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CAMELIA SUMERGIDA

No basta que tu mano sea su amarre
Que tus brazos sus remos
Que tu espalda su barca
O que tu cuerpo su dique
No basta con el amor
En el océano de este sueño
hay un turbión que de noche la despierta
Porque cuando todo se rehace
otra vez todo se deshace
Otra vez la dentera del box del miércoles:
El sumidero de la frescura
El pesado cielo gris de la boca
Otra vez la lluvia de metal de saliva
Un cansancio eterno de hombros de ameba
Hasta la bata al pie de la cama
parece tejida con vellones de plomo
No basta el nido de albatros de mi pecho
Otra vez la camelia sumergida
Coser y planchar los mismos pétalos
Otra vez falsos sueños de grajea
Estaciones del cuerpo
como el tornadizo verdor
del pozo de su carne
que hoy se rehace
y tacha y remacha
con una cruz
en el calendario
otra fecha
menos
©Rubén Lapuente
CLARO DE LUNA

Antes de que amaneciera
se ha levantado
de la cama
Con un pañuelo
de tocado en la cabeza
ha vuelto
para despertarme
Oh Ya ha sucedido
Y aún no quiere
que la mire así
Me enseña
lo que nos anunciaron
Lo que duele
Lo que derrumba:
Mechones
entre los dedos
arrancados
tan sólo
con mesarse los cabellos
Oh no le digas nunca ya lo sabías
Oh dios
Le pasa sólo a ella
Y a nadie más
Y a nadie más
Frente al espejo
Sentada
Por la acrisolada redondez
de su luna nueva
viajan mis ojos
que siguen la corriente
de sus lágrimas
hasta el abra de sus labios
en donde beso
el “Yo no soy así”
el “Yo no soy así”
que susurra
y susurra
Me pide que aderece
bajo la nuca
el remedo de ondas
que incómoda se ciñe
Y a la calle le digo
En la luna de los escaparates
la veo cómo se busca
cómo se atusa
la bella mentira
cómo ensaya una sonrisa
en cada reflejo…
Oh siempre coqueta!
©Rubén Lapuente
DÍAS DE OTRA VIDA

Hoy empieza ella
sus días de otra vida
En el calendario
emborronado de notas
de citas
de cruces
ha abierto antes
un paréntesis
Tan zarandeada parece tan fuerte
¿Pero quién no tendría miedo?
Tengo un nudo enorme
en el estomago
me dice
al rondarle
la hora
Por el bulevar
del hospital de día
entramos en el box
del desasosiego
Para distraer
a la angustia
que no conoce lo nuevo
ella habla
y habla
frente a mis ojos
siempre
así ofrecidos
así
sin párpados
Sobre su cabeza
una nube
color carmesí
Otras transparentes
Y al primer tintineo
de lluvia
de mixtura
en las sondas
ella
fuerte
sopla
una sola vez …
(Oh mujer
Ya te bañan en lo que tú
sonriendo
llamas veneno redentor
En aguas
de dulce cristal mellado
lo llamo yo
que te veo
como a una niña
a quien
le arrancaran
su única muñeca
su inocencia
y le dieran de golpe todo el peso
de tu vida
Le digo que sólo
es un rasguño en el mar
pero ya no me oye
se duerme…)
Al salir a la calle ebria
de mi brazo
El otoño ni nos mira
©Rubén Lapuente
SIRIO O PROBABLEMENTE ALEGRÍA

No me lleva del todo el sueño
Sobre un camastro
de soslayo miro
esa bolsa de mixtura
que gota a gota
se bebe
Hay un redón
bajo la cama
que aún no avena
sangre de seda
Velo las alas
del murmullo
de una mujer
a la que ayer
desnudaba el alba
Al solecillo en la rejilla
de la pared
inclino
“probablemente alegría”
y el azar
me lo abre
en “noche blanca”
que me olvida
un momento
de lo cercano
de que vivo
Y acerco mi sombra
a la ventana
En lo alto brilla Sirio
Y alargo mi cansancio hasta su luz
©Rubén Lapuente
HABITACIÓN 229

De lo que vivía
como si fuera un sueño
se está despertando
Maleada niña me han traído
y bajo un cielo
que me descubre
que no todo empieza
y acaba en la piel
que por detrás
hay un frágil piélago palpitante
de asombrosa filigrana
que ha forjado
hasta este gesto azorado
de ahora
de sus párpados
queriendo torpes
echar a volar
desadormeciéndola
Y bajando a ese lagar
que me descubre
al verla
¿Quién me explica
que un trocito de uno
se vuelva tan avieso
se subleve contra sí mismo?
Luego viene la ciencia
que aquí lanza
un arpón como un pescador
para ensartarlo
y segarle luego la locura
Que sacrifica
un ganglio centinela
mejor le llamo soldado fiel
Que se bebe el primer veneno
del sucio hontanar por ti
Ahora que se está despertando
mejor no ahondar en la vida
Subo del lagar de su pecho vivo
y bajo con lo único que traspasa la piel
los besos
©Rubén Lapuente
CURARE

A nuestra casa
ha llamado el dolor
Ese maldito arquero ciego
Desde su aspillera
nos ha lanzado al azar
una flecha en curare
embebida
Y se ha clavado
certera
dentro de la alcazaba
dulce
de su carne
donde reinaba
el silencio
adonde le llegaba
la intima
luz herida
de atardecer
Mientras se compra
las zapatillas y la bata
para el decoro
de la torpeza
me dice que no quiere
hacerse a la idea
de lo que le viene
Que si lo vive
como si fuera un sueño
es para no hacernos
sufrir
Como ahora
se me quiebra
la mina de los lapiceros
como echo las redes
de mi barco de papel
cuadriculado
en aguas turbias de versos
temblorosos
mejor
le hago una señal
un doblez en la esquina
a esta última hoja
de mi cuaderno de poemas
y ligero
despliego las velas
del tiempo de los besos
rumbo a la dársena
de su corazón
©Rubén Lapuente