que te da siempre

a la noche

las gracias

Oh Segadora del agua

Mi nadadora

             ©Rubén Lapuente

Óleo de Marta Aguilar Tenor

El MIEDO NO SUBE EN ASCENSOR

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De un hilo de su aliento

parece

penderle la vida

tan frágil

con este silencio

vivo

Dormida

Hilo que me trae

en mi duermevela

siseo de alas

a la luz

de esta noche

ay

de mala tijera

y un cuchillo

de curvado

filo de luna

abriendo

en mi maleza

bulevar

a los dos heraldos

con guadaña :

Ah es esa cita inevitable

que tenemos:

Pétalo tuyo

quizás

de hinojos

Pétalo mío

quizás

en el lecho…

Pero mejor

yo antes

Si

Yo primero

Que es mucho más duro

ver

lentamente

lento

cerrarse unos ojos

que fueron

noches de verano

Pero

con el ascensor

tan sonoro

los sábados

amanece mucho antes:

Madruga

el barrendero

de la vigilia:

traqueteos de albores

de jóvenes vecinas

cremalleras

Trémulas gotas

de goce

resbalando

en los dedos

Todo vuela

por la caja

hasta la almohada

del  quinto

que escoran mi cuerpo

a una linde

cálida

y desnuda

que se lleva

a esa iguana que ronda los sueños

que no habla

que huye si amas

©Rubén Lapuente

¿IRSE O QUEDARSE?

20120603123349-mar-barcos-irse-o-quedarse-pessoa-ruben-lapuente.jpg

 

A esta

estampa

en calma

de atardecer con barcos

sobre la mar

viajo sin irme

Voy entre

mis cuatro

paredes

en las que

anda la luz

matizando

su gastado ocaso añil

o  mejor

mi pereza de pintarlas

Me llevo

zureos de paloma 

de mi terraza

sonando

a tonada

de gaviota

y rumor

intermitente

de olas de ascensor

de mi casa

Y vuelo

entre mis sábanas

ahora de hilo

de grano

de arena

a la penumbra

de esta estampa

bellísima

de anochecer de mar en calma

con barcos

que miro

por vez primera

siempre

y voy

entrando

como con un beso lento

en su eterno

regazo de papel

adormeciéndome

trayéndome

su sueño

    ©Rubén Lapuente

Foto: Martín Gallego

¿Viajar? Para viajar basta con existir. Voy de día a día, como de estación en estación, en el tren de mi cuerpo, o de mi destino, asomado a las calles y a las plazas, a los gestos  y a los rostros, siempre iguales y siempre diferentes como, al final, lo son los paisajes. Si imagino, veo ¿Qué más hago si viajo? Sólo la debilidad de la imaginación justifica que haya que desplazarse para sentir. La vida es lo que hacemos de ella. Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos. Libro del desasosiego (F.Pessoa)

METAMORFOSIS

20120331135641-metamorfosis-mutacion-evolucion-tatuaje-alas.jpg

 

Es en ese sueño en el que oigo

cómo muda lenta la piel  

de esa oscura ardentía silenciosa

que corre a la vez por la sangre de todos

presagio de un estrago enorme

que mi sueño sin hora me adelanta

acorazándome con piel de élitros

y huesos de leve ave de amargo tuétano   

Es en ese sueño en el que voy

con ese volatín de niño

cojeando adrede por el bordillo de la acera

o aprendiz sobre el dulce álabe

de vieja encina de los alcores

o ya héroe subido  con la cabeza gacha

al pretil de los puentes   indeciso

mirando la canal sucia del vómito del vómito

en el que algo o todo me empuja

hacia cualquier grieta de nido en la pared

al privilegio de un rayito de luz de ceniza

al grial de unos ojos muertos

entre malos perdedores  

que acuclillados y alados como yo

van maldiciendo

a esta naturaleza que no les abandona

que se empeña en salvarnos

                             ©Rubén Lapuente

MASCARÓN DE PROA

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La muchacha de madera

La de la roseta de golpes

de agua en las mejillas

La de flores de algas en los cabellos

La que suena en su caracola

voces  lejanas de lirio

Hecha para morirse de mar

A un marinero de arboledas

le ha embriagado el corazón

 

Por la roda de su casa la sube

hasta un sombrío cielo de lucera

Arrancada

de su viejo bauprés de goleta

la sirena varada

tallada con gubia de viento  

de lluvia  de olas

de albas de océano

llama con su honda caracola

a lejanos mares perdidos

 

Cada día sube a mirarla

Cada día por los ciegos

ojos ahogados

se le sueltan a la muchacha

de madera

dos gotas de agua salada

Y ella no sabía llorar

                ©Rubén Lapuente

A Jorge Escobar Calderón artesano chileno de hermosos mascarones

TRAPECISTA

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En el talco

enjuga sus manos

de sudor

del sueño

de caer a la arena

 

En la mitad del vacío

de su balanceo

se suelta

Y vuela

Y no hay nada ni nadie todavía

Aún las manos del otro

no están

Vienen

Están llegando

La emoción del alivio

vuelve a soltarle

Y otra vez vuela

Pero el trapecio solo

no ha llegado aún

Todavía está

viniendo

Se pierde y se encuentra…

 

Abajo  

de perfil de los labios

gemelas palmas

se juntan

un momento

apretadas

en el redoble último

Y le asoma el esplendor

de la belleza íntima

La misma que la de aquellos

primeros pasos

vacilantes 

sobre la baranda

del portal

o sobre la cimera del muro

cuando un dios

le avellanaba

la tarde  

de luz en su luz

 

Camino del carromato

Nimbado de aplausos

Sabe que su travesía

es un círculo

Que por arriesgar la vida

no la vivirá nunca

Que para que fragüe

el hechizo

no debe abandonarse

Que para reinar

dentro de sí mismo

debe enlazar  

noche tras noche

el eterno sueño inquieto

 de tropezarse

en el aire

                  ©Rubén Lapuente

COSQUILLAS

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Soñaba

el hombre dormido

de cuando fingía

de niño

morirse

para tener de rodillas

sólo para él  

la inmensa dulzura:

“Vamos a ver si son de plomo estos brazos

Si se empañan mis ojos de tu aliento

¡Oh! ¡Si estás tan frío como una baldosa!

¡Oh ¡ ¡Si se te ha roto el muelle de los párpados!

Habrá que tirar a este niño

a la basura

como la piel de una naranja

como el corazón de una manzana

como a su triciclo sin manilla

ni  ruedas”

Y por los corredores de la casa

le llevaba

en brazos

altiva

como si fuera

el hijo héroe soldado muerto

“¡Espera!

¡Si oigo un tamborcillo

por el cielo del pecho!

¡Si aún puedo revivirte

con tan sólo tocarte

con la punta de mis dedos!”

 

Pero la  memoria del sueño

del hombre dormido

no podía despertarle

no se reía aquel niño

ni se movía la muerte

                    ©Rubén Lapuente

                   Foto: yo soñando

SUEÑO DE ESTRELLAS

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Temprano

nos van a explicar.

Tú perderás la belleza

oscura

que es tu misterio

tu hechizo.

Yo mi porvenir 

que es mi enigma

mi jeroglífico.

(¿Te acuerdas de aquel

cielo de niño?)

Colocarán la pieza última

de mi rompecabezas.

Me señalarán en un mapa

una cruz de algún error

atávico.

Me harán creer que la vida

es una guerra con el tiempo.

Hasta lo que había

antes de aquel fragor

ya no será una fábula.

Sabré de qué miedo huyes.

De qué cobardías

de qué amasijo de claridades

estoy hecho.

Me verás como ropa

tendida

sin viento.

Te veré como un manto

hermoso

gastado.

(¿Me revives aquel

sueño de estrellas?)

Temprano

me veo a mi mismo

pasajero adivinado en la ventana

mirando lo que he sido.

                                       ©Rubén Lapuente

AVARO DE LUMBRE

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Tarde, llegué a casa.

Las estrellas

florecían en la noche.

El bosque callaba

de frío.

Al entrar

ardía la leña

como si lo hiciera

dentro de mí.

Sin la premura

del tiempo

me tendí sobre la alfombra

avaro de lumbre

de olor a ramas 

rotas.

A traves de las llamas

veia el fuego

turbador

capaz de abatir un bosque

de silenciar un planeta

de poner nombres a las cenizas:

El fuego.

El astro que seré yo un día

por un instante:

enseña roja en la cresta del viento.

Arder

dando mi mejor luz

de tanto azul esperándome ...

 

Sobresaltado,

desperté

de los renglones de mi lengua de fuego

de la hoguera de mi cuerpo mártir

del breve vuelo final de mi pájaro

de ceniza.

y cuando 

con el badil

avivé mis propias ascuas soñadas

nunca me sentí

tan apremiado

por la vida.

                © Rubén Lapuente

           (El Rasillo de Cameros)

EL CUBIL DEL SUEÑO

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En el cubil de mi sueño

pulsan una luz a medianoche

Despierto adentro

temeroso de la verdad

diurna mía

a esta claridad más auténtica

 

Tres horas más de vida

atado al lecho del desvelo

viendo la sombría

fragilidad de la vida

el poso tiznado

que me aflora ahora

de los hombres

esa postura

esa silueta al trasluz

de mi mujer

desconocida

que me engulle

en su remolino de vértigo

mi mañana desmañado

en mi peor desnudo :

el del deterioro:

el anticipo que le doy de algazara

a la muerte

 

Tres horas más de vida

esperando a que el ojillo

de la persiana se abra

con la algarabía del día

que todo lo posterga

                            ©Rubén Lapuente

LA JAURÍA

20090725092123-mariposa-en-la-mar.jpg

Por encima de los sueños

del roce de la vida

a la grupa de este cóndor de acero

todo se vuelve gélido

hermoso

 

Es la altura

que esplende la belleza

que suaviza las siluetas

en ese momento

de embriaguez

en el entresueño

en el que la luna

huye de las ventanas

la madrugada se insinúa

como la de la mujer rendida

que te entreabre

tenue su lecho

y la miríada de luces

se apaga abajo

atrapada en mi puño

trampero de luciérnagas

 

Me perdería ahora

con las alas puras del sueño

Creerme que sólo arriesgo la vida

¡Ser una mariposa en la mar!

 

El preludio

es el eco de un ladrido

que me abrocha el cinturón

Cuelgo los sueños

del perchero de las nubes

me aprieto el nudo de la corbata

y ensayo una sonrisa

antes de que venga a buscarme

la jauría

 

©Rubén Lapuente

 Foto de Sonia Jazmín Sánchez Orozco

  Mil palabras menos

¡AMPARO!

20080731220024-amparo.jpg

¡Llámala!

¡Desde la calle!

¡Grita su nombre!

Ella está dentro de un vergel.

Siempre te oye.

 

¡Espera!

Que la voz aquí se demora

al paso de un olor.

Se equivoca de oído.

Se hechiza.

 

¡Llámala otra vez!

Estará tirando muy suave

de una raíz.

Cribando la tierra

para ese tallo perezoso.

Dejando un punto de luz

de agua en cada hebra.

 

Ayer me trajo una mano de belleza:

Una altea, unos lilos, salvia…

 

Ella doma lo verde.

Sabe lo que arraiga.

 

¡No! ¡Deja!

¡No la llames más!

Se habrá quedado dormida.

 

Un día la llamó el dolor…

 

Pero ahora, se está haciendo

rubia de luz y pura de agua:

Transparente.

 

La vida es ver crecer lo que  amamos.

 

¡Déjala que siga trepando

por la enredadera de su ensueño!

 

                 Ruben Lapuente

            (El Rasillo de Cameros)

VOLVERME COMO UN PÁJARO

20080625011608-cara-pajaros.jpg

 

 

Cerrar los ojos.

Abrirlos en la suave

maleza de mis plumas.

 

Que cada mañana

me parezca

siempre la misma.

 

Leer cada día una página

en blanco del viento,

del sol, de la lluvia.

 

Llevar  la escuela aprendida

en el torrente de mis venas.

Que todo lo que tenga

acabe en el filo

de mis alas.

 

No estar confinado.

Migrar.

Amar por instinto.

 

Mirar al hombre

como a una alimaña.

 

Ser siempre el mismo.

 

No demorar la muerte:

Caer de la rama

como a un agujero

sin fondo del sueño.

 

Morir sólo para morir.

            

               Rubén Lapuente

25/06/2008 01:17 rubenlapuente #. SUEÑOS ( 15 ) No hay comentarios. Comentar.

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