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DIOS Y AYUDA

Al acabar la presentación de el amante de papel
una mujer se me acercó…
“Cuesta dios y ayuda
Pero déjate querer mujer
Mira
yo bien sabía que esa niebla mía
la que se adelanta a uno
estaba helada de magia
Que yo no sabía descorrer
el bisel de mis ojos claros
para que alguien
se colase por ellos
Bien sabía que no había nacido
con ese regalo
sin trincheras
Que no era bandolero de almas al mediodía
Que no oía el rumor
de ese íntimo viajero errante
saliéndose de uno
entrando en otro…
A mí me costó dios y ayuda
dejarme querer
Y todo empezó como tú ahora
con esa dices bruma mía mágica
al oírme recitar
que te ha tocado el corazón
La mía fue tan simple:
la de una mujer casual
que al preguntarme algo en la calle
-oh que bellísimos ojos tenía-
desprevenido
me abrió esa portezuela
de su horneado pan de ángel
de arcángel diría yo
Y al sentir esa tibia marea mágica
como si entrara alguien
sin mácula en mi casa
y se sentara
en la butaca de mi sueño
me pregunté
si los demás sentirían algo parecido
pero de mi de mi mismo
Y tuve
primero envidia
luego rabia de saber
que yo no llegaría nunca
a subir a mi azotea
tanta luz de almiar
Pero aún así
iba por ahí animoso
cada vez era yo más
lo que me callaba
segando relámpagos
de mi mies nueva
Iba por ahí sí
como si perdiera la vida si no sonriese
Ensayando en el barniz de las cosas
Que también se aprende
a dejarse querer
Y este placer de que alguien
como tú
igual que como yo
lo he sentido en otros
me diga que se ha bañado
en las aguas de mi estanque
Oh como me alienta
Que me ha costado
dios y ayuda decorarlo
cubrirlo con estas hojas
que no son las del azar del otoño no
Qué más quisiera
Pero están doradas
Una a una
las he dorado yo”
©Rubén Lapuente
EL OTOÑO

“¿El otoño?
Es algo más arriba
Sí Sí Por este mismo camino
Pare el coche antes
de llegar a la ermita
Por ahí cerca de un acebo
tiene él su aldaba dorada
Ah pero hoy no llame
que ha dejado
la puerta entreabierta
Anda tan atareado
rociando todo de ámbar
subiendo tanta savia
de topacio a las hojas
que de tanta ida y venida
sólo saldrá a recibirle
en el zaguán
el vaivén de su mecedora
Pero no tenga vergüenza
entre y vístase con su ropa
Tome de su taquilla
su buzo de tímido camaleón
Su pala y su escoba de abanico
écheselas al hombro
Que disfrazado así
de jardinero del otoño
le será más fácil desaparecer
en esa lenta y dulce y bella
agonía amarilla
¿No ha venido a eso?
Ahí todo está muriendo
Todo cae tan milagrosamente
en su lugar exacto
que tan sólo
por si acaso se cruza con él
llore por un ojo
haciendo como que arrastra esas hojas
que se han salido del camino
Y no se pierda
el lento viaje de ninguna
Todas hágalas suyas
Caen sobredoradas
sobre sus deseos
o sobre sus sueños rotos
Decore el cielo de sus párpados
con esa estampa
más bella si la rescata
mañana
dibujada
su soledad
o su emoción
o su resol de muerte…
Ah pero no se demore mucho
No quiera anclar del todo
el corazón a ese noray
del muelle del otoño
que aquí la belleza en carne viva
acelera ese pequeño temblor
de estar vivo
enfermo de vida
en este rodar silencioso
de los días sin dioses…
¿me entiende?
Cuando salga del bosque
que sea al atardecer
bajando
hile de soslayo
los guiños del sol entre las hayas
Por el camino
su berlina irá dejando
usted no lo verá
una estela fatigada de oro”
©Rubén Lapuente
Foto: Sierra de Cameros. Villoslada. La Rioja
A DAY IN THE LIFE

Vas al volante, ausente, como en una barca a la que le rompieras los remos, dejándote llevar por las aguas de esa canción que siempre te suena oculta en el fondo invisible de la melancolía y a la que no dejas callarse. El limpiaparabrisas barre la lluvia, desempaña también esas pequeñas miserias, esa cuchilla del tiempo que saja veloz gotas de cobarde, tropiezos en la vida, ese dolor de madre tan metido dentro…Ni sabes quien conduce. De pronto, desde el rellano del espejo retrovisor, al arreciar la tormenta, ves a tu niño que al redoble de la sirena de inmersión de su garganta, cierra la escotilla, baja el periscopio, dibuja en el frágil vaho de la ventanilla una claraboya con su risueño caballito de mar dentro. Le ves apagar la luz de la madreperla de su camarote, ya en un remozado Jeet de viaje submarino a ruedas, ya con galones y gorra de capitán Nemo. Luminosos ojos sin párpados saliendo de la niebla del agua, te fijan ese ladeado gesto suyo del antebrazo sobre los ojos parando los chorros de fuego de luz mojada de los faros enemigos…Suena “ a day in the life” por enésima vez. Y en ese puente musical, en esa caótica escala oscura de lucha y de miedo y de alarido y de vida de la canción, su agitado braceo espantando al calamar gigante que nos enrollaba con sus ocho enormes tentáculos parecía el baile de la sombra de las llamas de una hoguera de San Juan en la pared, la danza del alma de un vendaval en su ropa tendida; parecía un trozo de naturaleza…
Al volante, saliendo de la tormenta, en el rellano del espejo retrovisor, ni un ricito castaño quedaba. Eras tú. Sólo tú hacías de niño. Tú, irracional braceabas disparatado. Tú, solo, golpeabas en el silencio. Tú, talludito inmaduro. Tú, con lo absurdo. Imitabas una mirada en el tiempo. Tú y tu puñal de ironía que mantiene a raya la lejana queja sonora del dolor de ser hombre: su melancolía… Y ahora otra vez nada es ni medio serio; nada se confiesa herido. Todo vuelve a la calma. Todo parece dormido.
©Rubén Lapuente
JUAN O LA GUBIA MÁGICA

¿Pero y ésto Juan?
¿De dónde sale?
¿De qué gubia mágica?
¿Sólo de una estampa de papel arrugada?
Si esto no se aprende
¿Cómo es que sabían tus manos
lo que no sabían?
Paso los ojos
por ese dios
que has derramado
por la suave madera
y haces que hasta
me abstraiga de quién es
y me vea ahí
bajándole de la cruz
envolviéndole en su sangre
en esa sábana de paño de lino perfumada
y con esa misma delicadeza
que has tallado…
pero Juan
tan sólo
como si descendiera
la emoción pura de la belleza
en su muerte sola…
o en ése su discípulo
que como él
quién no sostendría
en su lento desmayo inconsolable
a esa madre rota
pero ahí quien desfallece
a quien socorro yo ahora
no es a ese vientre
preñado de misterio
sino que es a la mía
la que me derretía
los carámbanos de las sábanas
con una hogaza de cobre
llena de miga de ascuas
de piedras
Y me gusta ese doblado dolor
de la Magdalena
que en sus lágrimas
veo a esa mujer enamorada…
“la que te espera hasta la aurora
la novia de la flor de la saliva…”
Y para lo abigarrado de la escena
tan íntima…
tan luminoso todo Juan
Y esos rincones de vida escondida
en las bocas de la madera
entre tanta pesada túnica
que una brisa de dolor
tallada en el aire
encarniza
inflama…
Y todo ese manojo
de manos detenidas
por donde la rueda lenta de mi dedo
rueda
por dorsos de venas
de savia aún viva
por falanges
como ramitas de nogal…
Hasta doy la vuelta y dejo mi huella
de caricia redonda
en el pequeño barranco
de cada palma…
oh benditos días tuyos Juan
de silencios de madera herida de belleza…
la que te salva a ti de la vida
la que a mí no se me queda en el nogal
y vuela y hiere y besa
©Rubén Lapuente
Fuente el Carnero (Zamora)
A Juan que me abrió la puerta de su casa
y la del cofre de sus tesoros
CAMPANADAS EN IGEA

Como imaginarse
que uno
de recolocar
en los tejados de las iglesias
los nidos de cigüeña
pudiera vivir
Y encima yo
que calzo un cuarenta y seis
y que mal voy
por estas estrechas
cornisas
intentando
que no se me vaya demasiado
el reojo
al abismo…
Les busco un enclave más seguro
en un durmiente
o en una viga maestra
o los llevo a un recodo
que allí
no asomen
el peligro
por los aleros…
Y me tengo que dar prisa
que ya hay un olor
a rosquillas anisadas
por toda La Rioja…
Que ya regresan por San Blas
Y mira que son buenos albañiles
estos cigüeños
Que es el macho quien
se adelanta unos días
y empieza
ya a hacer en su enramado nido
de amor de siempre
sus chapuzas :
teje de lecho
una alfombra de retales
de musgo de tierra de yerba
de barro de periódicos…
Y no se quejarán
del trato tan mirado que reciben
Vienen del cinturón del hambre
Del largo sahel africano
Parecería un chiste si dijera
que llegan sin papeles
en el pico
Pero del mismo sitio
vienen los otros
Los que no tienen alas
y se estampan
en una empalizada de cuchillas
o cruzan el estrecho
en el mismo madero
de su cadáver:
Ventajas de no ser humano en África
Pero que culpan tendrán
las protegidas cigüeñas…
Este tejado
de la iglesia mudéjar de Igea
es el último que me queda
Y mira que me gusta
su pináculo
¿Y el campanario?
Si estuviera aquí Andrea
se quedaría a oírlas
Son las de pueblo
Las de siempre
Las que su larga voz
se ata a la alegría de los días azules…
Y ahora tiene gracia
que al estar embarazada
me llame cigüeño
Y eso que hace bien poco
la hice llorar a mares
Le dije que no sabía si la quería
Y es que uno anda
todavía aferrado
a su entraña
a su tormenta interior
a esta incertidumbre
de vagar de trabajo en trabajo
precario…
Hasta que descubres
a una mujer que es un bálsamo
que cuando la veo venir
es como si se me acercara una
higuera de otoño
Y abraza
como si se lo hubiera enseñado
el viento…
Andrea Andrea ¿Sabes dónde estoy?
Ya Ya En Igea
Pero ahora estoy en el campanario
Están tocando las campanas
¿Las oyes Andrea?
¿Sí? ¿Las oyes?
¿Sabes quién las toca?
Las toco yo Andrea
¡Que las toco yo!
¿Las oyes? ¿Me oyes?
¿Sí?
Andrea ¡Que las toco para ti!
Sólo para ti Andrea
¿Me oyes?
¡¡Sólo para ti!!
©Rubén Lapuente
Para Andrea que me lo contó emocionada
Y para Víctor su cigüeño campanero enamorado
Foto Iglesia de Igea. La Rioja
LA NIÑA DEL ASCENSOR

Desde ese
“¡Corre corre querubín
que te merienda!”
hasta este esquivo silencio
envuelto en ese ruido
de violín con cuerdas de polea
de siempre
sólo hay tiempo rosa niña
trepadora rosa del jardín
del ascensor
sólo tiempo
tiempo
que ahora se vuelve
hacia mí
Citados en este andén
del tren de los cielos
El azar
(¿en cuántos años?)
nos ha regalado un puñado
de viajes vecinita
rosa niña
Y cada vez eras una distinta
Conquistabas
una veta roja nueva
más alta en la falsa madera
de la pared
Te veía crecer en los espejos
rosa niña trepadora
y de esa manecita de pétalo
casi rozando
el botón de las alas del tercero
has pasado
a esta última ninfa
del ascensor
de ahora
que sales al rellano
y el bocado de la puerta
(¡corre corre querubín
que te merienda!)
te parte en dos
la estela
ya de mariposa de amor
en la que te has convertido
que me deja dentro
el tiempo
su crisálida
que se vuelve hacia mi
y que respiro
y mastico
©Rubén Lapuente
GEORGINA

“Yo misma lo desconozco
No sabría decirte detrás
de que recoveco se agazapa
cuando se ausenta
Parece el perfume
de esa flor del interior
más hondo de una
Sólo necesita que mis diez dedos
como buzos
se sumerjan en el barro
para que se alborote
salga raudo de la nada
y doble la primera esquina
rumbo al alfar
derramando por mis dedos
su magín de fábulas
que le debe de contar
la fuente de su otro
sueño oculto
Es como un niño al encuentro
de sus juguetes
A veces creo que
sólo él es quien modela la arcilla
al pararme yo
un momento
a mirar en mis dedos
su soplo mágico
Me sorprende el ver
en los rasgos de las caras de barro
que me trae
como familiares
retazos de otras vidas
pero que nunca alcanzo
a recordarlas
Oh será simplemente el milagro de crear
Ahora que modulo
las llamas en el horno
sé que él se queda
en el candente corazón de la arcilla
porque me sale este niño
de tierra mirándome
y me cuesta reconocerle del todo
como sólo mío”
©Rubén Lapuente
Foto escultura de Georgina Monné
LA FLOR DE LA VID

“Nunca me había pasado
Y mira que llevo años viajando por esta tierra
Yo parado aquí y de tan de cerca
¡Y sorprendido!
Yo que voy todos los días
de bodega en bodega
casi de viña en viña
con este morral lleno de etiquetas
esperando que esa luz de papel
traspase el vidrio de alguna botella
de vino de Rioja
Que sea su semblante o su señuelo
o tal vez el recuerdo ebrio
de algún olvido
¡Yo aquí fascinado!
Será que siempre he mirado
esta infinita almazuela de viñedos
como si mirara el mar
cuando a veces la belleza
no es sólo distancia sino
como ahora en junio
aquí y de tan de cerca
pura emoción
Y ha sido desde la ventanilla del coche
al ver de pasada
ese bosquejo de racimos
lo que me ha hecho parar
y entrar en la viña
a quedarme aquí
al pie de las cepas
sorprendido fascinado
Es que casi ni recordaba haberlo visto antes
Es que dura tan poco la cierna
Esa gestación
La delicadeza de esa gestación
Su complejidad
Con esa extraña y delicada y efímera
flor blanca de la uva
Su perfume único que me envuelve ahora
Oh es la preñez del vino
Oh es la niñez de la uva
El asombro del arranque de todo esto
que acaba con mi etiqueta
pegada en la botella:
ese señuelo que abre la cava del paladar
Y aquí yo parado
embriagado de entrar en el fondo
de este enjambre
de olorosos verdes racimos niños de uva en flor
amando lo que hago
ahora de otra manera
viendo de tan de cerca
como nace el pequeño dios del vino”
©Rubén Lapuente
a mi hermano Humberto autor de la foto en Fuenmayor(La Rioja)
UN VIAJE RELÁMPAGO

Se ha venido a casa
por unas horas
Un viaje relámpago
Le dije que cómo venía
para tan poco tiempo
Por el cansancio solamente
Y me miró sorprendido
Molesto
Mejor me hubiera callado
Se me olvida
ponerme en su lugar
en el de su rutina diaria
Se me olvida recordar
cómo a gatas se detenía
entre las rejas del balcón
a mirar la belleza
cómo sobre su tabla
encerada navegaba
por estas laderas de trinos
Aquí se hizo gorrión de un dios azul
Aquí muchacho tallado de naturaleza
Éste entorno que le ha forjado
como un arma para defenderse
en cualquier infierno
Y viene exultante
de volar
estas pocas horas
con su bandada de amigos
con esta hornada de jóvenes
obligados muchos a irse de aquí
por la codicia nuestra
que ha roto el saco
Mejor me hubiera callado
Ahora que
enciende el motor del coche
ya no se me olvidará
que se va pero se queda
Que no eres de donde pisas hijo
©Rubén Lapuente
(El Rasillo de Cameros)
MIL ANUNCIOS.COM

¿Quién quiere comprarme esta
antigua colcha de crespón
de seda azul cielo
bordada de realce
con pájaros
de largas colas de plumas
como juncos
a orillas
de la paleta del sol
con sus penachos
de caireles
engominados de viento
con sus alas de alta modista?
¿Con esas flores de campanillas
tocando en sus badajos
de estambres
aires de abril?
¿Con sus dos ramas
como venas de seda del sueño
en el paraíso?
¿Quién quiere comprármela?
Fue alguien de mi misma sangre en Sevilla
quien la bordó en aquellos
años de la posguerra
Que pasaba por las calles del barrio
la Esperanza de Triana
Que había que ofrecerle
lo mejor de cada casa
Los mejores trapos
Y cada balcón
escribía un poema
o de colcha de Damasco
o de labor de relieve
o de mantones
de manila con sus rosas engastadas
o de sábanas
también con remiendos
pero que olían
a espliego
y que por detrás
de la blancura
unos imperdibles
la sostenían un ramo
de rojo clavel…
Y tapaban todo el enrejado
que no vieran desde las aceras
el largo mareo de las piernas
de las mujeres
Y las colgaduras florecían
Y hablaban
Como ésta mía que tuvo su sitio…
Quien quiera comprármela
que me mande un correo
¡Para el primero que diga para mí!
©Rubén Lapuente
Para Josefina(yo fui el primero)
TAMARA O LA CRUZ DE LA VICTORIA

Eh Rubén Ven Mira
Aquí detrás Mira
Ya tengo compañía eh?
Ya no estoy tan sola en el destierro
¿Qué? ¿Te gusta?
Y no he dejado sitio ni para
la inicial de un amante furtivo
Mi espalda
para esa cruz de la victoria
para ese amor mío profundo
Y tú ya sé que me entiendes
Que no es por lo que altanera digo
lo de que Asturias es España
y lo demás tierra conquistada
No Que no es por eso
Que no es un capricho la cruz
Si la tengo ahí es para que
me señale mi ausencia
Todo lo que estoy perdiendo cada día
Me alejo un poco
y todo me gira
en torno a esa tierra verde
que tiene un interior de caricia de lana
Que si abres cualquier ventana
ves a la belleza en su sitio
en su tocador acicalándose
Que tiene labios amigos bebiendo
de un mismo vaso
Que escribe con sudor de sangre
de carbón su orgullo
Y qué voy a hacer si sólo me siento
ciudadana del mundo en Asturias
en mi Cangas de Narcea
¿Te gusta?
En el madero de la cruz ¿ves? cuelga
la letra A es la inicial de Alfredo
(Que me perdone don Pelayo)
mi padre que el azar borracho de una bala
se lo llevó y bueno…con el eco de ese grito mío
de pavor de niña voy por ahí…
La M es de mi madre de María Esther
que me he venido aquí
para que a ella no le falte de nada
que alguien me tiene que radiar
los amaneceres cuando llamo
Cuando acabe esta larga incertidumbre
de un salto me presento allí
a trabajar en lo primero que salga
Y no voy a ser mejor asturiana por llevarla no
Tú Tú ya sabes…
©Rubén Lapuente
Foto: Tamara González compañera de trabajo
CALLE LAUREL

Para ser lunes María
vienes radiante
Ayer pillaste cacho eh?
Menuda crema es esa para el cutis
Que va que va
De eso brujillo bien poco
Conoces siempre a alguien pero una
está ya muy escamada
Cuéntame cuéntame Santa Teresa…
Oye que no es así
Que confundes tiento con témpano
Que sé lo que es enamorarse
Y hasta las trancas
Lo que no sé es si a éste corazón
le cabe otra patada
Y tú me has visto en esta oficina
mas que llorar
Bueno perdona perdona
Deja si ya sé que al final eres mi confidente
Si estoy contigo media vida
Lo conocí en la Laurel el sábado
Íbamos en cuadrilla
Echamos unas risas
Y por el tercer vino lo más
la mano en la cintura o en el hombro
Pero ni nos contamos la vida
No es de aquí
trabaja en una farmacia en Burgos
Eh perdona
Pero ése es el amor de tu vida
Uf Ya me veo de tigre
en los portones del templo
en mi senectud
Tú pasándome el elixir de la eterna virilidad…
Calla tonto
Y nada más
Bueno no
Creo que algo va a suceder
Es que se me presentó el domingo
Y solo
Y nos fuimos a comer
En la mesa sabes lo veía
cómo comía tan despacio
Muy despacio
¿Y?
Para mí es muy importante
ese detalle
¿Cómo?
Que comía despacio
Pero muy despacio
muy tranquilo
igual que yo
Y era como si me sedara
Algo bueno me va a suceder por fin
Que ya tengo unos cuantos tacos
Que ya me toca
Pero al final hubo…
Claro tonto!
©Rubén Lapuente
Foto: calle Laurel de Logroño
JÓVENES SUEÑOS ROTOS

Me extrañó ver a Miguel estos días sin su novia y me acerqué…
Tanto esfuerzo
Tanto tiempo entre libros
para que al subirte al final
a tu nuevo tren reluciente
se rompa su raíl
Y cómo me duele ese inmenso
joven cansancio suyo
Sé que su vida
comenzaría mañana
si sonara temprano un despertador
junto al mío
Que libre te quieres
Y eso sólo lo compra el trabajo
El llegar yo y verla tan hundida
El que me dijera sentirse una rémora
un lastre para mi
El que no le acariciara esta ciudad
“moraduras tengo en los nudillos”
nos iba alejando
Hasta que se me ha ido
a respirar ese aroma
de estela de niña
El del nidal de su pueblo que siempre
es un bálsamo que sana
a ella seguro
Y nos hemos dado un tiempo
Bueno ella tiene que recuperarse primero
Aún está hundida
Yo sólo le mando mensajes de ánimo
Que no se rinda Que no está sola
Que la tristeza también puede dar rosas
Y yo tengo mucho aguante
©Rubén Lapuente
CORZA HERIDA

Me enseñas tatuajes
De venado
Tatúame uno de venado
Ése
Ése de ciervo me gusta
¿Sabes? Es ése hombre
que me decía
que en sus sueños
me hacía corza
Oh
Si no fuera
una ráfaga de bosque
Si no me abrazara
una tormenta
Si no estuviera limpio
de mentiras…
Ése
Ése de ciervo
Que aún oigo su voz de campana
Y que yo lo vea aquí
hermoso
en la falda de mi pecho
sobre un jergón de mi carne
de esa
de esa temblorosa
Pónmelo aquí
donde más
me retumban los latidos
del deseo
Aquí
Y que
a una andanada mía
errante
mágico ciervo animado
vaya por las peñas
de mis huesos
y me huelle
entera
toda
entera
Que ramonee
en la maleza de mi pelo
que buena mata
de azabache
tiene
Que teche
mis senos
de soledad
con sus zarpas suaves
Sí
Que a una salva mía
se haga animado
Y baje al dedal del amor
el belfo
de su húmeda boca
Y hasta lleve la cuenta
en un ábaco
en la cabecera de la cama
de cada pálpito
suyo
de bronce
en mi llaga
la que gime en penumbra
Ése
Tatúame ése de ciervo
que así
será como si llevara
siempre dentro
sus últimas gotas recientes de vida
©Rubén Lapuente
(Salamanca)
BALAS DE CORCHO

De vez en cuando
mi hijo me invita
a entrar en la guerra
a que tome las riendas
de una venganza
o las de una salvación
y por detrás del arma
de este pulcro héroe virtual
que toma mi nombre
a quemarropa
voy disparando
Me dicen
que le regalo violencia
que aliento
su larvada
fiereza
Que haga una pira
con todo esa
ponzoña bélica
Me lo dice
esa hermandad
bienhechora
que intenta guiar
su ventura
sus pasos
cuando
el simple
afilado dedo
de una mano desnuda
bastaría
para tirotear
todo lo que se asoma
se mueve
Le compro el guión
de lo que lee
de lo que oye
de lo que ve
Y siempre
será el héroe
a este lado del mundo
Mi hijo juega
a restaurar la paz
manipulado claro que si
pero como los de la otra bandería
que siempre serán
o han sido
el mal
el imperio del mal
¿Que le compro violencia?
Si no hubiera habido
sarracenos
Ni conquistadores sanguinarios
Ni piratas
Ni nazis
Ni delincuentes
Ni kamikazes
Ni mafia
Ni bin laden
Ni odio
Mi hijo tendría una paloma blanca
de mascota
por la casa
o la biografía
de todos los amaneceres
Reflejo de la vida
que nos toca somos
son los juguetes o deberían ser
Yo cuando en aquella película
los comanches
raptaron a la chica
o en otra viendo a todo el séptimo
de caballería
por los suelos
al pelirrojo Custer
flechado como un San Sebastián
acabé con toda la tribu de la pluma
A Caballo Loco le colgué
del palo mayor del fuerte de madera
Y de nuestra guerra civil
que oía en la cocina
tocada lenta en la curtida cicatriz
de la piel de mi padre
la lidié de niño
en la última calle de arena de Miranda
alistado de soldadito
en unos de los dos bandos
echado a suerte
jugábamos a dispararnos
con balas de corcho
hasta formábamos
un pelotón
de fusilamiento
con una de esas balas
encasquillada:
era la de fogueo
Recuerdo
que mi verdugo de pupitre
me ponía
su oído frio
en mi pecho cerrado al aire
Y yo me demoraba en la muerte
Sólo quería recordármelo
Y aún
se me escapa
media sonrisa
como si sin esos juguetes
yo no sería ahora
el mismo hombre
creo que bueno
Recordármelo
mientras
me dejo matar
©Rubén Lapuente
HOJAS DE ACANTO

Hacía semanas Rubén
que la madera no cambiaba de nudo
Imagínate en el taller
todos
buscándonos
con la misma mirada
inquieta
asustada
Que en un encadenado
dominó de ladrillos
un soplo baste
para que el andamiaje de un país
se desplome tan rápido
cuesta digerirlo
Nadie vio la carcoma Rubén
Y cómo te apeas de la angustia
Cómo aguantas
de centinela
el apretado ahogo
de olor a silenciosa madera
de cada día
de cada noche
esperando
sin cobrar
el cierre
Con el miedo
otra vez al porvenir
pero ahora con un trozo tuyo
subido a los hombros
y con esas paredes de la casa
que aún no son
del todo
tuyas
Y sólo sé tallar una flor
sólo unas hojas de acanto
Sólo escribo ripios en la madera
Ahora en el paro
me hace gracia que note
que la tierra se mueve
Me veo desde el cielo
mareado
dando vueltas
Es ese runrún del vértigo mío
al que acallo
con el aspirador
que paso
y paso
por la casa
o le engaño
demasiadas veces
con serrín
de rubia cerveza amiga
Y así salgo a la calle
casi sin esperanza
encontrándote hoy Rubén
Mañana iré a tomar medidas
Te tallaré en la cama
una flor
unas hojas de acanto:
mis “ripios” en la madera
©Rubén Lapuente
a un trabajador de Alba Rubio
ANDREA

Andrea que son ya las nueve
Que no has subido la verja
Pero ¿qué te pasa?
¡Pero si ni has horneado el pan!
¡Que nos viene toda la marea del barrio Andrea!
No mujer No me llores aquí
Pero ¿qué te pasa?
¿Qué? ¿Que no sabe si te quiere?
Andrea que esto es un negocio
Deja en otro sitio el desamor
¿Que no se te pasa?
Dile que si tiene que romperte el corazón
que te lo rompa ya
que deshoje de una vez
su margarita
Cómo vas a ser poca cosa Andrea
Que venga
Dile que se venga aquí
antes de tu hora
mucho antes si quiere
Que viera en las cámaras
cómo buscan
esa joven mirada tuya
la que les hace empezar a quererte
o esa sonrisa eterna que tienes
que vende Andrea que vende
Que sintiera tu alegría
Tu fatiga de horas de pie
Tu firmeza con lo rapaz
Tu mano de niña hada
que no coge las cosas
sino que las acaricia Andrea
las acaricia
Lo que vales
Que en tu descanso
en la trastienda
le sonara el móvil a unos metros tuyos
enseguida lo tomaría seguro
para llevar en volandas
con su voz
tu cansancio
Que se enamore aquí
de la que no conoce
aquí
Que madure
aquí
Andrea
Ya me gustaría a mí tener tus años
para tirarte los tejos
La verja
Levanta la verja
Andrea
Venga
Ésa no aún ésa no
La de tus lágrimas
primero
©Rubén Lapuente
LA NOVIA DE UN SOLDADO ESPAÑOL

“La tierra no es tan pequeña
que se lo pregunten a mi corazón
que se pierde por estos viejos
mapas de casa
buscando Afganistán
Te vas a ir muy lejos
adonde no te espera nadie
¿Quién puede creerse
que vas en misión de paz?
¿Quién en ayuda humanitaria?
¿Qué se puede reconstruir
en un avispero?
Serás un uniforme
con una enseña roja y gualda
cosida al brazo
sin rostro
sin ternura
¿Te imaginas vivir
sintiéndote dentro
de la mirilla de un arma?
Serás un invasor
Y de la ocupación
nacerá el odio
la dignidad
la paciencia
la resistencia sorda y tenaz:
esa indestructible arma
Y tú entraste al ejército
para ganarte la vida
no para perderla
encubriendo una venganza infinita
de esa cabeza de lobo
enconada con el mundo
que me obliga a vivir
esta historia de amor
de la novia de un soldado
herida
Y ahora no sé a quién me van a devolver
Acabarás entrando en las casas
buscando terroristas
¿Y si te encuentras sólo
con juguetes
con pequeños zapatos
con manecitas de tiza en las pizarras?
¿A quién me van a devolver
conociéndote yo?
Estoy preparando mi corazón
para estos meses
Cada día será una pesadilla
esperando un mensaje en la noche
Yo sólo podré acompañarte
por detrás de ti
respirando en mi ensueño
muy hondo
la estela de miedo que dejes”
©Rubén Lapuente
Foto de Ignacio Pulido
LOS NIÑOS DE LA BASURA

“Da igual mi nombre
llámame niño buzo o niño gris.
La primera vez que me trajo mi padre
me impresionó muchísimo:
La basura estaba como en cerros,
todo entreverado.
Tenía que hurgar entre los despojos,
sin guantes,
mientras la tierra bajo mis pies se hundía
desprendiendo una pulpa viscosa,
hedionda.
Aquí estamos decenas de infantes
en cada montaña de humo.
Un saco de arpillera a la espalda,
un garfio y mi estomago
son mis útiles ahora.
Ya me codeo con esa marabunta
que se abalanza sobre el alud
de deshechos recién nacidos
que voltean los camiones.
Agachado, rescato latas vacías,
cobre, botellas, un trozo de hierro…
Así hasta que la niebla de metano ciega mis ojos,
hasta que mi cara gris hoza la mugre.
Y luego hago el trasiego allí mismo
por unas pocas monedas.
Ahora soy más serio, más triste.
Mi padre me dice que más hombre
al entregarle los cuatro pesos
que ayudan al sustento de todos.
Y aunque me dice
que la basura es la vida
me gustaría que clausuraran el vertedero
(se piensa que no me entero
de que con argucias me obliga)
así podría ir más a la escuela
y no me envenenaría
tanto la sangre.”
©Rubén Lapuente
Cometas de esperanza y los niños buzo de Rafey
La ONG Cometas de esperanza de León(España) ha creado en el POBLADO DE LA MOSCA de Rafey.Santiago (República Dominicana )así llamado el lugar donde viven las niñas y niños en el basurero, una escuela -comedor y asistencia médica. En total han rescatado 175 niñas/niños que oscilan entre los 4 y 16 años de edad. Cometas de la esperanza necesita colaboración para paliar la esclavitud infantil y el abandono absoluto.
DESAHUCIO

¿Garantía?
Sólo tenemos esta casa.
Aunque tu madre…
con tal de verte salir adelante.
Es un buen producto.
Con maquinaria moderna,
fieles trabajadores,
una buena imagen…
el éxito lo tienes asegurado.
Hasta yo podría ser el Presidente de Honor,
a mis años, sólo a figurar, claro.
Y le daría el aire a ese viejo traje del armario.
Yo te avalaría hijo,
con tal de verte salir adelante.
¿El producto? ¿De dónde?
¿Más barato? ¿La mitad de la mitad?
Estas espigas de Oriente,
tan tozudas,
nunca se duermen del todo,
siempre están cabeceando.
¿Entonces? ¿Para qué fabricar?
Y no habrá liquidez, no hijo.
Si el dinero está en algo que no se mueve…
Envejecerá deprisa por dentro.
¿Y los plazos? ¿Los intereses?
Habla con el banco, un aplazamiento…
¿Ya te lo dieron? ¿Entonces?
¿Desahucio? ¿La casa?
¡Ah ¡ Firmé una carta ¡Sí!
Pero a mis años, no la acabé de entender
del todo, era tan farragosa.
¿Entonces? ¿Pero a tu madre…?
No, no te preocupes,
ya se lo digo yo.
Siempre hay una manera
de suavizar las cosas,
aunque son tantos años,
demasiados recuerdos.
¿Y ahora?
Nos iremos contigo, no hijo?
de alquiler los tres,
nos ayudaremos,
mi pensión es tan …
¡Ah! Que te vas de la ciudad.
Claro, lo entiendo.
Empezar de cero:
Otro lugar, otra gente, sin ataduras.
¡Con tal de verte salir adelante!
Ya nos llamarás, hijo, eres joven,
seguro que encuentras algo.
Lo malo es tu madre.
No sé la forma de…
Son tantos años...
Demasiados recuerdos!
Rubén Lapuente