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EL LIBRO DE LOS DINOSAURIOS

Hoy me ha cogido de mi biblioteca
un libro animado
De esos llenos de desplegables:
El de dinosaurios que se levantan
y saltan tras abrir la cubierta de cartón
Y frente a esos enormes viejos
amos de carne de papel de la tierra
emergiendo del fondo del libro
vamos viendo fascinados
en cada doble página
cómo cobran vida
Y más al ir leyendo esas historias
de huesos y huellas en las rocas
de nadie ahora vivo
o el de su misteriosa desaparición
Es mi vecino de casi cuatro años
que si le regalo mi tiempo
de un rato infinito e íntimo cuando pasa
lo hago a cambio de cobrarme
esa estela de aroma de yerba
de niñez recién cortada que tiene
o a cambio de ponerme
debajo de la lluvia de oro de su risa
Y es que cuando la vida para uno
empieza a ser ya una cuenta atrás
menos mal que viene
este pequeño “Dino” de relevo
que me deja paladeando
esa huella del asombro de la inocencia
en esta piedra mía del corazón…
fósil que nadie descubrirá mañana
©Rubén Lapuente
EL FUTBOLÍN

Por el camino de cabras
de la escalera de caracol
lo he subido a la buhardilla
A mi refugio
Yo nunca he querido
crecer muy deprisa
que
¿sabes?
así envejeces mucho más rápido
y entonces seguro
te mueres más joven
¿no?
Y por eso me lo he comprado
Para creerme que se alarga mi vida
Para que la muerte
se vuelva perezosa
Se entretenga
con este clamor que viene
tan puro del pasado
Algunos no entienden
que hace ahí
“Cómprate mejor un sofá de flores”
me dice el hortera
o el gracioso de turno
Pero otros lo rozan con los dedos
Esos son de los míos
Tiene un perfume oculto
que no todos lo captan
como de tiza azul de billar
como de césped de madera
con su sonido de fondo
de garito
que evoca la memoria
de cuando entrabas
en la boca de la vida
de cuando estrenabas
tímida flor de carne
de la temblorosa
Y es como el de los bares
“Tráigamelo desmontado
que por ahí sólo suben las cabras”
le dije al de Don Futbolín
Y no es para montar
timbas con los amigos
Ni para recobrar
nada de nada de nada…
Ya te lo he dicho:
Sólo es para envejecer más despacio
Los sábados a la noche
juego una partida
conmigo mismo
Y contigo también
si pasas por El Rasillo
Tú que quizás me entiendas
Ah! Pero yo me pido al Madrid eh?
©Rubén Lapuente
ISABEL Y JOSÉ

Fue cuando la habitaba el dolor
que Isa y José venían a casa un rato a verla
Creo que eran los jueves
Él trabajaba la madera
La vestía de bella piel desnuda
La hacía flor
La nacía
Le veías en las manos
el hilo de su casa en Matute
que se la hizo él solo
con piedra y talados pinos
negros de su amada Soria
De muchacho
entró en una carpintería
Y de hombre ya maduro
ha tenido que salir
malherido por ese falso corazón
de avaro ladrillo hueco
y sin ni una viruta de oro
de madera en el pelo
Venían a la tarde
Y sabiendo de su miedo
de su futuro temblando
de su paro que se agotaba
ni les veías un rictus de incertidumbre
Sólo hacían que por entre
los labios de ella
asomara sonriente
los dientes del cansancio
Ahora han cogido en arriendo
una tienda de su barrio
Y ayer
tirando del carro de la compra
nos presentamos allí
Y pusieron el grito en el cielo:
Que cómo veníamos
Que no estábamos obligados
Que no era nuestra barriada
Que veníamos de muy lejos
Que no teníamos que hacerlo
Quizás ya no se acuerden
de cuando la habitaba el dolor
e iban a casa un rato a verla
Este perfume de huerta
no es el mío- nos dice José – al irnos
Nosotros sí que sabemos
que será todas la semanas
creo que los jueves
el nuestro
©Rubén Lapuente
a Isabel y José
UN DÍA EN LA VIDA

Antes de que suene
el soniquete del despertador
ya te has levantado
vivaz
falto de sueño
Al entrar
le das los buenos días
a la chica de la tienda
la que parece que con sus manos
te ha horneado
hasta el trigo de la luz
del aire
de la oficina
en la trastienda
Y que tan profundo
respiras
Y ya te sumerges
en la rentabilidad
de las obleas de miel
o en el de las tizas de regaliz
Y piensas cambiar de sitio
los besos de azúcar
Y los corazones de princesa
ponerlos en la entrada
Y te llega mezclado
el olor del pan de bogavante
con el de sol de maíz
junto a ese de cristal
tan crujiente
que parece hecho
con harina
de espejo
deshilachado
Y vas recibiendo
a mercaderes
que te vuelcan su alforja
de mil y una gollerías
sobre tu mesa
Tantas
que al final de la mañana
parece
que vas a dar
un festín
en la oficina
De vez en cuando
mientras haces las cuentas
estallas en la boca
una macadamia
o un puñadito de arándanos
o de jengibre
y siempre con un par de avellanas
con las que haces
malabares
al salir del trabajo
Y ahora que subes por las escaleras
los noventa peldaños
llegas a casa
acompañado
de un nuevo
fiel amigo
que no calla
que parece como si ya fuera tuyo
y tiene el mismo ladrido
de lebrel en corazón
que el de aquel niño
que se apretaba la mano
en el pecho
para que no se le saliese
Y comes frugal
que no sea
el estómago quien
de la tarde de un sueño de versos
te la llene
de tamo de paja
o de hojarasca
que la poesía
bebe mejor del hambre
Y escribes esto
Y a media noche
echas la jábega del sueño
sobre el lomo de plata
del mar del día
que te deja
cada vez
un poco más huérfano
al irse para siempre
Y ya de madrugada
te despiertas a deshora
y hasta que suene el soniquete
vas pasando revista
por tus habitaciones
en silencio
donde en una sabes
vive ese pequeño dolor
que espera
que lleva
escondido dentro de ti
más de mil años
©Rubén Lapuente
Foto Leyre en el ángel de Gran Via
BONITA

Hoy subimos hasta la ermita
a coronarnos de otoño
Mientras ella le cuenta algo
le reza no creo
Mientras tira del hilo
para llegar
al otro cabo de su manto
Yo ojeo el libro de visitas
De todos los rincones de España
le piden salud
Y amor
Y trabajo
Algún gracioso le da la dirección
para que le mande un tesoro
Pero todos escriben bonita
Con una migaja más de luz
o de milagro en su cara sale
Yo nunca le pregunto
nada de credos
menos cuando subimos aquí
que tampoco
pero es que hay silencios
que hablan…
Estrenando alfombra
de lana virgen de hojas
bajamos en el coche muy despacio
jugando a ver quien ve
el haya con más oro
Mira ésa No Ésa Ésa
Por el espejo retrovisor
enmarcada veo
la ermita
que se transparenta
Ésa Ésa le digo
¿Cuál? Pero ¿cuál?
(creo en esa mentira
que la completa…)
Ésa La de atrás
La más bonita
©Rubén Lapuente
(Villoslada de Cameros)