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Se muestran los artículos pertenecientes al tema MIS ODAS( 22 ).

LA COSTILLA DE ADAN

20121013114659-costilla-de-adan-oda-mujer-ruben-lapuente.jpg

 

Perdóname Adan

por contradecirte

por ser tan grosero

pero de una costilla

sólo se consigue

una sopa

un buen caldo de hueso quizás

si viviera mi abuela

claro

 

Detrás de esa gasa

dentro de ese tul

hay un maravilloso mago

que no hace trucos

que no ha escondido

el cincel

que tiene la paciencia

infinita del tiempo

su lentitud

su perseverancia

su tozudez

y  la ha tallado hasta dejarla

única

libre

bella es poco

Su carne

redonda

es como

un espejuelo hambriento

de alondra

de su hombre

es un tálamo

hasta en los trigales

de los asientos

de atrás

del coche

si apremia mucho

 

Tiene el talle

de un guijarro

lavado

por un río eterno

Y cuántos ensayos hizo

hasta forjarle

la sonrisa

Y yo no sé

en qué mercería del tiempo

compraría

ese carrete

de hilos

de luz

que ha urdido

esa trama de candil

que cuando

ella quiere

por el cielo de los ojos

prende

de deseo

 

Debería estar retirado

este escultor

desconocido  

ya millogenario

pero es que aún

no para de pasarle la pumita

por toda la piel

Y el último atavío

que le ha regalado

es ese golpe de cola

de caballo

de su melena

que lo hace

ya tan bien

como si se la desatase

el viento

 

Yo la miro

toda

como un prodigio

en la alegría de este viaje

incomprensible

cuando ayer mismo

sólo se subía

a este tiovivo

el silencio

cuando en los ocasos

ni había sienes

que juntar

ni nadie se bebía

en la cara del río

la plata

de los luceros

porque no había nadie

nadie

nadie

El sentirlo

como un milagro

Sin preguntarme nada más

Acercarme a ella

por detrás

Dejarle bajo

la seda

en la humedad de mis labios

el temblor

el temblor de la vida!

                   ©Rubén Lapuente

13/10/2012 11:46 rubenlapuente #. MIS ODAS( 22 ) No hay comentarios. Comentar.

PILAR LA PORTUGUESA

20120819214334-punto-de-cruz-pilar-gomes-ruben-lapuente.jpg

 

Quizás

de disfrazar

la pobreza 

nacieran estas artes

Quizás

de una herida en la blusa

Y así

de un desgarrón

o de un siete

nacería

un lirio

o un gajo de luna

o un tallito de rosas

 

Con una aguja

y una hebra

Pilar la portuguesa

 hilandera

en las tardes

de Hervás

(Oh que no vienes

Que no vamos

Que no nos vemos)

de sorpresa

nos ha enviado

esta bellísima

escena de caza

 

En la pared

había un bodegón

con manzanas y naranjas

que no se pudrían

Sin historia

Ahora

está este lienzo

de cañamazo

donde la cazadora

que no se ve

es la que más se asoma

La que mira

y teje

y vierte

en la dulce

mueca del lebrel

todo el peso de la nostalgia

y de la ternura

que nos caza

La que

en la escopeta

de perchero

de su montera

y en sus tres

perdices

esperando

abatidas

en la palometa

del cerezo

el vinagre

y las especies

borda

el sosiego

en la tregua

de una tarde

de su vida

que el esbozo

del patrón

se copió de ella

 

Ella nos lo regala

y  lo firma

y aunque

no sé si sabe

que de nuestra casa

ya se había ganado  

todas las paredes

ahora una

ya es suya

eternamente

suya

          ©Rubén Lapuente

            A Pilar Gomes

EL RASILLO

20120429203854-el-rasillo-de-cameros-ruben-lapuente.jpg

De lejos

pareces de juguete

De postal

de mentira

de bello

Como tallado

en el claro

de una esmeralda

de cerca

Alguien debió

despertarse

 en esta dulce ladera

de trinos

y al alba

apresurarse

en colocar

la primera piedra

en talar

los durmientes

del tejado

apilando la leña

al oír

la rondalla

fría del viento

azotándole

el  corazón

Quería vivir

con el ruiseñor

en la rama

con el aire puro del miedo

de una corza

como un marinero

subido

a la cesta

de la gavia

del mástil mayor

mirando

la caricia

de un océano

de agujas

verdes

que le ablandara la vida

 

Y el tiempo

te regaló

el cuenco del valle

de agua lenta

del rio

de espejo

para que

te vieran

el velamen rizado

de tu torso de piedra

en el agua

para pescar

el pez de los sueños

de cada ventana

o buscar

disparatado

cada campanada

de la torre de la iglesia

como si

también

doblasen

en cada gota

y para hacerte

romántico

bajándonos

en esa luna

de noche

sobre el embalse

a esa otra

sirena

de plata desnuda

que nos junta las sienes

que nos flecha

de besos

 

Te he subido

peldaño

a peldaño

hasta el balcón

que abre la vida

y allí

me tropecé

también

con la muerte

que

perezosa

me quitaba

el vaho

de los cristales

   ©Rubén Lapuente

 (El Rasillo de Cameros)

LA MUCHACHA DE LA DEHESA

20120420214331-carmen-muchacha-de-la-dehesa-de-salamanca.jpg

La muchacha de la dehesa

pastizal del alma

La que nace

vive y muere

en la misma casa

Joven

como una larga trenza

de luz del alba

Tiraba

de una maleta vieja

carretera arriba

 

Al salir el autobús

se atrevió

a volver la cabeza

Y toda

la niñez

se le curvaba

se retorcía

 

Llevaba

en el tapiz malva

de la piel

rocío

de luna en la yerba

De su pelo

colgaban

amentos de encina

de cada abril

Un vestido

estampado

de marujas

de regatos de agua

la desnudaba

Y para enlazar

con los ojos

de aquella

sinfín lejanía

que casi

roza las estrellas

el viento

soplaba

en su mirada

 

La muchacha de la dehesa

en el redil

de la oficina

entre el graznido

de las teclas

oh

era una dulce garza blanca!

                            ©Rubén Lapuente

 

Ojos de dehesa

CRISTO YACENTE

20120404174529-cristo-yacente.jpg

Oh Cristo yacente

Subes por mi calle

tu bello dolor

de  carne viva

de golpeada madera

Y cómo la oreas

de claveles

de alas de requiebros

de goterones de lágrimas

en ese íntimo escalofrío

de la emoción

profunda

de un barrio

 

Al pararse el paso

el arrebato

de una mano

vuela

a taponarte

un instante sólo

la herida abierta

del costado

como si aún te manase

sangre limpia

 

Oh Cristo yacente

Qué importa

que no crea

que anduvieras en la mar

que del lodo

de tu saliva

dieras la luz

a unos ojos ciegos

que sacaras

de un cesto

el ágape

de una multitud

Qué importa

Subes por mi calle

la lírica parábola

de la pureza

de una vida en un cuerpo

que me estremece

como si te viera

en el regazo de mirra

de tu madre

muerto

y ensangrentado

                  ©Rubén Lapuente

CALEIDOSCOPIO

20120317132907-caleidoscopio.jpg

Veo a mi hijo

girar su caleidoscopio

Esa pequeña esfera

tornasolada

Esa mina de inagotable veta

de estrellas

Un babel de luceros

se estarán engarzando

Rompiendo

flores de luciérnaga

en labios de cristal

Navegando

en un mar girasol

de olas de espuma de bengalas

de guiños de ocelos

de parpadeos

de alas de mariposa

Y en cada vuelta

todo por descubrir

Nunca el mismo dibujo

Nunca dos iguales

Y no tiene el tiempo

tiempo

para ver toda la belleza

la magia

de tanto tornasol

inacabable

 

¡Mira mira éste!

Y ya hay otro

Almunia de colores

Limos de zafiros con topacios

y perlas y amatistas

con rubíes y diamantes

eternamente cambiando

 

Veo a mi hijo

como un pedacito de ese vitral

en ese pozo de la existencia

dulce álabe cayendo

conmigo…

 

¡Mira  mira…!

 

Y desapareciendo

para siempre

                       ©Rubén Lapuente

 

Nunca hay dos figuras iguales y no nos bastaría con todo el tiempo trascurrido desde el origen del Universo para verle todos los dibujos, tendríamos hoy que seguir girando ese pozo de mágicas estrellas de fantasía infinita que es un sencillo caleidoscopio

A SUS PIES CANSADOS

20111203215449-masaje-pies-cansados-lavar-los-pies.jpg

Vino de la calle

cansada

muy cansada

renunciando casi a moverse

Despacio

muy despacio

la descalcé

como si le quitara

la venda

de una herida

aún

abierta

      

Sus pies breves

racimos de uva rubia

eran dos alas

vencidas

Dos panecillos

de sudor

de su frente

Dos peces

aleteando

en un charco

de la acera

 

Juntos

los tensaba

Me los ofrecía

como la última

manzana

de la rama

Como una quemadura

de la vida

Pies

de mujer Nazareno

que tomé

como si yo fuera  

aquella María

la de la libra del perfume

de nardo puro

y toalla

de guedejas

 

Mientras

su mano

sobre mi cabeza inclinada

me revolvía

el pelo

en las plantas de sus pies

la yema

de mis pulgares

le encontraba

en cada

curvada

friega

la sombra

de la tarde

sobre su higuera

 

Los acaricié tanto

que temí

se me quebraran

o que no quisieran

o no pudieran

ya dormidos

despertarse

con ella

                     ©Rubén Lapuente

BOLÍGRAFO SOLIDARIO

20111116203049-boligrafo-solidario-un-juguete-una-ilusion-ruben-lapuente.jpg

He comprado un bolígrafo

solidario

por cinco euros

Lo llevo encima

y algo nuevo vivo

me roza

Lo dejo asomarse

por el embozo del bolsillo

de mi guerrera

y es un faro

que barre con su luz

de pobreza

nuestra ceguera

 

En el espejo de su tinta veo

la intocable sagrada

niñez rota

A ese niño

que patea una lata

o la niña negra

con pelo de oveja

que caza de la brisa

vagidos

que dulcemente

acuna

Y que soy yo

quién pone ruedas

de tren

o de bólido

o cuero a esas barreduras

o muñeca

de carne de trapo

al vacío regazo ahumado

de la niña

Y es que la infancia

es una rueda

loca

girando

de un coche patas arriba

Un balón cosido a patadas

La muñeca

enseñando agotada

el corazón

de borra

 

En el espejo de su tinta

veo  la ilusión

de quien enseña

el blanquísimo

sinfín

de los dientes

en la sonrisa de una boca

           ay  

¿hasta cuándo desahuciada

de mañanas?

 

 Por cinco euro

¿No he hecho una buena compra?

                                    ©Rubén Lapuente

 

Un juguete una ilusión

SANDALIAS

20110802172256-mis-sandalias.jpg

Leve

Espartana

Dulce

Sonrisa del pie

Bajo los visos de la colcha

como una fresca

sombra mira

Espera como los trinos el alba

Y de trabilla

que así

se abraza al pie

enfermo

de galeras

y guaridas

 

Ojiva mirada

Lázaro de estío

De uñas ariscas

como astas

a estas diez sonrisas

de gajos

de luna rosa

que asoman

 

Como rueda

de carreta

de los caminos

saca acordes de las guijas

¿Pisa o besa los tréboles?

Me trae siega de tierra

Y empeine

Y dedos

Y planta

Su aliño de dulzura

Oh manjar de mantel

de caricias de pie desnudo

bajo la mesa!

 

Mis dos alas negras

como rotas

que a ras vuelan

llevando lo que quiso ser

desde niño

mariposa o manzana

                              ©Rubén Lapuente

      al pie desde su niño

     Foto: mis sandalias

EL BIOMBO

20110725180836-oda-a-mi-biombo.jpg

Nos hemos comprado

un biombo:

El último cerrojo

de nuestro dormitorio

Y le ha dado

un aire

como de suite de saloon del oeste

desvergonzado

 

En una de sus hojas

descansan

mis pantalones

Vivaquea

de una esquina

mi camisa

Si fuera un cowboy

colgaría también

el sombrero de ala ancha

las botas con espuelas con estrellas

y  la cartuchera

con la culata

plateada

de mi revólver

asomándose

como una víbora

 

Luego entra ella

por un lado y

ale hop

planta

su sostén en el medio

como si luego fuera a enjabonarse

en una

de esas bañeras

con patas

de garras de bronce

de leona

Tiene allí en lo alto

algo de triángulo

celestial

Una prenda

que si le oigo su pequeña tralla

me evoca

dos proas por la casa

dos lebreles sin bozal

dos turgencias…

oh “La gauche divine  et á droite aussi…”   

que si duermes 

toda la noche

sobre ellas

olvidas

los sueños

amaneces

sin

memoria

 

 Luego cuelga la falda y

ale hop

aparece

por el otro lado

la misma

pero oh

qué distinta

 

Viendo todo eso

en tu cumbre

biombo

Sólo nos queda

apagar los móviles…

Y encima

con

tarde

de

lluvia!

                      ©Rubén Lapuente

                      (El Rasillo de Cameros)

 

Foto: mi biombo

AL OLOR DEL CAFÉ

20110710210115-cafetera-aroma-de-cafe.jpg

Cada mañana

antes de entrar

en el agua

pongo al fuego la vieja cafetera

de aluminio

Y yo no sé

de dónde saca tanto olor

que me coge

allende el espejo

silbando

ya

al son

de su bufido

 

¿De dónde vienes

tan íntimo

como un beso

aroma?

¿De pisar en el lagar la negra noche?

¿De orear

las sábanas mojadas

de pubis trigueños  

vienes?

¿Del otoño en las hayas?

¿De los ojos azabache de Teresa?

¿Es verdad que el ocaso

se va a dormir

como Marilyn

con una gota

de tu esencia

marrón canela la llamamos?

 

 Me hueles

a aquella barca

en el embalse

con la bancada rota

A madre en el balcón

soplándose los besos

¿No era aire tostado

de la cocina?

A una tarde

de lluvia

girando lenta del asa la taza

esperando

el desamor

 

Cualquier día

en cualquier terraza

la vida

se sentará a mi lado

coincidirá conmigo

¿Y quedará algo más

que una embriagadora

brisa morena?

     

Cuando me siento

a la mesa

disfruto

viéndola beberse ese negro cuerpo

que le pongo al fuego

cada mañana

mientras

éste lirico tonto de quimeras

se desayuna

una dulce

y triste manzana

-costumbres-

ah  pero con aroma

de café

                   ©Rubén Lapuente

LOBOS

20110522111333-el-lobo-iberico.jpg

Siempre lo parirá la sierra

con esa lejana mirada de aviso

de amarga miel

Ha regresado a su refugio de estrellas

con el eterno pecado

de aparecerse

en la garganta de una oveja

¿Cabe esperar otra cosa

de un animal carnicero?

 

¿Quién pone el grito en el cielo?

¿En tu casa dormiría el jilguero

en el cubil del gato?

Ah!  Que los rediles son de viento

Ah!  Que el negocio no da para un pastor

¿Me dices que en aras del beneficio

habría que acabar con el lobo?

 

Viene con  la misericordia

de un decreto sobre sus lomos

que le vuelva a recortar

en el ocaso su silueta

¡Por cuántos caminos le iban dejando

una dulce carnada de muerte!

¡Qué camarillas de bar! ¡Qué estrago hicieron!

Y es que sólo mata por matar el hombre:

El peor animal sobre la tierra

 

 Venía de amamantar un imperio

Y Perraut

Los hermanos Grimm

le hicieron un flaco favor feroz

Y otro lo iba paseando

de sanguinario licántropo

 

¿Sabes que ama a su hembra hasta la muerte?

¿Que son fuertes  nobles  inteligentes?

¿Que su manada es una escuela de vida?

Ya quisiéramos tener los valores del lobo

 

Cuando te pidan tus niños

que les leas un cuento

donde diga  lobo feroz

o que viene el lobo

¿Por qué no te atreves  a cambiarlo?

¿Que tal sonaría  político corrupto

o ruin banquero?

 

Deja al lobo

-le da igual si no hay luna llena-

aullando en la noche

su pureza

               ©Rubén Lapuente

Foto  la mirada del lobo de Miguel A. Domínguez

El lobo como todo animal salvaje tiene el derecho de existir en su estado natural. Este derecho no depende de su utilidad para el Hombre, y deriva del que tienen todos los seres vivos a coexistir con él como parte integrante de los sistemas ecológicos

Ha vuelto el lobo a la sierra riojana, desmitificarlo como animal sanguinario con la leyenda negra y falsa que aún subsiste es una tarea difícil de ganar

ODA A MI GLICINIA

20110514192442-glicinia-de-mi-casa-en-el-rasillo.jpg

Ahora la llamo

la niña de mis ojos

Pero

¡Qué de primaveras yermas me dio!

“¿Otro mayo sin florecer?

¿Es que no te encuentra

esta tierra tu acuarela?

¿Ni el temblor de un aroma

gatea por tu savia?

¡Maldita suerte!” - le decía

 

La mimé tanto

para el frío en el invierno

que acolché su jergón

con la melancolía

de sus hojas

de otoño

muertas

 

Y esa estampa

en la pared

Radiografía

de su sueño dormido

la podé

como aguzaría

 un orfebre

el amanecer del diamante

      

Y fue

de vuelta yo de un viaje

Como en un olvido

Cuando la vi preciosa

al fin

recostada

en el lecho de piedra de mi casa

ofreciendo  

sus racimos de flores

como una piel de mujer

meciendo sensual

esa vulva de pétalos

a la codicia

de todo un valle

 

Yo no sabía

impaciente de mí

que para

sobrevivir

necesitaba tiempo para hacerse

tan hermosa

Y hasta hay veces

ahora

que la llamo “bella ramera”

cuando la liba un enjambre de abejas

a la vez

 

Y tengo el olor

de su voz malva

Y oigo ese viejo e íntimo rumor

que la abre

que boga fugitivo

en Todo

que me saca de mi encierro

¿eterno?

glicinia

en su reverso

                            ©Rubén Lapuente

                            El Rasillo de Cameros

        Foto: Mi glicinia

PEQUEÑA GRAN HERENCIA

20110407211043-maquina-de-coser-recuerdos.jpg

Tan convencida

Tan deprisa

Eligió

su trocito de enser

de su casa

cerrada

ya sin vida

 

Ayer

la arrancamos

con toda su larga raíz

de hierro

hundida

en la dehesa

 

De camino

en cada curva de la carretera

la mano de ella

sobre su costado

era como

un brazo

amigo

sobre la espalda

      

“Ponla ahí bajo la luz de la ventana

que se limpie de penumbras”

 

Al abrirle las gavetas

los botones bostezaron

recobraron la memoria:

“¡Si  todos tienen el rostro de su ropa!

Mira éstos dorados

son de la guerrera de mi padre

Éstos grabados de anclas

son de trencillas

de bocamangas

de  trajes de comuniones

que me contaron

mis hermanos

¡Cómo me devuelve éste de nácar

aquel rosetón de cintas

de mi primera blusa!

¡Mira!

¡Si tiene carcoma!

¡Si parece una luna de noche de madera!

¡Ya me la estás curando!”

 

Oh como la entiendo ahora

Si se ha traído el zumbido

de ese pedaleo de vida  

en la casa

El que trenzaba hebras de luz de sol

cada domingo

¡Y todas las tardes de su madre

sobre hilachas!

       

“Ponla ahí bajo la luz de la ventana

que se limpie de penumbras”

 

Su trocito de enser  

que ahora alegre en silencio

cose

recuerdos

vivos

                      ©Rubén Lapuente

a Carmen

 Foto: Del fondo de la dehesa salmantina nos hemos traído a La Rioja su pequeña gran herencia .Esta máquina de coser Alfa de la Cooperativa de Éibar con más de ochenta años que ahora en su retiro dorado ,coserá sus mejores recuerdos.

ODA A UN BUHO MUERTO

20110224225852-un-buho-en-mi-casa.jpg

Vino bohemio

de noche

con su abrigo de plumas

leonadas

Vino con todo

el  topacio

del otoño

en los ojos

Desde

mi tejado

por la chimenea

se lanzó tan hermoso

tan ave magna

Nunca lo entenderé

¿Creería ver

entre las

aún cálidas

cenizas

los dos tizones

de un mirlo?

¿O eran

los dos saltones rubíes

de una culebra?

¿Venía

borracho

de hambre?

¿O fue que esa marea

tibia

subiendo

era su edén perdido?

Nadie podrá saberlo

¿Y por qué tan audaz?

¿Pero si debió bajar abismándose?  

¿Si ni nosotros mismos

nos atreveríamos 

a atravesar  

en la vida

un túnel oscuro?

 

Y aterrizó

en el planeta

de mi casa cerrada

Y lo siento

por su angustia:

Claro que el grifo

no goteaba

 Ni la ganzúa de su pico abría

alacenas

Allí tenía

un tabal de sardinas en arenque

Un tarro

abierto

de miel de brezo

Podría haber empezado

a probar

el chocolate

puro

de oro negro

Y darme tiempo

a volver

 

Y lo siento

por la angustia

de que no pudiera traspasar

como la luz

el vidrio

sin herirlo

Sin caerse

una

y otra

y otra vez

Contumaz

 

Cuando abrí

la puerta de mi casa

pensé

en los ladrones

al ver

en el suelo

los añicos

del  jarrón

de hojas secas

El coral blanco roto

Mi colcha bordada de pájaros

rasgada

La luz vertida en la pizarra

 

Pero

al pie del  ventanal

allí

cayó muerto

boca abajo

Y con mi misma mano

desnuda

Nada de ramas

Nada

de cayados miedosos

Como si fuera el cadáver

de un hombre

le

di

la

vuelta

                        ©Rubén Lapuente

                     (El Rasillo de Cameros)

                                            Foto Dani Morcillo

SÍNDROME DEL TÚNEL CARPIANO

20101127124141-oda-a-mi-peluquera.jpg

De los malabares

con una tijera

y un peine

en el espejo

vive

Yo me recreo viéndola:

Me levanta olas de cada greña

Les corta su pizca rebelde

Sabe por dónde se traza mi crencha

A qué altura se suicida el flequillo

Cuándo mi melena ya vagabundea

 

Y todo mientras

a mi espalda

una cálida brisa femenina  

del fondo de su ser

no sé cómo

me envuelve

no sé cómo se me clava

tan hondo

 

Luego  busca

en los ojos míos del espejo

su oficio

mi asenso fiel

y furtiva

oh

deja caer

como muerta

la mano de la tijera

agitándola

como si viviera

otra vida

 

“Me cruje como hojarasca”

me dice en voz baja

 

Ahora está herida

Tiene la muñeca abierta

La dueña me dice

que “padece

síndrome del túnel carpiano

una secuela natural

de los gajes de este oficio”

¡Qué farisea!

Si sabrá

que todo viene

de horas de más sin trueque

sin tregua

De la ansiedad

de que

tras la puerta

se le oyera

el quebrar de sus ramas

 

Ahora al pasar

miro por la luna del escaparate

si ha vuelto

Y si la busco

no es como mujer

como deseo

sino sólo

por esa única cálida brisa

femenina

de oro

una vez al mes

                             ©Rubén Lapuente

Foto : La mujer que me corta el pelo

LA BARRENDERA

20100901200439-barrendera-de-logrono.jpg

Es la barrendera de mi barrio

Arrastra sus aperos

en un carrito

¡Sólo tiene ojos para el suelo!

 

Maldice las colillas   

los chicles pegados

la piel de los plátanos

Le revienen los gargajos

Prohibiría las pipas con cáscara

los palillos de los helados

los alcorques de los árboles

 

Le gusta recoger las hojas de otoño

las flores de mayo

el polen de los chopos del río

los aviones de papel de periódico

¡Y fundaría una inclusa

de bolsas huérfanas

de manos!

       

Le gustaría pasar por las calles

como las dejó ayer  

refregadas

relucientes

Y hacer como que barre

el polvo de oro

del primer rayito de sol entrando  

 o recoger

de mentira

bajo los bancos de madera

los besos caídos

o raspar y raspar

las aceras

con un cepillo

hasta encontrarse

la pátina del tiempo

 

Pero la ciudad es tan fértil

que da una cosecha diaria

de inmundicia

de barreduras

de hartazgo

Y a primera hora

siempre piensa en dejar

el escobillón

la pala

el basurero con ruedas

Y colgar su uniforme

de luciérnaga

 

Pero basta que

se levante un viento en la calle

que su rimero

de hojas amarillas  

revolotee

que corra detrás

de todas y ninguna

que casi las tiente en el aire

para que

al pararse

y darse cuenta

de que no son ni mariposas

se pregunte

si no será que

a lo mejor

ha nacido sólo

para barrendera

               ©Rubén Lapuente

a Luz la hermosa barrendera de Logroño

ODA AL PARTO NATURAL

20100529094855-parto-natural-hospital-barbastro.jpg

La mujer entró en la blanca

habitación

Anochecía

Por las ingles

le resbalaba

un agua rosa rota

Le seguía el hombre

con el corazón

orgulloso

agitado

delicado con ella

 

Una mujer de uniforme

la sonreía

la animaba

y al cerrar la puerta

se quedó por detrás

esperando

entre bambalinas

una voz

desde la entraña

 

Todo estaba en penumbra

en silencio

Todo era íntimo

como una suave

caricia

 

Para empujar

y abrir una  luz

la vida

tironeaba a ratos

de la mujer

que entremedias

jadeaba

lo aprendido

como el fuelle de una fragua

 

El hombre mientras

la acariciaba

con las manos

por todo el cuerpo

la dilataba

e iba haciendo

de su carne

masa de pan

de harina de trigo

 

Y en el rostro de ella

saboreaba

la solitaria belleza

del dolor
sin sufrimiento

 

Y la cama se iba haciendo pequeña…

 

Un grito abrió la puerta

Y sin tocarla

ni un temblor del vientre

viajaron juntos

en el mismo tiempo

del hijo

que empujaba

que retrocedía

que coronaba la cabeza

en el espejo

que guiaba

el hombre

hacia los ojos de ella

       

Sobre el vientre de la mujer

piel con piel

latiendo aún del cordón

sin pinzar

flujos de sangre de vida

pegajoso y sucio

de sudor de amor

le dejaron

respirando claridades

 

Y al olor

del calostro del pecho

comenzó a reptar

hasta la ubre

de nieve

 

Y sin separarlos

se quedaron

los dos

al mismo tiempo

dormidos

             ©Rubén Lapuente

 

Para Ana Larroya y sus compañeras del hospital de Barbastro

¡Que no os separen!

ZGZ Pro Parto Natural

“Para cambiar el mundo cambiemos la manera de nacer”

ODA A MIS VIEJAS BOTAS

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Para patear el monte

me regaló Carmiña

un par de botas de piel de serraje

Quiso el azar

que el de la vieja lezna

soñara el troquel  

de su zapato

en el espejo de cada grada de mis dedos

de los altibajos de mi empeine

de mi mismo frágil calcañar

Y por partida doble

 

Y mis pies

encontraron

su horma de gala:

un par de pezuñas de corzo

Y cada sábado

un nudo

de pajarita

en los cordones

corona

y da

la palmada de salida a mis botas

 

Supe enseguida

que sabrían tañer

baladas de otoño

sobre la hojarasca

Que si entraban

en el abra del río

o en la dulce tormenta

lucirían su capucha de limo

y de lluvia

 

A la culebra

como un desafiante alfanje alzado

le enseña  

el filo curvado

de la punta   

o la suela cruel

de asfixiante almohada  

de homicida

si se pone avizora

 

Y me contiene

las zarzas

mientras mi mano aparta

la suave enramada

de las hayas

Y dentro

de su cerrado

cielo negro

mis pies son tan libres

como la misma

veloz sombra del azor

sobre el agua

silenciosa

del embalse

 

Podría tirarlas

ahora ya viejas

olvidarme de ellas mañana

pero no se merecen

un contenedor

Las meteré

en una caja de cartón

como algunos recuerdos

como los zapatos

de quién me lo dio todo

y que si entreveo

ahora

sus pasos

me siguen

por toda

la casa

 

Y para que

las respeten

dejaré un renglón escrito

sobre la caja cerrada:

Que se ajaron antes que yo

Que abrimos  veredas

juntos

        ©Rubén Lapuente

        (El Rasillo de Cameros)

La chica de la tienda de golosinas

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Como una boca

que enseñara

su dulce paladar

sube la verja 

de la tienda

a toda la barriada

 

Antes

ha espantado el vaho

del frío

en la harina

Ha rebosado

de mil y una

delicia

cada cubeta

Ha dejado escapar  

el perfume

del caliente hechizo

de lo recién

horneado

 

Y espera

de pie

la marea  

de una avenida

 

Aquí compro yo el pan

los caprichos

y avanzando en la fila

miro a la joven

y  bella

dependienta

que pesa en una oculta

balanza

los dulces sueños

de la niñez

de muchos

Que en aljabas de papel

embolsa

barras de pan

como flechas de amor

Que registra los bolsillos

a niños rateros

a  rectos y maduros forajidos

como la adalid

del barrio

de un cuento

de policías y ladrones

 

Y la veo salir

radiante

sirena a la proa de un almacén

de golosinas

ebria de embates de olas

de mar de azúcar

 

Avanzando en la fila

al anochecer

ha sostenido ya tantas miradas

que cuando

me toca a mi

todos los caminos

los atajos

a sus ojos

están hollados

De pronto

de la calle

oigo un viril silbido

como un trueno en el sueño

que la enciende

Entonces

llevándose a la boca

la última golosina

baja de un tirón  

la verja de la tienda

y en ese dulce instante

comienza

 a

vivir.

          ©Rubén Lapuente

Foto : Leyre :la chica de la tienda de golosinas de el ángel de Gran Vía

 

ODA A LAS BARRACAS

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Hoy es la fiesta

amor mío

Venga!

Vamos!

Que han descargado ya los sueños

Que vivir

del ayer

es empezar a verse

morir

despacio

 

Iremos primero

a los fuegos

en el río

Yo apoyado en el tronco

de un haya

haciéndose de oro

recostada

sobre mí

aturdida

entre el estampido

de un bello torrente

de fugaces luces

y mi boca

deshojando

tu rendido

lóbulo

 

Por un aroma

de buñuelos

de nubes de algodón

rosa dulce

de manzanas de piel de caramelo

entraremos luego

a las siempre eternas

barracas

Un carrusel

de caballitos

de madera

despertará a ese niño

que en cada vuelta

regresaba

feliz

al principio

del mismo

cuento

 

Subiremos

a la noria

temerosos

de la altura

del vértigo

Bajaremos luego

como echados

de nosotros  

livianos

como aturdidos pájaros

 

En los autos de choque

en los que luchan

todos

contra todos

pero nadie

contra nadie

alguien

nos señalará como enamorados

y pondremos

pies en polvorosa

trazando en la pista

fugitivos

e infinitos

y locos

ochos

 

En las casetas

de tiro

derribaré muñecos

partiré en dos

mil palillos

traspasaré el centro

de todas las dianas

como si flechara 

tu corazón

Y todo

por un oso gigante

de peluche

que alguna vez me robará tu pecho

 

Venga !

Vamos

amor mío!

Que las barracas  son

flor de un día

Que hay un mago  

que de la nada

las hace aparecer  

¿las oyes?

Y que en un abrir

y cerrar de ojos

se las lleva

                      ©Rubén Lapuente

ODA AL ALBORNOZ

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Aquí está

la calidez,

como un lento abrazo desprevenido

como si fuera el pelaje de un shar pei

o el dócil león

de felpa

con el que me peleo

sobre la cama

por desaparecer

un momento,

ese viejo roce

de algodón

pequeño gran deleite

que por primera vez siento que puedo

retenerlo

al enfundarme

en su abrigo

largo como un hábito

arrollándomelo

por su rollizo vacío

de mangas como dorsos de almohada

de elegante

cuello de esmoquin

que subo

y me sella

toda su caricia.

 

Ceñido

por un cinturón

que si desato

una larga abertura baila al paso

del acertijo

de mi cuerpo:

cobertizo

de los besos

cuando el cordón lace

aquella  escurridiza

cintura.

 

Pequeño gran deleite

que me hace sentir

cada rizo

como lenguas de rebaño abrevando

en mi piel:

esponja diaria  

a mi escarpado mar

dulce,

que en las mañanas

de invierno

asaetado de frío

me guarda en el envés

su tórrida sangre

de estambre.

 

Ahora

que lo llevo puesto

todos esos pequeños grandes goces

los siento a flor de piel

de albornoz.

               ©Rubén Lapuente

 

 

 

 

ODA AL JEEP WRANGLER

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Como un negro

caballo percherón

relinchaba

en el escaparate.

Su mirada montaraz traspasaba

los cristales:

llegaba hasta el lugar

donde la vida coincide con uno.

Y me subí

a su montura.

Tomé su redondo y montes ronzal.

Así mis nervios

a la tralla

de los suyos.

 

Ahora me deja

en las cumbres

junto al dios de la niebla

y al pie de la pureza

del agua helada

del arroyo.

Me acerca

al candente bramido

del encelado ciervo.

Me traza estelas de nieve sin miedo

por todos los eneros.

Y en medio de los truenos

bajo la tormenta

amo su silueta

de guerrero altivo

que se calla la muerte.

 

Algún día

me acercará

al único crepúsculo que me haga

saltar las lágrimas.

 

Me quedo con este

planeta de hierro

que me deja en la belleza abstraído

sin cabida

al fin sin pensamiento!

                             © Rubén Lapuente

Foto en Mojón Alto con mi jeep Wrangler

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