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Se muestran los artículos pertenecientes al tema POEMAS ESCÉNICOS( 20 ).

TAMARA O LA CRUZ DE LA VICTORIA

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Eh Rubén Ven Mira

Aquí detrás Mira

Ya tengo compañía eh?

Ya no estoy tan sola en el destierro

¿Qué?  ¿Te gusta?

Y no he dejado sitio ni para

la inicial de un amante furtivo

Mi espalda

para esa cruz de la victoria

para ese amor mío profundo

Y tú ya sé que me entiendes

Que no es por lo que altanera digo

lo de que Asturias es España

y lo demás tierra conquistada

No Que no es por eso

Que no es un capricho la cruz

Si la tengo ahí es para que

me señale mi ausencia

Todo lo que estoy perdiendo cada día

Me alejo un poco

y todo me gira

en torno a esa tierra verde

que tiene un interior de caricia de lana

Que si abres cualquier ventana  

ves a la belleza en su sitio

en su tocador acicalándose

Que tiene labios amigos bebiendo

de un mismo vaso

Que escribe con sudor de sangre

de carbón su orgullo

Y qué voy a hacer si sólo me siento

ciudadana del mundo en Asturias

en mi Cangas de Narcea

¿Te gusta?

En el madero de la cruz ¿ves? cuelga

la letra A es la  inicial de Alfredo

(Que me perdone don Pelayo)

 mi padre que el azar borracho de una bala

se lo llevó y bueno…con el eco de ese grito mío

de pavor de niña voy por ahí…

La M es de mi madre de María Esther  

que me he venido aquí

para que a ella no le falte de nada

que alguien me tiene que radiar

los amaneceres cuando llamo

Cuando acabe esta larga  incertidumbre

de un salto me presento allí

a trabajar en lo primero que salga

Y no voy a ser  mejor asturiana por llevarla no

Tú  Tú ya sabes…

                                     ©Rubén Lapuente

Foto: Tamara González compañera de trabajo

CALLE LAUREL

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Para ser lunes María

vienes radiante

Ayer pillaste cacho eh?

Menuda crema es esa para el cutis

Que va  que va

De eso brujillo bien poco

Conoces siempre a alguien pero una

está ya muy escamada

Cuéntame  cuéntame  Santa Teresa…

Oye que no es así

Que confundes tiento con témpano

Que sé lo que es enamorarse

Y hasta las trancas

Lo que no sé es si a éste corazón

le cabe otra patada

Y tú me has visto en esta oficina

mas que llorar

Bueno  perdona  perdona

Deja si ya sé que al final eres mi confidente

Si estoy contigo media vida

Lo conocí en la Laurel el sábado

Íbamos en cuadrilla

Echamos unas risas

Y por el tercer vino lo más

la mano en la cintura o en el hombro

Pero ni nos contamos la vida

No es de aquí

trabaja en una farmacia en Burgos

Eh perdona

Pero ése es el amor de tu vida

Uf  Ya me veo de tigre

en los portones del templo

en mi senectud

Tú pasándome el elixir de la eterna virilidad…

Calla tonto

Y nada más

Bueno no

Creo que algo va a suceder

Es que se me presentó el domingo

Y solo

Y nos fuimos a comer

En la mesa sabes lo veía

cómo comía tan despacio

Muy despacio

¿Y?

Para mí es muy importante

ese detalle

¿Cómo?

Que comía despacio

Pero muy despacio

muy tranquilo

igual que yo

Y era como si me sedara

Algo bueno me va a suceder por fin

Que ya tengo unos cuantos tacos

Que ya me toca

Pero al final hubo…

Claro tonto!

©Rubén Lapuente

Foto: calle Laurel de Logroño

JÓVENES SUEÑOS ROTOS

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Me extrañó ver a Miguel  estos días sin su novia y me acerqué…

 

Tanto esfuerzo

Tanto tiempo entre libros

para que al subirte al final

a tu nuevo tren reluciente

se rompa su raíl

Y cómo me duele ese inmenso

joven cansancio suyo

Sé que su vida

comenzaría mañana

si sonara temprano un despertador

junto al mío

Que libre te quieres

Y eso sólo lo compra el trabajo

El llegar yo y verla tan hundida

El que me dijera sentirse una rémora

un lastre para mi

El que no le acariciara esta ciudad

 “moraduras tengo en los nudillos”

nos iba alejando

Hasta que se me ha ido

a respirar ese aroma

de estela de niña

El del nidal de su pueblo que siempre

es un bálsamo que sana

a ella seguro

Y nos hemos dado un tiempo

Bueno ella tiene que recuperarse primero

Aún está hundida

Yo sólo le mando mensajes de ánimo

 Que no se rinda  Que no está sola

Que la tristeza también puede dar rosas

Y yo tengo mucho aguante

                        ©Rubén Lapuente

CORZA HERIDA

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Me enseñas tatuajes

De venado

Tatúame uno de  venado

Ése

 Ése de ciervo me gusta

¿Sabes? Es ése hombre

que me decía

que en sus sueños

me hacía corza

Oh

Si no fuera

una ráfaga de bosque

 Si no me abrazara

una tormenta

Si no estuviera limpio

de mentiras…

Ése

Ése de ciervo

Que aún oigo su voz de campana

Y que yo lo vea aquí

hermoso

en la falda de mi pecho

sobre un jergón de mi carne

de esa

de esa temblorosa

Pónmelo aquí

donde más

me retumban los latidos

del deseo

Aquí

Y que

a una andanada mía

errante

mágico ciervo animado

vaya por las peñas

de mis huesos 

y me huelle

entera

toda

entera

Que ramonee

en la maleza de mi pelo

que buena mata

de azabache

tiene

Que teche

mis senos

de soledad

con sus zarpas suaves

Que a una salva mía

se haga animado

Y baje al dedal del amor

el belfo

de su húmeda boca

Y hasta lleve la cuenta

en un ábaco

en la cabecera de la cama

de cada pálpito

suyo

de bronce

en mi llaga

la que gime en penumbra

 

Ése

Tatúame ése de ciervo

que así

será como si llevara

siempre dentro

sus últimas gotas recientes de vida

                     ©Rubén Lapuente

                          (Salamanca)

BALAS DE CORCHO

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De vez en cuando

mi hijo me invita

a entrar en la guerra

a que tome las riendas

de una venganza

o las de una salvación

y  por detrás del arma

de este pulcro héroe virtual

que toma mi nombre

a quemarropa

 voy disparando

Me dicen

que le regalo violencia

que aliento

su larvada

fiereza

Que haga una pira

con todo esa

ponzoña bélica

Me lo dice

esa hermandad

bienhechora

que intenta guiar

su ventura

sus pasos

cuando

el simple

afilado dedo

de una mano desnuda

bastaría

para tirotear

todo lo que se asoma

se mueve

Le compro el guión

de lo que lee  

de lo que oye

de lo que ve

Y siempre

será el héroe

a este lado del mundo

Mi hijo juega

a restaurar la paz

manipulado  claro que si

pero como los de la otra bandería

que siempre serán

o han sido

el mal

el imperio del mal

¿Que le compro violencia?

Si no hubiera habido

sarracenos

Ni conquistadores sanguinarios

Ni piratas

Ni nazis

Ni delincuentes

Ni kamikazes

Ni mafia

Ni bin laden

Ni odio

Mi hijo tendría una paloma blanca

de mascota

por la casa

o la biografía

de todos los amaneceres

Reflejo de la vida

que nos toca somos

son los juguetes o deberían ser

Yo cuando en aquella película

los comanches

raptaron a la chica

o en otra viendo a todo el séptimo

de caballería

por los suelos

al pelirrojo Custer 

flechado como un San Sebastián

acabé con toda la tribu de la pluma

A Caballo Loco le colgué

del palo mayor del fuerte de madera

Y de nuestra guerra civil

que oía en la cocina

 tocada lenta en la curtida cicatriz

de la piel de mi padre

la lidié de niño

en la última calle de arena de Miranda

 alistado de soldadito

en unos de los dos bandos

echado a suerte

jugábamos a dispararnos

 con balas de corcho

hasta  formábamos

un pelotón

de fusilamiento

con una de esas balas

encasquillada:

era la de fogueo

Recuerdo

que mi verdugo de pupitre

me ponía

su oído frio

en mi pecho cerrado al aire

 Y yo me demoraba en la muerte

Sólo quería recordármelo

Y aún

se me escapa

media sonrisa

como si sin esos juguetes

yo no sería ahora

el mismo hombre

creo que bueno

 

Recordármelo

mientras

me dejo matar

    ©Rubén Lapuente

HOJAS DE ACANTO

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Hacía semanas Rubén

que la madera no cambiaba de nudo

Imagínate en el taller

todos

buscándonos

con la misma mirada

inquieta

asustada

Que en un encadenado

dominó de ladrillos

un soplo baste

para que el andamiaje de un país

se desplome tan rápido

cuesta digerirlo

Nadie vio la carcoma Rubén

Y cómo te apeas de la angustia

Cómo aguantas

de centinela

el apretado ahogo

de olor a silenciosa madera

de cada día  

de cada noche

esperando

sin cobrar

el cierre

Con el miedo

otra vez al porvenir

pero ahora con un trozo tuyo

subido a los hombros

y con esas paredes de la casa

que aún no son

del todo

tuyas

Y sólo sé tallar una flor

sólo unas hojas de acanto

Sólo escribo ripios en la madera

Ahora en el paro

me hace gracia que note

que la tierra se mueve

Me veo desde el cielo

mareado

dando vueltas

Es ese runrún del vértigo mío

al que acallo

con el aspirador

que paso

y paso

por la casa

o le engaño

demasiadas veces

con serrín

de rubia cerveza amiga

Y así salgo a la calle

casi sin esperanza

encontrándote hoy Rubén

Mañana iré a tomar medidas

Te tallaré en la cama

una flor

unas hojas de acanto:

mis “ripios” en la madera

             ©Rubén Lapuente

a  un trabajador de Alba Rubio

ANDREA

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Andrea que son ya las nueve

Que no has subido la verja

Pero ¿qué te pasa?

¡Pero si ni has horneado el pan!

¡Que nos viene toda la marea del barrio Andrea!

No mujer  No me llores aquí

Pero ¿qué te pasa?

¿Qué? ¿Que no sabe si te quiere?

Andrea que esto es un negocio

Deja en otro sitio el desamor

¿Que no se te pasa?

Dile que si tiene que romperte el corazón

que te lo rompa ya

que deshoje de una vez

su margarita

Cómo vas a ser poca cosa Andrea

Que venga

Dile que se venga aquí

antes de tu hora

mucho antes si quiere

Que  viera en las cámaras

cómo buscan

esa joven mirada tuya

la que les hace empezar a quererte

o esa sonrisa eterna que tienes

que vende Andrea que vende

Que sintiera tu alegría

Tu fatiga de horas de pie

Tu firmeza con lo rapaz

Tu mano de niña hada

que no coge las cosas

sino que las acaricia Andrea

las acaricia

Lo que vales

Que en tu descanso

en la trastienda

le sonara el móvil a unos metros tuyos

enseguida lo tomaría seguro

para llevar en volandas

con su voz

tu cansancio

Que se enamore aquí

de la que no conoce

aquí

Que madure

aquí

Andrea

Ya me gustaría a mí tener tus años

para tirarte los tejos

La verja

Levanta la verja

Andrea  

Venga

Ésa no aún ésa no

La de tus lágrimas

primero

               ©Rubén Lapuente

LA NOVIA DE UN SOLDADO ESPAÑOL

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“La tierra no es tan pequeña

que se lo pregunten a mi corazón

que se pierde por estos viejos

mapas de casa

buscando Afganistán

Te vas a ir muy lejos

adonde no te espera nadie

¿Quién puede creerse

que vas en misión de paz?

¿Quién en ayuda humanitaria?

¿Qué se puede  reconstruir

en un avispero?

Serás un uniforme

con una enseña roja y gualda

cosida al brazo

sin rostro  

sin ternura

¿Te imaginas vivir

sintiéndote dentro

de la mirilla de un arma?

Serás un invasor

 

Y de la ocupación

nacerá el odio

la dignidad

la paciencia

la resistencia sorda y tenaz:

esa indestructible arma

Y tú entraste al ejército

para ganarte la vida

no para perderla 

encubriendo una venganza infinita

de esa cabeza de lobo

enconada con el mundo

que me obliga a vivir

esta historia de amor

de la novia de un soldado

herida

 

Y ahora no sé a quién me van a devolver

Acabarás entrando en las casas

buscando terroristas

¿Y si te encuentras sólo

con juguetes

con pequeños zapatos

con manecitas de tiza en las pizarras?

¿A quién me van a devolver

conociéndote yo?

 

Estoy preparando mi corazón

para estos meses

Cada día será una pesadilla

esperando un mensaje en la noche

Yo sólo podré acompañarte

por detrás de ti

respirando  en mi ensueño

muy hondo

la estela de miedo que dejes”

                                     ©Rubén Lapuente

 

                                               Foto de Ignacio Pulido

DESAHUCIO

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¿Garantía?

Sólo tenemos esta casa.

Aunque tu madre…

con tal de verte salir adelante.

Es un buen producto.

Con maquinaria moderna,

fieles trabajadores,

una buena imagen…

el éxito lo tienes asegurado.

Hasta yo podría ser el Presidente de Honor,

          a mis años, sólo a figurar, claro.

Y le daría el aire a ese viejo traje del armario.

Yo te avalaría hijo,

con tal de verte salir adelante.

 

¿El producto? ¿De dónde?

¿Más barato? ¿La mitad de la mitad?

Estas espigas de Oriente,

tan tozudas,

nunca se duermen del todo,

siempre están cabeceando.

¿Entonces? ¿Para qué fabricar?

Y no habrá liquidez, no hijo.

Si el dinero está  en algo que no se mueve…

Envejecerá deprisa por dentro.

¿Y los plazos? ¿Los intereses?

Habla con el banco, un aplazamiento…

¿Ya te lo dieron? ¿Entonces?

¿Desahucio? ¿La casa?

¡Ah ¡  Firmé una carta ¡Sí!

Pero a mis años, no la acabé de entender

del todo, era tan farragosa.

¿Entonces? ¿Pero a tu madre…?

No, no te preocupes,

ya se lo digo yo.

Siempre hay una manera

de suavizar las cosas,

aunque son tantos años,

demasiados recuerdos.

¿Y ahora?

 Nos iremos contigo, no hijo?

de alquiler los tres,

nos ayudaremos,

mi pensión es tan …

¡Ah!  Que te vas de la ciudad.

Claro, lo entiendo.

Empezar de cero:

Otro lugar, otra gente, sin ataduras.

¡Con tal de verte salir adelante!

Ya nos llamarás, hijo, eres joven,

seguro que encuentras algo.

Lo malo es tu madre.

No sé la forma de…

Son tantos años...

Demasiados recuerdos!

 

                                Rubén Lapuente

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