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Se muestran los artículos pertenecientes al tema POEMAS ESCÉNICOS( 20 ).

DIOS Y AYUDA

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Al acabar la presentación de el amante de papel

una mujer se me acercó…

 

“Cuesta dios y ayuda

Pero déjate querer    mujer

Mira

yo bien sabía que esa niebla mía

la que se adelanta a uno

estaba helada de magia

Que yo no sabía descorrer

el bisel de mis ojos claros

para que alguien

se colase por ellos

Bien sabía que no había nacido

con ese regalo

sin trincheras

Que no era bandolero de almas al mediodía

Que no oía el rumor

de ese íntimo viajero errante

saliéndose de uno

entrando en otro…

A mí me costó dios y ayuda

dejarme querer

Y todo empezó como tú ahora

con esa dices bruma mía mágica

al oírme recitar

que te ha tocado el corazón

La mía fue tan simple:

la de una mujer casual

que al preguntarme algo en la calle

-oh que bellísimos ojos tenía-

desprevenido

me abrió esa portezuela

de su horneado pan de ángel

de arcángel  diría yo

Y al sentir esa tibia marea mágica

como si entrara alguien

sin mácula en mi casa

y se sentara

en la butaca de mi sueño

me pregunté

si los demás sentirían algo parecido

pero de mi    de mi mismo

Y tuve     

primero envidia

luego rabia de saber

que yo no llegaría nunca

 a subir a mi azotea

tanta luz de almiar

Pero aún así     

iba por ahí animoso

cada vez era yo más

lo que me callaba

segando relámpagos

de mi mies nueva

Iba por ahí   sí

como si perdiera la vida si no sonriese

Ensayando  en el barniz de las cosas

Que también se aprende

a dejarse querer

Y este  placer de que alguien

como tú

igual que como yo

lo he sentido en otros

me diga que se ha bañado

en las aguas de mi estanque

Oh como me alienta

Que me ha costado

dios y ayuda  decorarlo

cubrirlo con estas  hojas 

que no son las del azar del otoño   no

Qué más quisiera

Pero están doradas

Una a una

las he dorado yo”

                               ©Rubén Lapuente

 

09/12/2015 21:03 rubenlapuente #. POEMAS ESCÉNICOS( 20 ) No hay comentarios. Comentar.

EL OTOÑO

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“¿El otoño?

Es algo más arriba

Sí  Sí  Por este mismo camino

Pare el coche antes

de llegar a la ermita

Por ahí cerca de un acebo

tiene él su aldaba dorada

Ah pero hoy no llame

que ha dejado

la puerta entreabierta

Anda tan atareado

rociando todo de ámbar

subiendo tanta savia

de topacio a las hojas

que de tanta ida y venida

sólo saldrá a recibirle

en el zaguán

el vaivén de su mecedora

Pero no tenga vergüenza

entre y vístase con su ropa

Tome de su taquilla

su buzo de tímido camaleón

Su pala y su escoba de abanico

écheselas al hombro

Que disfrazado así

de jardinero del otoño

le será más fácil desaparecer

en esa lenta y dulce y bella

agonía amarilla

¿No ha venido a eso?

Ahí todo está muriendo

Todo cae tan milagrosamente

en su lugar exacto

que tan sólo

por si acaso se cruza con él

llore por un ojo

haciendo como que arrastra esas hojas

que se han salido del camino

Y no se pierda

el lento viaje de ninguna

Todas hágalas suyas

Caen sobredoradas

sobre sus deseos

o sobre sus sueños rotos

Decore el cielo de sus párpados 

con esa estampa

más bella si la rescata

mañana

dibujada

su soledad

o su emoción

o su resol de muerte…

Ah  pero  no se demore mucho

No quiera anclar del todo

el corazón a ese noray

del muelle del otoño

que aquí la belleza en carne viva

acelera ese pequeño temblor

de estar vivo

enfermo de vida

en este rodar silencioso

de los días sin dioses…

¿me entiende?

Cuando salga del bosque

que sea al atardecer

bajando  

hile de soslayo

los guiños del sol entre las hayas

Por el camino

su berlina irá dejando

usted no lo verá

una estela fatigada de oro”

                                ©Rubén Lapuente

Foto: Sierra de Cameros. Villoslada. La Rioja

A DAY IN THE LIFE

20150712074012-melancolia-julio-verne-beatles-ruben-lapuente.jpg

 

Vas al volante, ausente, como en una barca a la que le rompieras los remos, dejándote llevar por las aguas de esa canción que siempre te suena oculta en el fondo invisible de la melancolía y a la que no dejas callarse. El limpiaparabrisas barre la lluvia, desempaña también esas pequeñas miserias, esa cuchilla del tiempo que saja veloz gotas de cobarde, tropiezos en la vida, ese dolor de madre tan  metido dentro…Ni sabes quien conduce. De pronto, desde el rellano del espejo retrovisor, al arreciar la tormenta, ves a tu niño que al redoble de la sirena de inmersión de su garganta, cierra la escotilla, baja el periscopio, dibuja en el frágil vaho de la ventanilla una claraboya con su risueño caballito de mar dentro. Le ves apagar la luz de la madreperla de su camarote, ya en un remozado Jeet de viaje submarino a ruedas,  ya con galones y gorra de capitán Nemo. Luminosos ojos sin párpados  saliendo de la niebla del agua, te fijan ese ladeado gesto suyo  del antebrazo sobre los ojos parando los chorros de fuego de luz mojada de los faros enemigos…Suena “ a day in the life” por enésima vez. Y  en ese puente musical, en esa caótica escala oscura de lucha y de miedo y de alarido y de vida de la canción,  su agitado braceo  espantando al calamar gigante que nos enrollaba con sus ocho enormes tentáculos parecía el baile de la sombra de las llamas  de una hoguera de San Juan en la pared, la danza del alma de un vendaval  en su ropa tendida; parecía un trozo de naturaleza…

Al volante, saliendo de la tormenta, en el rellano del espejo retrovisor, ni un ricito castaño quedaba. Eras tú. Sólo tú hacías de niño. Tú, irracional braceabas  disparatado. Tú, solo, golpeabas en el silencio. Tú, talludito inmaduro. Tú, con lo absurdo. Imitabas una mirada en el tiempo. Tú y tu puñal de ironía que mantiene a raya la lejana queja sonora del dolor de ser hombre: su melancolía… Y ahora otra vez nada es ni medio serio; nada se confiesa herido. Todo vuelve a la calma. Todo parece dormido.

                          ©Rubén Lapuente

 un dia en la vida the beatles

JUAN O LA GUBIA MÁGICA

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¿Pero y ésto Juan?

¿De dónde sale?

¿De qué gubia mágica?

¿Sólo de una estampa de papel arrugada?

Si esto no se aprende

¿Cómo es que sabían tus manos

lo que no sabían?

Paso los ojos

por ese dios

que has derramado

por la suave madera

y haces que hasta

me abstraiga de quién es

y me vea ahí

bajándole de la cruz

envolviéndole en su sangre

en esa sábana de paño de lino perfumada

y con esa misma delicadeza

que has tallado…

pero Juan

tan sólo

como si descendiera

la emoción pura de la belleza

en su muerte sola…

o en ése su discípulo

que como él

quién no sostendría

en su lento desmayo inconsolable

a esa madre rota

pero ahí quien desfallece

a quien socorro yo ahora

no es a ese vientre

preñado de misterio

sino que es a la mía

la que me derretía

los carámbanos de las sábanas

con una hogaza de cobre

llena de miga de ascuas

de piedras

Y me gusta ese doblado dolor

de la Magdalena

que en sus lágrimas

veo a esa  mujer enamorada…

“la que te espera hasta la aurora

la novia de la flor de la saliva…”

Y para lo abigarrado de la escena

tan íntima…

tan luminoso todo Juan

Y esos rincones de vida escondida

en las bocas de la madera

entre tanta pesada túnica

que una brisa de dolor

tallada en el aire

encarniza

inflama…

 

Y todo ese manojo

de manos detenidas

por donde la rueda lenta de mi dedo

rueda

por dorsos de venas

de savia aún viva

por falanges

como ramitas de nogal…

Hasta doy la vuelta y dejo mi huella

de caricia redonda

en el pequeño barranco

de cada palma…

oh benditos días tuyos Juan

de silencios de madera herida de belleza…

la que te salva a ti de la vida

la que a mí no se me queda en el nogal

y vuela y hiere y besa

              ©Rubén Lapuente

              Fuente el Carnero (Zamora)

A Juan que me abrió la puerta de su casa

y la del cofre de sus tesoros

CAMPANADAS EN IGEA

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Como imaginarse

que uno

de recolocar

en los tejados de las iglesias

los nidos de cigüeña

pudiera vivir

Y encima yo

que calzo un cuarenta y seis

y que mal voy

por estas estrechas

cornisas

intentando

que no se me vaya demasiado

el reojo

al abismo…

Les busco un enclave más seguro

en un durmiente

o en una viga maestra

o los llevo a un recodo

que allí

no asomen

el peligro

por los aleros…

Y me tengo que dar prisa

que ya hay un olor

a rosquillas anisadas

por toda La Rioja…

Que ya regresan por San Blas

Y mira que son buenos albañiles

estos cigüeños

Que es el macho quien

se adelanta unos días

y empieza

ya a hacer en su enramado nido

de amor de siempre

sus chapuzas :

teje de lecho

una alfombra de retales

de musgo  de tierra de yerba

de barro  de periódicos…

Y no se quejarán

del trato tan mirado que reciben

Vienen del cinturón del hambre

Del largo sahel africano  

Parecería un chiste si dijera

que llegan sin papeles

en el pico

Pero del mismo sitio

vienen los otros

Los que no tienen alas

y se estampan

en una empalizada de cuchillas

o cruzan el estrecho

en el mismo madero

de su cadáver:

Ventajas de no ser humano en África

Pero que culpan tendrán

las protegidas cigüeñas…

Este tejado

de la iglesia mudéjar de Igea

es el último que me queda

Y mira que me gusta

su pináculo

¿Y el campanario?

Si estuviera aquí  Andrea

se quedaría a oírlas

Son las de pueblo  

Las de siempre

Las que su larga voz

se ata a la alegría de los días azules…

Y ahora tiene gracia

que al estar embarazada

me llame cigüeño

Y eso que hace bien poco

 la hice llorar a mares

Le dije que no sabía si la quería

Y es que uno anda

todavía aferrado

a su entraña

a su tormenta interior

a esta incertidumbre

de vagar de trabajo en trabajo

precario…

Hasta que descubres

a una mujer que es un bálsamo

que cuando la veo venir

es como si se me acercara una

higuera de otoño

Y  abraza

como si se lo hubiera enseñado

el viento…

 

Andrea  Andrea  ¿Sabes dónde estoy?

Ya  Ya  En Igea

Pero ahora estoy en el campanario

Están tocando las campanas

¿Las oyes  Andrea?

¿Sí?  ¿Las oyes?

¿Sabes quién las toca?

Las toco yo  Andrea

¡Que las toco yo!

¿Las oyes? ¿Me oyes?

¿Sí?

Andrea   ¡Que las toco para ti!

Sólo para ti Andrea

¿Me oyes?

¡¡Sólo para  ti!!

                  ©Rubén Lapuente

 

Para Andrea que me lo contó emocionada

Y para Víctor su cigüeño campanero enamorado

Foto Iglesia de Igea. La Rioja

LA NIÑA DEL ASCENSOR

20140118080034-nina-del-ascensor-de-mi-casa-mariposa-ruben-lapuente.jpg

 

Desde ese

“¡Corre corre querubín

que te merienda!”

hasta este esquivo silencio

envuelto  en ese ruido

de violín con cuerdas de polea

de siempre

sólo hay tiempo rosa niña

trepadora rosa del  jardín           

del ascensor

sólo tiempo

tiempo

que ahora se vuelve

hacia mí

 

Citados en este andén

del tren de los cielos

El azar

(¿en cuántos años?)

nos ha regalado un puñado

de viajes  vecinita

rosa niña

Y cada vez eras una distinta

Conquistabas

una  veta roja nueva

más alta en la falsa madera

de la pared

Te veía crecer  en los espejos

rosa niña trepadora

y de esa manecita de pétalo

casi rozando

el botón de las alas del tercero

has pasado

a esta última ninfa

del ascensor  

de ahora

que sales al rellano

y el bocado de la puerta

(¡corre corre querubín

que te merienda!)

te parte en dos

la estela

ya de mariposa de amor

en la que te has convertido

que me deja dentro

el tiempo  

su crisálida

que se vuelve hacia mi

y que respiro

y mastico

             ©Rubén Lapuente

GEORGINA

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“Yo misma lo desconozco

No sabría decirte detrás

de que recoveco se agazapa

cuando se ausenta

Parece el perfume

de esa flor del interior

más hondo de una

Sólo necesita que mis diez  dedos

como  buzos

se sumerjan en el barro

para que se alborote

salga raudo de la nada

y doble la primera esquina

rumbo al alfar

derramando por mis dedos

su magín de fábulas

que le debe de contar

la fuente de su otro

sueño oculto

Es como un niño al encuentro

de sus juguetes

A veces creo que

sólo él es quien modela la arcilla

al pararme yo

un momento

a mirar en mis dedos

su soplo mágico

Me sorprende el ver

en los rasgos de las caras de barro

que me trae

como familiares

retazos de otras vidas

pero que nunca alcanzo

a recordarlas

Oh será simplemente el milagro de crear

Ahora que modulo

las llamas en el horno

sé que él se queda

en el candente corazón de la arcilla

porque me sale este niño

de tierra mirándome

y  me cuesta reconocerle del todo

como sólo mío”

                            ©Rubén Lapuente

              Foto escultura de Georgina Monné

LA FLOR DE LA VID

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Nunca me había pasado

Y mira que llevo años viajando por esta tierra

Yo parado aquí  y de tan de cerca

¡Y sorprendido!

Yo que voy todos los días

de bodega en bodega

casi de viña en viña

con este morral lleno de etiquetas

esperando que esa luz de papel

traspase el vidrio de alguna botella

de vino de Rioja

Que sea su semblante o su señuelo

o tal vez  el recuerdo ebrio

de algún olvido

¡Yo aquí  fascinado!

Será que siempre he mirado

esta infinita almazuela de viñedos

como si mirara el mar

cuando  a veces  la belleza

no es sólo distancia sino

como ahora en junio  

aquí y de tan de cerca

pura emoción

Y ha sido desde la ventanilla del coche  

al ver  de pasada

ese bosquejo de racimos

lo que me ha hecho parar

y entrar en la viña

a quedarme aquí

al pie de las cepas

sorprendido  fascinado

Es que casi ni recordaba haberlo visto antes

Es que dura tan poco la cierna

Esa gestación

La delicadeza de esa gestación

Su complejidad

Con esa extraña y delicada y efímera

flor blanca de la uva

Su perfume único que me envuelve ahora

Oh es la preñez del vino

Oh es la niñez de la uva

El asombro del arranque de todo esto

que acaba con mi etiqueta

pegada en la botella:

ese señuelo que abre la cava del paladar

Y aquí yo  parado

embriagado de entrar en el  fondo

de este enjambre

de olorosos verdes racimos niños de uva en flor

amando  lo que hago

ahora de otra manera

viendo de tan de cerca

como nace el pequeño dios del vino”

                   ©Rubén Lapuente

a mi hermano Humberto autor de la foto en Fuenmayor(La Rioja)

UN VIAJE RELÁMPAGO

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Se ha venido a casa       

por unas horas

Un viaje relámpago

Le dije que cómo venía

para tan poco tiempo

Por el cansancio solamente

Y me miró sorprendido

Molesto

Mejor me hubiera callado

Se me olvida

ponerme en su lugar

en el de su rutina diaria

Se me olvida recordar

cómo a gatas se detenía

entre las rejas del balcón

a mirar la belleza

cómo sobre su tabla

encerada navegaba

por estas laderas de trinos

Aquí se hizo gorrión de un dios azul

Aquí muchacho tallado de naturaleza

Éste entorno que le ha forjado

como un arma para defenderse

en cualquier infierno

Y viene exultante

de volar

estas pocas horas

con su bandada de amigos

con esta hornada de jóvenes

obligados muchos a irse de aquí

por la codicia nuestra

que ha roto el saco

Mejor me hubiera callado

Ahora que

enciende el motor del coche

ya no se me olvidará

que se va pero se queda

Que no eres de donde pisas hijo

     ©Rubén Lapuente

    (El Rasillo de Cameros)

MIL ANUNCIOS.COM

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¿Quién quiere comprarme esta

antigua colcha de crespón

de seda azul cielo

bordada de realce

con pájaros

de largas colas de plumas

como juncos

a orillas

de la paleta del sol

con sus penachos

de caireles

engominados de viento

con sus alas de alta modista?

¿Con esas flores de campanillas

tocando en sus badajos

de estambres

aires de abril?

¿Con sus dos ramas

como venas de seda del sueño

en el paraíso?

¿Quién quiere comprármela?

Fue alguien de mi misma sangre en Sevilla

quien la bordó en aquellos

años de la posguerra

Que pasaba por las calles del barrio

la Esperanza de Triana

Que había que ofrecerle

lo mejor de cada casa

Los mejores trapos

Y cada balcón

escribía un poema

o de colcha de Damasco

o de labor de relieve

o de mantones

de manila con sus rosas engastadas

o de sábanas

también con remiendos

pero que olían

a espliego

y que por detrás

de la blancura

unos imperdibles

la sostenían un ramo

de rojo clavel…

Y  tapaban todo el enrejado

que no vieran desde las aceras

el largo mareo de las piernas

de las mujeres

Y  las colgaduras florecían

Y hablaban

Como ésta mía que tuvo su sitio…

Quien quiera comprármela

que me mande un correo

 

¡Para el primero que diga para mí!

                     ©Rubén Lapuente

 Para Josefina(yo fui el primero)

 

 

TAMARA O LA CRUZ DE LA VICTORIA

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Eh Rubén Ven Mira

Aquí detrás Mira

Ya tengo compañía eh?

Ya no estoy tan sola en el destierro

¿Qué?  ¿Te gusta?

Y no he dejado sitio ni para

la inicial de un amante furtivo

Mi espalda

para esa cruz de la victoria

para ese amor mío profundo

Y tú ya sé que me entiendes

Que no es por lo que altanera digo

lo de que Asturias es España

y lo demás tierra conquistada

No Que no es por eso

Que no es un capricho la cruz

Si la tengo ahí es para que

me señale mi ausencia

Todo lo que estoy perdiendo cada día

Me alejo un poco

y todo me gira

en torno a esa tierra verde

que tiene un interior de caricia de lana

Que si abres cualquier ventana  

ves a la belleza en su sitio

en su tocador acicalándose

Que tiene labios amigos bebiendo

de un mismo vaso

Que escribe con sudor de sangre

de carbón su orgullo

Y qué voy a hacer si sólo me siento

ciudadana del mundo en Asturias

en mi Cangas de Narcea

¿Te gusta?

En el madero de la cruz ¿ves? cuelga

la letra A es la  inicial de Alfredo

(Que me perdone don Pelayo)

 mi padre que el azar borracho de una bala

se lo llevó y bueno…con el eco de ese grito mío

de pavor de niña voy por ahí…

La M es de mi madre de María Esther  

que me he venido aquí

para que a ella no le falte de nada

que alguien me tiene que radiar

los amaneceres cuando llamo

Cuando acabe esta larga  incertidumbre

de un salto me presento allí

a trabajar en lo primero que salga

Y no voy a ser  mejor asturiana por llevarla no

Tú  Tú ya sabes…

                                     ©Rubén Lapuente

Foto: Tamara González compañera de trabajo

CALLE LAUREL

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Para ser lunes María

vienes radiante

Ayer pillaste cacho eh?

Menuda crema es esa para el cutis

Que va  que va

De eso brujillo bien poco

Conoces siempre a alguien pero una

está ya muy escamada

Cuéntame  cuéntame  Santa Teresa…

Oye que no es así

Que confundes tiento con témpano

Que sé lo que es enamorarse

Y hasta las trancas

Lo que no sé es si a éste corazón

le cabe otra patada

Y tú me has visto en esta oficina

mas que llorar

Bueno  perdona  perdona

Deja si ya sé que al final eres mi confidente

Si estoy contigo media vida

Lo conocí en la Laurel el sábado

Íbamos en cuadrilla

Echamos unas risas

Y por el tercer vino lo más

la mano en la cintura o en el hombro

Pero ni nos contamos la vida

No es de aquí

trabaja en una farmacia en Burgos

Eh perdona

Pero ése es el amor de tu vida

Uf  Ya me veo de tigre

en los portones del templo

en mi senectud

Tú pasándome el elixir de la eterna virilidad…

Calla tonto

Y nada más

Bueno no

Creo que algo va a suceder

Es que se me presentó el domingo

Y solo

Y nos fuimos a comer

En la mesa sabes lo veía

cómo comía tan despacio

Muy despacio

¿Y?

Para mí es muy importante

ese detalle

¿Cómo?

Que comía despacio

Pero muy despacio

muy tranquilo

igual que yo

Y era como si me sedara

Algo bueno me va a suceder por fin

Que ya tengo unos cuantos tacos

Que ya me toca

Pero al final hubo…

Claro tonto!

©Rubén Lapuente

Foto: calle Laurel de Logroño

JÓVENES SUEÑOS ROTOS

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Me extrañó ver a Miguel  estos días sin su novia y me acerqué…

 

Tanto esfuerzo

Tanto tiempo entre libros

para que al subirte al final

a tu nuevo tren reluciente

se rompa su raíl

Y cómo me duele ese inmenso

joven cansancio suyo

Sé que su vida

comenzaría mañana

si sonara temprano un despertador

junto al mío

Que libre te quieres

Y eso sólo lo compra el trabajo

El llegar yo y verla tan hundida

El que me dijera sentirse una rémora

un lastre para mi

El que no le acariciara esta ciudad

 “moraduras tengo en los nudillos”

nos iba alejando

Hasta que se me ha ido

a respirar ese aroma

de estela de niña

El del nidal de su pueblo que siempre

es un bálsamo que sana

a ella seguro

Y nos hemos dado un tiempo

Bueno ella tiene que recuperarse primero

Aún está hundida

Yo sólo le mando mensajes de ánimo

 Que no se rinda  Que no está sola

Que la tristeza también puede dar rosas

Y yo tengo mucho aguante

                        ©Rubén Lapuente

CORZA HERIDA

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Me enseñas tatuajes

De venado

Tatúame uno de  venado

Ése

 Ése de ciervo me gusta

¿Sabes? Es ése hombre

que me decía

que en sus sueños

me hacía corza

Oh

Si no fuera

una ráfaga de bosque

 Si no me abrazara

una tormenta

Si no estuviera limpio

de mentiras…

Ése

Ése de ciervo

Que aún oigo su voz de campana

Y que yo lo vea aquí

hermoso

en la falda de mi pecho

sobre un jergón de mi carne

de esa

de esa temblorosa

Pónmelo aquí

donde más

me retumban los latidos

del deseo

Aquí

Y que

a una andanada mía

errante

mágico ciervo animado

vaya por las peñas

de mis huesos 

y me huelle

entera

toda

entera

Que ramonee

en la maleza de mi pelo

que buena mata

de azabache

tiene

Que teche

mis senos

de soledad

con sus zarpas suaves

Que a una salva mía

se haga animado

Y baje al dedal del amor

el belfo

de su húmeda boca

Y hasta lleve la cuenta

en un ábaco

en la cabecera de la cama

de cada pálpito

suyo

de bronce

en mi llaga

la que gime en penumbra

 

Ése

Tatúame ése de ciervo

que así

será como si llevara

siempre dentro

sus últimas gotas recientes de vida

                     ©Rubén Lapuente

                          (Salamanca)

BALAS DE CORCHO

20121003211010-juguete-belico-guerra-civil-bala-de-corcho-ruben-lapuente.jpg

 

De vez en cuando

mi hijo me invita

a entrar en la guerra

a que tome las riendas

de una venganza

o las de una salvación

y  por detrás del arma

de este pulcro héroe virtual

que toma mi nombre

a quemarropa

 voy disparando

Me dicen

que le regalo violencia

que aliento

su larvada

fiereza

Que haga una pira

con todo esa

ponzoña bélica

Me lo dice

esa hermandad

bienhechora

que intenta guiar

su ventura

sus pasos

cuando

el simple

afilado dedo

de una mano desnuda

bastaría

para tirotear

todo lo que se asoma

se mueve

Le compro el guión

de lo que lee  

de lo que oye

de lo que ve

Y siempre

será el héroe

a este lado del mundo

Mi hijo juega

a restaurar la paz

manipulado  claro que si

pero como los de la otra bandería

que siempre serán

o han sido

el mal

el imperio del mal

¿Que le compro violencia?

Si no hubiera habido

sarracenos

Ni conquistadores sanguinarios

Ni piratas

Ni nazis

Ni delincuentes

Ni kamikazes

Ni mafia

Ni bin laden

Ni odio

Mi hijo tendría una paloma blanca

de mascota

por la casa

o la biografía

de todos los amaneceres

Reflejo de la vida

que nos toca somos

son los juguetes o deberían ser

Yo cuando en aquella película

los comanches

raptaron a la chica

o en otra viendo a todo el séptimo

de caballería

por los suelos

al pelirrojo Custer 

flechado como un San Sebastián

acabé con toda la tribu de la pluma

A Caballo Loco le colgué

del palo mayor del fuerte de madera

Y de nuestra guerra civil

que oía en la cocina

 tocada lenta en la curtida cicatriz

de la piel de mi padre

la lidié de niño

en la última calle de arena de Miranda

 alistado de soldadito

en unos de los dos bandos

echado a suerte

jugábamos a dispararnos

 con balas de corcho

hasta  formábamos

un pelotón

de fusilamiento

con una de esas balas

encasquillada:

era la de fogueo

Recuerdo

que mi verdugo de pupitre

me ponía

su oído frio

en mi pecho cerrado al aire

 Y yo me demoraba en la muerte

Sólo quería recordármelo

Y aún

se me escapa

media sonrisa

como si sin esos juguetes

yo no sería ahora

el mismo hombre

creo que bueno

 

Recordármelo

mientras

me dejo matar

    ©Rubén Lapuente

HOJAS DE ACANTO

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Hacía semanas Rubén

que la madera no cambiaba de nudo

Imagínate en el taller

todos

buscándonos

con la misma mirada

inquieta

asustada

Que en un encadenado

dominó de ladrillos

un soplo baste

para que el andamiaje de un país

se desplome tan rápido

cuesta digerirlo

Nadie vio la carcoma Rubén

Y cómo te apeas de la angustia

Cómo aguantas

de centinela

el apretado ahogo

de olor a silenciosa madera

de cada día  

de cada noche

esperando

sin cobrar

el cierre

Con el miedo

otra vez al porvenir

pero ahora con un trozo tuyo

subido a los hombros

y con esas paredes de la casa

que aún no son

del todo

tuyas

Y sólo sé tallar una flor

sólo unas hojas de acanto

Sólo escribo ripios en la madera

Ahora en el paro

me hace gracia que note

que la tierra se mueve

Me veo desde el cielo

mareado

dando vueltas

Es ese runrún del vértigo mío

al que acallo

con el aspirador

que paso

y paso

por la casa

o le engaño

demasiadas veces

con serrín

de rubia cerveza amiga

Y así salgo a la calle

casi sin esperanza

encontrándote hoy Rubén

Mañana iré a tomar medidas

Te tallaré en la cama

una flor

unas hojas de acanto:

mis “ripios” en la madera

             ©Rubén Lapuente

a  un trabajador de Alba Rubio

ANDREA

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Andrea que son ya las nueve

Que no has subido la verja

Pero ¿qué te pasa?

¡Pero si ni has horneado el pan!

¡Que nos viene toda la marea del barrio Andrea!

No mujer  No me llores aquí

Pero ¿qué te pasa?

¿Qué? ¿Que no sabe si te quiere?

Andrea que esto es un negocio

Deja en otro sitio el desamor

¿Que no se te pasa?

Dile que si tiene que romperte el corazón

que te lo rompa ya

que deshoje de una vez

su margarita

Cómo vas a ser poca cosa Andrea

Que venga

Dile que se venga aquí

antes de tu hora

mucho antes si quiere

Que  viera en las cámaras

cómo buscan

esa joven mirada tuya

la que les hace empezar a quererte

o esa sonrisa eterna que tienes

que vende Andrea que vende

Que sintiera tu alegría

Tu fatiga de horas de pie

Tu firmeza con lo rapaz

Tu mano de niña hada

que no coge las cosas

sino que las acaricia Andrea

las acaricia

Lo que vales

Que en tu descanso

en la trastienda

le sonara el móvil a unos metros tuyos

enseguida lo tomaría seguro

para llevar en volandas

con su voz

tu cansancio

Que se enamore aquí

de la que no conoce

aquí

Que madure

aquí

Andrea

Ya me gustaría a mí tener tus años

para tirarte los tejos

La verja

Levanta la verja

Andrea  

Venga

Ésa no aún ésa no

La de tus lágrimas

primero

               ©Rubén Lapuente

LA NOVIA DE UN SOLDADO ESPAÑOL

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“La tierra no es tan pequeña

que se lo pregunten a mi corazón

que se pierde por estos viejos

mapas de casa

buscando Afganistán

Te vas a ir muy lejos

adonde no te espera nadie

¿Quién puede creerse

que vas en misión de paz?

¿Quién en ayuda humanitaria?

¿Qué se puede  reconstruir

en un avispero?

Serás un uniforme

con una enseña roja y gualda

cosida al brazo

sin rostro  

sin ternura

¿Te imaginas vivir

sintiéndote dentro

de la mirilla de un arma?

Serás un invasor

 

Y de la ocupación

nacerá el odio

la dignidad

la paciencia

la resistencia sorda y tenaz:

esa indestructible arma

Y tú entraste al ejército

para ganarte la vida

no para perderla 

encubriendo una venganza infinita

de esa cabeza de lobo

enconada con el mundo

que me obliga a vivir

esta historia de amor

de la novia de un soldado

herida

 

Y ahora no sé a quién me van a devolver

Acabarás entrando en las casas

buscando terroristas

¿Y si te encuentras sólo

con juguetes

con pequeños zapatos

con manecitas de tiza en las pizarras?

¿A quién me van a devolver

conociéndote yo?

 

Estoy preparando mi corazón

para estos meses

Cada día será una pesadilla

esperando un mensaje en la noche

Yo sólo podré acompañarte

por detrás de ti

respirando  en mi ensueño

muy hondo

la estela de miedo que dejes”

                                     ©Rubén Lapuente

 

                                               Foto de Ignacio Pulido

LOS NIÑOS DE LA BASURA

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“Da igual mi nombre

llámame niño buzo o niño gris.

La primera vez que me trajo mi padre

me impresionó muchísimo:

La basura estaba como en cerros,

todo entreverado.

Tenía que hurgar entre los despojos,

sin guantes,

mientras la tierra bajo mis pies se hundía

desprendiendo una pulpa viscosa,  

hedionda.

Aquí estamos decenas de infantes

en cada montaña de humo.

Un saco de arpillera a la espalda,

un garfio y mi estomago

son mis útiles ahora.

Ya me codeo con esa marabunta

que se abalanza sobre el alud

de deshechos recién nacidos

que voltean los camiones.

Agachado, rescato latas vacías,

cobre, botellas, un trozo de hierro…

Así hasta que la niebla de metano ciega mis ojos,

hasta que mi cara gris hoza la mugre.

Y luego hago el trasiego allí mismo

por unas pocas monedas.

Ahora soy más serio, más triste.

Mi padre me dice que más hombre

al entregarle los cuatro pesos

que ayudan al sustento de todos.

Y aunque me dice

que la basura es la vida

me gustaría que clausuraran el vertedero

(se piensa que no me entero

de que con argucias me obliga)

así podría ir más a la escuela

y no me envenenaría 

tanto la sangre.”

                   ©Rubén Lapuente

Cometas de esperanza y los niños buzo de Rafey

 

La ONG Cometas de esperanza  de León(España) ha creado en el POBLADO DE LA MOSCA de Rafey.Santiago (República Dominicana )así llamado el lugar donde viven las niñas y niños en el basurero, una escuela -comedor  y asistencia médica. En total han rescatado 175 niñas/niños que oscilan entre los 4 y 16 años de edad. Cometas de la esperanza necesita colaboración para paliar la esclavitud infantil y el abandono absoluto.

DESAHUCIO

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¿Garantía?

Sólo tenemos esta casa.

Aunque tu madre…

con tal de verte salir adelante.

Es un buen producto.

Con maquinaria moderna,

fieles trabajadores,

una buena imagen…

el éxito lo tienes asegurado.

Hasta yo podría ser el Presidente de Honor,

          a mis años, sólo a figurar, claro.

Y le daría el aire a ese viejo traje del armario.

Yo te avalaría hijo,

con tal de verte salir adelante.

 

¿El producto? ¿De dónde?

¿Más barato? ¿La mitad de la mitad?

Estas espigas de Oriente,

tan tozudas,

nunca se duermen del todo,

siempre están cabeceando.

¿Entonces? ¿Para qué fabricar?

Y no habrá liquidez, no hijo.

Si el dinero está  en algo que no se mueve…

Envejecerá deprisa por dentro.

¿Y los plazos? ¿Los intereses?

Habla con el banco, un aplazamiento…

¿Ya te lo dieron? ¿Entonces?

¿Desahucio? ¿La casa?

¡Ah ¡  Firmé una carta ¡Sí!

Pero a mis años, no la acabé de entender

del todo, era tan farragosa.

¿Entonces? ¿Pero a tu madre…?

No, no te preocupes,

ya se lo digo yo.

Siempre hay una manera

de suavizar las cosas,

aunque son tantos años,

demasiados recuerdos.

¿Y ahora?

 Nos iremos contigo, no hijo?

de alquiler los tres,

nos ayudaremos,

mi pensión es tan …

¡Ah!  Que te vas de la ciudad.

Claro, lo entiendo.

Empezar de cero:

Otro lugar, otra gente, sin ataduras.

¡Con tal de verte salir adelante!

Ya nos llamarás, hijo, eres joven,

seguro que encuentras algo.

Lo malo es tu madre.

No sé la forma de…

Son tantos años...

Demasiados recuerdos!

 

                                Rubén Lapuente

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