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TAMARA O LA CRUZ DE LA VICTORIA

Eh Rubén Ven Mira
Aquí detrás Mira
Ya tengo compañía eh?
Ya no estoy tan sola en el destierro
¿Qué? ¿Te gusta?
Y no he dejado sitio ni para
la inicial de un amante furtivo
Mi espalda
para esa cruz de la victoria
para ese amor mío profundo
Y tú ya sé que me entiendes
Que no es por lo que altanera digo
lo de que Asturias es España
y lo demás tierra conquistada
No Que no es por eso
Que no es un capricho la cruz
Si la tengo ahí es para que
me señale mi ausencia
Todo lo que estoy perdiendo cada día
Me alejo un poco
y todo me gira
en torno a esa tierra verde
que tiene un interior de caricia de lana
Que si abres cualquier ventana
ves a la belleza en su sitio
en su tocador acicalándose
Que tiene labios amigos bebiendo
de un mismo vaso
Que escribe con sudor de sangre
de carbón su orgullo
Y qué voy a hacer si sólo me siento
ciudadana del mundo en Asturias
en mi Cangas de Narcea
¿Te gusta?
En el madero de la cruz ¿ves? cuelga
la letra A es la inicial de Alfredo
(Que me perdone don Pelayo)
mi padre que el azar borracho de una bala
se lo llevó y bueno…con el eco de ese grito mío
de pavor de niña voy por ahí…
La M es de mi madre de María Esther
que me he venido aquí
para que a ella no le falte de nada
que alguien me tiene que radiar
los amaneceres cuando llamo
Cuando acabe esta larga incertidumbre
de un salto me presento allí
a trabajar en lo primero que salga
Y no voy a ser mejor asturiana por llevarla no
Tú Tú ya sabes…
©Rubén Lapuente
Foto: Tamara González compañera de trabajo
CALLE LAUREL

Para ser lunes María
vienes radiante
Ayer pillaste cacho eh?
Menuda crema es esa para el cutis
Que va que va
De eso brujillo bien poco
Conoces siempre a alguien pero una
está ya muy escamada
Cuéntame cuéntame Santa Teresa…
Oye que no es así
Que confundes tiento con témpano
Que sé lo que es enamorarse
Y hasta las trancas
Lo que no sé es si a éste corazón
le cabe otra patada
Y tú me has visto en esta oficina
mas que llorar
Bueno perdona perdona
Deja si ya sé que al final eres mi confidente
Si estoy contigo media vida
Lo conocí en la Laurel el sábado
Íbamos en cuadrilla
Echamos unas risas
Y por el tercer vino lo más
la mano en la cintura o en el hombro
Pero ni nos contamos la vida
No es de aquí
trabaja en una farmacia en Burgos
Eh perdona
Pero ése es el amor de tu vida
Uf Ya me veo de tigre
en los portones del templo
en mi senectud
Tú pasándome el elixir de la eterna virilidad…
Calla tonto
Y nada más
Bueno no
Creo que algo va a suceder
Es que se me presentó el domingo
Y solo
Y nos fuimos a comer
En la mesa sabes lo veía
cómo comía tan despacio
Muy despacio
¿Y?
Para mí es muy importante
ese detalle
¿Cómo?
Que comía despacio
Pero muy despacio
muy tranquilo
igual que yo
Y era como si me sedara
Algo bueno me va a suceder por fin
Que ya tengo unos cuantos tacos
Que ya me toca
Pero al final hubo…
Claro tonto!
©Rubén Lapuente
Foto: calle Laurel de Logroño
JÓVENES SUEÑOS ROTOS

Me extrañó ver a Miguel estos días sin su novia y me acerqué…
Tanto esfuerzo
Tanto tiempo entre libros
para que al subirte al final
a tu nuevo tren reluciente
se rompa su raíl
Y cómo me duele ese inmenso
joven cansancio suyo
Sé que su vida
comenzaría mañana
si sonara temprano un despertador
junto al mío
Que libre te quieres
Y eso sólo lo compra el trabajo
El llegar yo y verla tan hundida
El que me dijera sentirse una rémora
un lastre para mi
El que no le acariciara esta ciudad
“moraduras tengo en los nudillos”
nos iba alejando
Hasta que se me ha ido
a respirar ese aroma
de estela de niña
El del nidal de su pueblo que siempre
es un bálsamo que sana
a ella seguro
Y nos hemos dado un tiempo
Bueno ella tiene que recuperarse primero
Aún está hundida
Yo sólo le mando mensajes de ánimo
Que no se rinda Que no está sola
Que la tristeza también puede dar rosas
Y yo tengo mucho aguante
©Rubén Lapuente
CORZA HERIDA

Me enseñas tatuajes
De venado
Tatúame uno de venado
Ése
Ése de ciervo me gusta
¿Sabes? Es ése hombre
que me decía
que en sus sueños
me hacía corza
Oh
Si no fuera
una ráfaga de bosque
Si no me abrazara
una tormenta
Si no estuviera limpio
de mentiras…
Ése
Ése de ciervo
Que aún oigo su voz de campana
Y que yo lo vea aquí
hermoso
en la falda de mi pecho
sobre un jergón de mi carne
de esa
de esa temblorosa
Pónmelo aquí
donde más
me retumban los latidos
del deseo
Aquí
Y que
a una andanada mía
errante
mágico ciervo animado
vaya por las peñas
de mis huesos
y me huelle
entera
toda
entera
Que ramonee
en la maleza de mi pelo
que buena mata
de azabache
tiene
Que teche
mis senos
de soledad
con sus zarpas suaves
Sí
Que a una salva mía
se haga animado
Y baje al dedal del amor
el belfo
de su húmeda boca
Y hasta lleve la cuenta
en un ábaco
en la cabecera de la cama
de cada pálpito
suyo
de bronce
en mi llaga
la que gime en penumbra
Ése
Tatúame ése de ciervo
que así
será como si llevara
siempre dentro
sus últimas gotas recientes de vida
©Rubén Lapuente
(Salamanca)
BALAS DE CORCHO

De vez en cuando
mi hijo me invita
a entrar en la guerra
a que tome las riendas
de una venganza
o las de una salvación
y por detrás del arma
de este pulcro héroe virtual
que toma mi nombre
a quemarropa
voy disparando
Me dicen
que le regalo violencia
que aliento
su larvada
fiereza
Que haga una pira
con todo esa
ponzoña bélica
Me lo dice
esa hermandad
bienhechora
que intenta guiar
su ventura
sus pasos
cuando
el simple
afilado dedo
de una mano desnuda
bastaría
para tirotear
todo lo que se asoma
se mueve
Le compro el guión
de lo que lee
de lo que oye
de lo que ve
Y siempre
será el héroe
a este lado del mundo
Mi hijo juega
a restaurar la paz
manipulado claro que si
pero como los de la otra bandería
que siempre serán
o han sido
el mal
el imperio del mal
¿Que le compro violencia?
Si no hubiera habido
sarracenos
Ni conquistadores sanguinarios
Ni piratas
Ni nazis
Ni delincuentes
Ni kamikazes
Ni mafia
Ni bin laden
Ni odio
Mi hijo tendría una paloma blanca
de mascota
por la casa
o la biografía
de todos los amaneceres
Reflejo de la vida
que nos toca somos
son los juguetes o deberían ser
Yo cuando en aquella película
los comanches
raptaron a la chica
o en otra viendo a todo el séptimo
de caballería
por los suelos
al pelirrojo Custer
flechado como un San Sebastián
acabé con toda la tribu de la pluma
A Caballo Loco le colgué
del palo mayor del fuerte de madera
Y de nuestra guerra civil
que oía en la cocina
tocada lenta en la curtida cicatriz
de la piel de mi padre
la lidié de niño
en la última calle de arena de Miranda
alistado de soldadito
en unos de los dos bandos
echado a suerte
jugábamos a dispararnos
con balas de corcho
hasta formábamos
un pelotón
de fusilamiento
con una de esas balas
encasquillada:
era la de fogueo
Recuerdo
que mi verdugo de pupitre
me ponía
su oído frio
en mi pecho cerrado al aire
Y yo me demoraba en la muerte
Sólo quería recordármelo
Y aún
se me escapa
media sonrisa
como si sin esos juguetes
yo no sería ahora
el mismo hombre
creo que bueno
Recordármelo
mientras
me dejo matar
©Rubén Lapuente
HOJAS DE ACANTO

Hacía semanas Rubén
que la madera no cambiaba de nudo
Imagínate en el taller
todos
buscándonos
con la misma mirada
inquieta
asustada
Que en un encadenado
dominó de ladrillos
un soplo baste
para que el andamiaje de un país
se desplome tan rápido
cuesta digerirlo
Nadie vio la carcoma Rubén
Y cómo te apeas de la angustia
Cómo aguantas
de centinela
el apretado ahogo
de olor a silenciosa madera
de cada día
de cada noche
esperando
sin cobrar
el cierre
Con el miedo
otra vez al porvenir
pero ahora con un trozo tuyo
subido a los hombros
y con esas paredes de la casa
que aún no son
del todo
tuyas
Y sólo sé tallar una flor
sólo unas hojas de acanto
Sólo escribo ripios en la madera
Ahora en el paro
me hace gracia que note
que la tierra se mueve
Me veo desde el cielo
mareado
dando vueltas
Es ese runrún del vértigo mío
al que acallo
con el aspirador
que paso
y paso
por la casa
o le engaño
demasiadas veces
con serrín
de rubia cerveza amiga
Y así salgo a la calle
casi sin esperanza
encontrándote hoy Rubén
Mañana iré a tomar medidas
Te tallaré en la cama
una flor
unas hojas de acanto:
mis “ripios” en la madera
©Rubén Lapuente
a un trabajador de Alba Rubio
ANDREA

Andrea que son ya las nueve
Que no has subido la verja
Pero ¿qué te pasa?
¡Pero si ni has horneado el pan!
¡Que nos viene toda la marea del barrio Andrea!
No mujer No me llores aquí
Pero ¿qué te pasa?
¿Qué? ¿Que no sabe si te quiere?
Andrea que esto es un negocio
Deja en otro sitio el desamor
¿Que no se te pasa?
Dile que si tiene que romperte el corazón
que te lo rompa ya
que deshoje de una vez
su margarita
Cómo vas a ser poca cosa Andrea
Que venga
Dile que se venga aquí
antes de tu hora
mucho antes si quiere
Que viera en las cámaras
cómo buscan
esa joven mirada tuya
la que les hace empezar a quererte
o esa sonrisa eterna que tienes
que vende Andrea que vende
Que sintiera tu alegría
Tu fatiga de horas de pie
Tu firmeza con lo rapaz
Tu mano de niña hada
que no coge las cosas
sino que las acaricia Andrea
las acaricia
Lo que vales
Que en tu descanso
en la trastienda
le sonara el móvil a unos metros tuyos
enseguida lo tomaría seguro
para llevar en volandas
con su voz
tu cansancio
Que se enamore aquí
de la que no conoce
aquí
Que madure
aquí
Andrea
Ya me gustaría a mí tener tus años
para tirarte los tejos
La verja
Levanta la verja
Andrea
Venga
Ésa no aún ésa no
La de tus lágrimas
primero
©Rubén Lapuente
LA NOVIA DE UN SOLDADO ESPAÑOL

“La tierra no es tan pequeña
que se lo pregunten a mi corazón
que se pierde por estos viejos
mapas de casa
buscando Afganistán
Te vas a ir muy lejos
adonde no te espera nadie
¿Quién puede creerse
que vas en misión de paz?
¿Quién en ayuda humanitaria?
¿Qué se puede reconstruir
en un avispero?
Serás un uniforme
con una enseña roja y gualda
cosida al brazo
sin rostro
sin ternura
¿Te imaginas vivir
sintiéndote dentro
de la mirilla de un arma?
Serás un invasor
Y de la ocupación
nacerá el odio
la dignidad
la paciencia
la resistencia sorda y tenaz:
esa indestructible arma
Y tú entraste al ejército
para ganarte la vida
no para perderla
encubriendo una venganza infinita
de esa cabeza de lobo
enconada con el mundo
que me obliga a vivir
esta historia de amor
de la novia de un soldado
herida
Y ahora no sé a quién me van a devolver
Acabarás entrando en las casas
buscando terroristas
¿Y si te encuentras sólo
con juguetes
con pequeños zapatos
con manecitas de tiza en las pizarras?
¿A quién me van a devolver
conociéndote yo?
Estoy preparando mi corazón
para estos meses
Cada día será una pesadilla
esperando un mensaje en la noche
Yo sólo podré acompañarte
por detrás de ti
respirando en mi ensueño
muy hondo
la estela de miedo que dejes”
©Rubén Lapuente
Foto de Ignacio Pulido
DESAHUCIO

¿Garantía?
Sólo tenemos esta casa.
Aunque tu madre…
con tal de verte salir adelante.
Es un buen producto.
Con maquinaria moderna,
fieles trabajadores,
una buena imagen…
el éxito lo tienes asegurado.
Hasta yo podría ser el Presidente de Honor,
a mis años, sólo a figurar, claro.
Y le daría el aire a ese viejo traje del armario.
Yo te avalaría hijo,
con tal de verte salir adelante.
¿El producto? ¿De dónde?
¿Más barato? ¿La mitad de la mitad?
Estas espigas de Oriente,
tan tozudas,
nunca se duermen del todo,
siempre están cabeceando.
¿Entonces? ¿Para qué fabricar?
Y no habrá liquidez, no hijo.
Si el dinero está en algo que no se mueve…
Envejecerá deprisa por dentro.
¿Y los plazos? ¿Los intereses?
Habla con el banco, un aplazamiento…
¿Ya te lo dieron? ¿Entonces?
¿Desahucio? ¿La casa?
¡Ah ¡ Firmé una carta ¡Sí!
Pero a mis años, no la acabé de entender
del todo, era tan farragosa.
¿Entonces? ¿Pero a tu madre…?
No, no te preocupes,
ya se lo digo yo.
Siempre hay una manera
de suavizar las cosas,
aunque son tantos años,
demasiados recuerdos.
¿Y ahora?
Nos iremos contigo, no hijo?
de alquiler los tres,
nos ayudaremos,
mi pensión es tan …
¡Ah! Que te vas de la ciudad.
Claro, lo entiendo.
Empezar de cero:
Otro lugar, otra gente, sin ataduras.
¡Con tal de verte salir adelante!
Ya nos llamarás, hijo, eres joven,
seguro que encuentras algo.
Lo malo es tu madre.
No sé la forma de…
Son tantos años...
Demasiados recuerdos!
Rubén Lapuente