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LA PELUCA DE CARMEN

“No te irás al cesto del olvido, no.
Cómo hacerlo si me has dado
la estima en lo más duro
de estos días de otra vida.
“Ésa .Cógete ésa.
Que pareces una francesita”
De color rubio y chocolate
entreverado, calcaba mi pelo.
¡Y me ha ayudado tanto!
A asomarme por la ventana
de mi burbuja
sin que me adivinaran
sin que me miraran
desde donde miraba yo
A ser cómplice de mi silencioso
naufragio hasta en la cola del pan.
Cuando me crezca más el pelo
tendré que dejármelo así
con ese corte tan chic:
Tu francesita Rubén
Pero mañana volveré a ser
yo misma del todo
Saldré sin remedo, sin vergüenza.
Con esta suave nieve plateada
de mayo sobre mi cabeza.
A volver a rozar, al pasar,
las arrugadas mejillas
de esas lejanas miradas
del Centro de día
que la otro tarde, de visita ,
pocas de ellas me reconocieron.
Que me vean con la señal
de esta palabra que ya no da
tanto miedo: cáncer
Y que la vida sea sólo
y siempre ahora hoy sábado
como la de este henchido sol
que te acaricia si te ofreces.
Que no recuerda ni amaneceres
ni crepúsculos.”
©Rubén Lapuente
SUAVES DÍAS DE MAYO

Suaves días de mayo
como de caricia
de amura
peinando
el agua
Ella sale al jardín
a tender
bajo el arco iris
de sus ojos
su cuerpo
de trapo
Suaves días de mayo
trayéndole
agua
de la fuente
de caños
de rápidos
de río
que se bebe
casi a mordiscos
“Que sólo siguen
la corriente
los peces
muertos”
me dice
Suaves días de mayo
viendo
la primavera
de sus uñas
que amarillearon
un día
y el viento
se creyó
que eran
hojas de otoño
o cómo
las llagas
en la boca
le parecen ahora
flores
de don diegos de día
o de don diegos de noche
que se cierran
al rozarlas
con la lengua
Y me dice
que oye crecer
cada uno
de sus cabellos
que las hayas
deben sentir
ahora
en mayo
lo mismo
Y que le sabe a fresa
la fresa
Que cómo cabe
tanta dulzura
en una gota de miel
Que ya no le viene
ese sollozo
mudo
sin pestañear
como si llorase
una piedra
o el olvido
Suaves días de mayo
paseando
en los que su brazo
rodea mi espalda
hasta
colgarse
de mi hombro
como si fuera
mi brazo
como si yo ella
©Rubén Lapuente
(El Rasillo de Cameros)
MARTA Y SARA

Marta y Sara
almidonadas de blancura
Marta
alocada y dulce
de piel tatuada
Fideo hermoso
me deja
que la llame
De bello
cabello
negro
ensortijado
De serena sonrisa limpia es Sara
“Hoy a la niña bonita”
nos dicen
como si el box quince
del hospital de día
fuera
su suite nupcial
En el minado ramaje
oscuro del brazo
le encuentran
a la primera
el claro estuario azul
de la última vena
Marta y Sara
con una mirada
con una palabra
con el simple envés
de una caricia
saben colarse
por el bisel del desasosiego
y bogar contigo
por las tardes
de plomo
Siempre atentas
al silbido
del ronco ruiseñor
A que cese el orvallo
de alfileres
en la sangre desnuda
Marta y Sara
en el álbum de oro
de nuestro
corazón
vivirán
Con un beso soplado
desde la palma de la mano
les decimos
hasta siempre
mientras
intranquilos rostros nuevos llegan
que reconocemos
de haberlos visto
en los nuestros
©Rubén Lapuente
MILAGRO

Me fui a abrir la casa
cerrada por la prisa
Las sábanas lo cubrían todo
y al quitarlas era como
si descubriera una parte mía
El sol le iba descosiendo las legañas
Pintándola de fuego
Le abría los poros
de la piel de muchacha de piedra rosa
La primavera entraba descalza
Y yo no hacía nada más que mirar
Me subí al tejado a quitarla
el aguacero de los pinos
pero me quedé mirando
cómo el embalse del valle tan bello
se iba bebiendo la niebla
La llamé para decirle que el sol
estaba dentro de la casa
Que todo estaba naciendo otra vez
Que sus plantas se frotaban
los ojos con los puños
como niñas al despertar
Que la vida no se cansa nunca de volver
más hermosa
¿Pero lo has puesto todo bonito?
Oh Si Si Todo empieza a estar radiante…
Y yo no hacía nada más que mirar
©Rubén Lapuente
(El Rasillo de Cameros)
Foto :mi glicinia despertando
CINCO LOBITOS

Hay días
que para no gastar vida
casi no habla
¿Cómo estás hoy?
Y me hace un gesto con la mano
como si me cantara
cinco lobitos…
Asomada al balcón
de su cuerpo en llamas
su horizonte sigue siendo
tachar con una cruz
una fecha
en la hoja del calendario
de la cocina
casi ya cerrando el paréntesis
de estos días de otra vida
de esta apisonadora
del protocolo frío
que maleadas muchachas
devuelve
Yo ahora
en este tres dos uno
de broche final
bromeo y la llamo
miss mundo en horas bajas
o rastrojo hermoso
o trapo de cocina Armani
pero ayer en el box
intenté vestirme con su fatiga
colarme por la rendija
de sus ojos de mármol
ser como la hebra del ovillo de su calvario
y se me apareció ese animal
de fondo de miedo del después
el que no te deja subir a la mesa
a bailar
Ahora la piel debería volver a erizarse…
Volverse de terciopelo
©Rubén Lapuente
COCHERO DEL ALMA

Soy el cochero de su alma
El pastor del rebaño
de su caleidoscopio
de estrellas
El que despabila
este marzo
a los cuatro geranios
de la terraza
El que tiene
rosas de gominola
aceitunas de Jordania
un abrevadero
de naranja
y regaliz de palo
injertado en un tiesto
oh qué tonto
Y todo
para el muladar
de su saliva
Y grilletes para la tristeza
El que con ella
se traga
alguna tarde
Sálvame
para ser a la vez
chabacano
y poeta
El dueño de los hilos del teléfono
cuando le llaman
amigas que la cansan
hablando
tan de carrerilla
El que le hace la tortilla francesa
como
si contasen
con tres estrellas Michelin
los fogones
de la cocina
El que le narra crónicas
del sol que nace
El que le refleja la luz de la calle
como una luna
desde el zaguán
de la vida
El capitán
que tiende su rosa de los vientos
en un corazón
que necesita gritar ¡tierra!
El que la despierta
en el box
cuando la espita de las nubes
ya no gotea
El que apoya
el hombro y la cabeza
contra la pared
pero sólo por un momento
y a oscuras
El cochero de su alma
©Rubén Lapuente
MIENTRAS LLEGA ABRIL

En una hoja de papel
escribo abril solo
El que nace de un corazón exhausto
que diera a luz de otro ajado
alumbrado por otro moribundo
lucero de otro ya mortecino que nació
en otro desahuciado parto de…
El que viene de un sucio callejón que una niña barre
Escribo abril solo
y una cuadrilla de emboscados bandoleros
a saco atracan para mi abril
Y me traen capazos llenos de tardes de arrebol
de final de palideces
Las ramblas del cariz borrando finos trazos
de iluminadores lapiceros
Pestañas como marquesinas en flor
para el entorchado de la niña de los ojos
Brisa en el fino vello rozando ya alas de velos
Y toda la savia que rumorea con su piel
de ajuar de nueva novia
me traen
Y mientras llega
en una hoja de papel
escribo abril
solo
Oh abril abril abril…
©Rubén Lapuente
VALS EN EL BOX

¿Pero qué haces sacando fotos?
Si esto es para olvidar (voz de la enfermera)
Por el serpentín
de las nubes
de alquimia de cristal
cae malabar
una gota
y dos
y tres
bajan hacia el abra
del rio
de sangre de lana
su aroma de alcanfor
voraz
Una
y dos
y tres
suena
el retintín
del fanal
como vals de ronco ruiseñor
En sus medidos
sorbos
reparte sueños
de falsa bruma
desata olas de saliva
de metal
contra el malecón
de regaliz en la boca
de quita y pon
Una gota
y dos
y tres
hasta que escampe
el aguacero
sin libros bajo el brazo
sin lírico soportal
¿Para olvidar?
¿Y si una sola hebra
en el suelo
me recuerda
cada mechón?
¿Tú sabes cómo
se cura el viento
las heridas
en cada amanecer?
Tres
dos
y una
Quieto
Sonríe
ronco ruiseñor
©Rubén Lapuente
CUCURUCHO DE CASTAÑAS

Nunca había sentido que el tiempo no corriera
Que holgazán hozara lento en el barro de la tristeza
Salgo del tercio de cada día de mi vida en una silla
al mar de las luces de diciembre
al olor que me evoca lo bello mío dormido
el de estas asadas castañas
pequeños cálidos corazones de caoba rotos
que llevo a casa
en un cucurucho de papel
que atravesarían hasta un turbio vidrio
empañado de melancolía :
Son flechas de luz de vivo aroma nuestro
Sobre la mesa de la cocina
esparzo doce fábulas de niñez
o la forja de futuros recuerdos
Y al olor mágico ya no viene primero lo zampón tierno
sino ese devaneo de mano de muchacha
que hurgaba en el hogar del bolsillo de mi abrigo
enamorada
que entorna ahora los ojos con mueca de placer
Y me extraño de no verle ni una estela
de vida herida
©Rubén Lapuente
CAMELIA SUMERGIDA

No basta que tu mano sea su amarre
Que tus brazos sus remos
Que tu espalda su barca
O que tu cuerpo su dique
No basta con el amor
En el océano de este sueño
hay un turbión que de noche la despierta
Porque cuando todo se rehace
otra vez todo se deshace
Otra vez la dentera del box del miércoles:
El sumidero de la frescura
El pesado cielo gris de la boca
Otra vez la lluvia de metal de saliva
Un cansancio eterno de hombros de ameba
Hasta la bata al pie de la cama
parece tejida con vellones de plomo
No basta el nido de albatros de mi pecho
Otra vez la camelia sumergida
Coser y planchar los mismos pétalos
Otra vez falsos sueños de grajea
Estaciones del cuerpo
como el tornadizo verdor
del pozo de su carne
que hoy se rehace
y tacha y remacha
con una cruz
en el calendario
otra fecha
menos
©Rubén Lapuente
CLARO DE LUNA

Antes de que amaneciera
se ha levantado
de la cama
Con un pañuelo
de tocado en la cabeza
ha vuelto
para despertarme
Oh Ya ha sucedido
Y aún no quiere
que la mire así
Me enseña
lo que nos anunciaron
Lo que duele
Lo que derrumba:
Mechones
entre los dedos
arrancados
tan sólo
con mesarse los cabellos
Oh no le digas nunca ya lo sabías
Oh dios
Le pasa sólo a ella
Y a nadie más
Y a nadie más
Frente al espejo
Sentada
Por la acrisolada redondez
de su luna nueva
viajan mis ojos
que siguen la corriente
de sus lágrimas
hasta el abra de sus labios
en donde beso
el “Yo no soy así”
el “Yo no soy así”
que susurra
y susurra
Me pide que aderece
bajo la nuca
el remedo de ondas
que incómoda se ciñe
Y a la calle le digo
En la luna de los escaparates
la veo cómo se busca
cómo se atusa
la bella mentira
cómo ensaya una sonrisa
en cada reflejo…
Oh siempre coqueta!
©Rubén Lapuente
DÍAS DE OTRA VIDA

Hoy empieza ella
sus días de otra vida
En el calendario
emborronado de notas
de citas
de cruces
ha abierto antes
un paréntesis
Tan zarandeada parece tan fuerte
¿Pero quién no tendría miedo?
Tengo un nudo enorme
en el estomago
me dice
al rondarle
la hora
Por el bulevar
del hospital de día
entramos en el box
del desasosiego
Para distraer
a la angustia
que no conoce lo nuevo
ella habla
y habla
frente a mis ojos
siempre
así ofrecidos
así
sin párpados
Sobre su cabeza
una nube
color carmesí
Otras transparentes
Y al primer tintineo
de lluvia
de mixtura
en las sondas
ella
fuerte
sopla
una sola vez …
(Oh mujer
Ya te bañan en lo que tú
sonriendo
llamas veneno redentor
En aguas
de dulce cristal mellado
lo llamo yo
que te veo
como a una niña
a quien
le arrancaran
su única muñeca
su inocencia
y le dieran de golpe todo el peso
de tu vida
Le digo que sólo
es un rasguño en el mar
pero ya no me oye
se duerme…)
Al salir a la calle ebria
de mi brazo
El otoño ni nos mira
©Rubén Lapuente
SIRIO O PROBABLEMENTE ALEGRÍA

No me lleva del todo el sueño
Sobre un camastro
de soslayo miro
esa bolsa de mixtura
que gota a gota
se bebe
Hay un redón
bajo la cama
que aún no avena
sangre de seda
Velo las alas
del murmullo
de una mujer
a la que ayer
desnudaba el alba
Al solecillo en la rejilla
de la pared
inclino
“probablemente alegría”
y el azar
me lo abre
en “noche blanca”
que me olvida
un momento
de lo cercano
de que vivo
Y acerco mi sombra
a la ventana
En lo alto brilla Sirio
Y alargo mi cansancio hasta su luz
©Rubén Lapuente
HABITACIÓN 229

De lo que vivía
como si fuera un sueño
se está despertando
Maleada niña me han traído
y bajo un cielo
que me descubre
que no todo empieza
y acaba en la piel
que por detrás
hay un frágil piélago palpitante
de asombrosa filigrana
que ha forjado
hasta este gesto azorado
de ahora
de sus párpados
queriendo torpes
echar a volar
desadormeciéndola
Y bajando a ese lagar
que me descubre
al verla
¿Quién me explica
que un trocito de uno
se vuelva tan avieso
se subleve contra sí mismo?
Luego viene la ciencia
que aquí lanza
un arpón como un pescador
para ensartarlo
y segarle luego la locura
Que sacrifica
un ganglio centinela
mejor le llamo soldado fiel
Que se bebe el primer veneno
del sucio hontanar por ti
Ahora que se está despertando
mejor no ahondar en la vida
Subo del lagar de su pecho vivo
y bajo con lo único que traspasa la piel
los besos
©Rubén Lapuente
CURARE

A nuestra casa
ha llamado el dolor
Ese maldito arquero ciego
Desde su aspillera
nos ha lanzado al azar
una flecha en curare
embebida
Y se ha clavado
certera
dentro de la alcazaba
dulce
de su carne
donde reinaba
el silencio
adonde le llegaba
la intima
luz herida
de atardecer
Mientras se compra
las zapatillas y la bata
para el decoro
de la torpeza
me dice que no quiere
hacerse a la idea
de lo que le viene
Que si lo vive
como si fuera un sueño
es para no hacernos
sufrir
Como ahora
se me quiebra
la mina de los lapiceros
como echo las redes
de mi barco de papel
cuadriculado
en aguas turbias de versos
temblorosos
mejor
le hago una señal
un doblez en la esquina
a esta última hoja
de mi cuaderno de poemas
y ligero
despliego las velas
del tiempo de los besos
rumbo a la dársena
de su corazón
©Rubén Lapuente