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Se muestran los artículos pertenecientes al tema DENUNCIA ( 24 ).

HIJOS DE LA ARENA

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Bienvenidos los hijos de la arena

Los hijos de las nubes

Bienvenidos

Los que nacisteis en patrias de lona

Los que ya sabéis de memoria

el camino de las estrellas

Bienvenidos

Sólo erais un puñado de fosfatos

Un cesto de peces

Y os dejamos tirados

Treinta y ocho años

lleváis tirados!

Bienvenidos los futuros guerrilleros

a estas dunas de piel de toro

a estas cegadoras luces de neón

Bienvenida vuestra memoria de pizarra  

De fuego en las frías noches del desierto

Que no podéis olvidar nunca

nada jamás

Que cuando se os muere un anciano

se os muere también un libro

una canción  una leyenda…

Bienvenidos

los que soñáis regresar

adonde nunca habéis estado

Pequeños héroes descalzos

bienvenidos

a nuestra nevera 

a nuestro grifo eterno

a nuestro emparrado sol

a nuestros corazones

Bienvenidos niños saharauis

de Vacaciones en Paz

 

Ojala no os bebáis todo

el veneno que os daremos

                 ©Rubén Lapuente

 4.500  niños saharauis  de los campamentos de refugiados 

pasarán el  verano con familias solidarias españolas

40 en La Rioja

07/07/2013 09:55 rubenlapuente #. DENUNCIA ( 24 ) No hay comentarios. Comentar.

EL PEZ QUE SUBÍA LOS RÍOS

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Mira ese reflejo

contracorriente

esa luz

de lomos plateados

Parece que boga

una esquirla

de luna

en el río

Mira su timonel

el que tira de su corazón

es un  héroe

loco

romántico

enamorado

Escuchó

en la noche profunda del mar

el temblor

de esa oculta sirena

a rebato

del universo

Y ahí lo tienes

con su hatillo desnudo

al hombro

Míralo

eligió un camino

incierto

resbaladizo

peligroso

Oh tan lírico

Vuelve a su moisés

a su niño antiguo

a su agua pura

muy arriba

en lo más alto del río

a tenderse

con su hembra

en un fresco

lecho

de freza 

A decirle amor mío

A florecer en la muerte

echando a rodar

río

abajo

la rueda eterna

de la vida

Pero

Ay!

En cada

quiebro

aguas arriba

le acecha

una celada

un zarpazo

Un azud

se levanta

de cada canto

rodado

Oh

Que le pongan unas alas

que le enseñen

a saltar

con una garrocha

que le suban

en volandas

que le quiten esa angustia

esa muerte

a deshora

o mejor que desaparezca

ese hombre

que no sabe

leer

en sus lomos

oh salmón de plata

los mejores

versos

que se han escrito

              ©Rubén Lapuente

 Cañu.Rio Sella.Asturias

la especie está  al borde de la extinción debido  a su muerte en aras de alimentar el entretenimiento de los “deportistas” y a la degradación del hábitat fluvial por obras, contaminación y el aumento de los obstáculos a la subida de los peces a las zonas de desove. La pesca sin muerte sería una solución. El salmón vuelve al mismo rio que le vio nacer pero hay que dejarle llegar arriba.


Y GALGO CORREDOR

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Por tener un perfil egipcio

no regalan por aquí pedigrí  

Ni por haber velado los sueños

muertos de algún faraón

Aquel barquero tuyo del más allá

¿Anubis  se llamaba?

estaría ahora desanudando una soga

embalsamando  tu cuerpo

mojado en sus lágrimas

 Y nadie sabe aún

 que al levantar la cabeza

 se cruzan por tus ojos

todas las lunas de tu estirpe

Ni de tu silencioso ladrido

que suena a madrigal

Que eres todo ligereza

Que eres un mar en calma

en cualquier casa

Nadie sabe

que tu esbeltez

le haría a tu dueño más bello

A mí me pareces

el lebrel de un dios lírico

¿Pero alguna vez hubo

hombres de verdad?

 

Tu torpeza

es correr demasiado

 y así te tienen ansioso

en zulos de un sólo hilo

de sol polvoriento

atado al radio de vida de una traílla

dándote ese manjar

de mendrugos de pan duro

creyendo que la gazuza te montará

 luego en relámpagos

Que tienes que salir al sembrado

estrenando luz nueva

en los colmillos

Tu torpeza es adivinar

el quiebro de la liebre

por un atajo

y ahí aparece  en un gesto torcido

el reverso del hombre

al que una herramienta mellada

no le sirve

Y entonces

ya ni una bala vales

                         ©Rubén Lapuente

SOSGALGOS

LOS NIÑOS DE LA GUERRA

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Al lado de un perfume

De un emblema

De unas agujas de oro

barriendo la esfera del tiempo.

Ahí,

la valla de la niña en el horror.

La nómada del miedo.

 

Como la marca

como el reloj

como el aroma

se te irá quedando grabada

pero como algo extraño.

Seguro que el camino

en zigzag de su gesto

poco a poco

te irá encogiendo algo

de muy adentro.

Y al no venderse

Cómo olvidarla.

 

Se apagará la fragancia.

El lema se te hará tedioso.

 El reloj será sólo la rutina

de su tic tac en la muñeca.

Pero allí,

en  las vallas,

en las marquesinas de las paradas

de los autobuses

en los diez segundos

del televisor  y sin palabras.

Allí,

la mirada que no se esconde.

La que rasga la placidez,

taladrándote

camino o a la vuelta del trabajo.

o en la cómoda butaca

a la noche

Ahí,

la cara de la niña en el horror.

La nómada del miedo.

 

Hasta que un día

alces la cabeza

del todo

ya sólo para sonreírla.

Para llevarla cerca de los labios

Y tatuarte en la piel esa mirada

Que es sagrada

Que no se vende

Que nunca olvides

          ©Rubén Lapuente

LAS MUERTAS DE JUÁREZ

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El Ateneo Riojano se ha unido a la iniciativa de Escritores por ciudad Juárez y ha organizado una lectura solidaria de poemas y textos el día 1 de septiembre, este poema es mi contribución

 

Siempre es una  joven

pobre y bella

maquiladora rezagada

por una calle de arena sin luna

Se llama Esmeralda o Laura

o Jessica  o Yazmin o…

Son cientos de ellas

con la cena fría sobre la mesa

Y tú o yo

que todas son

nuestras hijas o hermanas

esperándolas

empezamos a imaginárnoslas

¡Dios mío!

arrebatadas

sintiéndolas en su escalofrío

al oírles atadas murmurar su muerte

Con el horror

encima de sus tiernos cuerpos

pero el horror del espanto gozando

de su miedo desnudo

Cercenándolas

atrozmente

mientras las ultiman

Y como un neumático viejo

como el rebujo de un paquete

de cigarrillos

las tiran

a los arenales del valle

 

Y es así como se despierta en Ciudad Juárez

desde hace más de veinte años

Y como nadie te llama

vas a la morgue a preguntar

por unos huesos que han aparecido

por la prensa

y si hay suerte

al cabo de una asquerosa espera infinita

sales con un despojo dudoso

y con una palmada de pobrecito

en la espalda

 

Y ya no dudas

de que la policía cierra los ojos

de que las pesquisas

son aviones de papel

dando la vuelta

a una mesa con destellos

de espuelas

de que hay un entramado

abyecto

sin fisuras

intocable de impunidad

Y tú o yo

que todas son nuestras hijas

o hermanas

trocando sangre de pobre en rabia

recalentamos aún la cena

todas las noches

      ©Rubén Lapuente

Foto: cada clavo es una mujer muerta o desaparecida

Mujeres de Juárez

Bajo Juárez

Las muertas de Juárez

TIRACHINAS

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Íntima arma blanca

aneja a la piel de la niñez

de rama en horquilla

de badana de lengüeta de zapato

de goma de cámara

de rueda rota

En el bolsillo de atrás del pantalón

cosía galones de capitán

de diez años

 

Del olvido de la memoria

retornas

a la almohada de muchachos

que viven sin vida

ni esperanza

en una franja

Regresas

de un bandarra al sol

de veranos en el río

de un planeta de gorriones

de sueños infantiles

que aún ruedan

al espejo vergonzoso

del brillo de charol

de unas botas

Osadía que lanza tus esquirlas

apedrea el odio

de vivir sin vida

en una franja

sin esperanza

mientras el mundo

sólo te recuerda

si caes de bruces

o si alcanzas a Goliat

con tu tirachinas.

                    ©Rubén Lapuente

MOLINOS DE VIENTO

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Por detrás de las hélices bajaba el sol lanzando sus andanadas de luz; a más viento, los élitros giraban más deprisa, cribando los hangares de hebras de lumbre en miríadas de escuadrones que ametrallaban los tejados, las ventanas, las paredes;…de  tanta centella de oro viejo que nos cegaba volvíamos las espaldas al crepúsculo;…y en la brisa de la noche como un inútil Quijote de rodela y lanza en ristre, masculla el hacha del leñador de aceñas de viento:  “toc, toc, toc , ese traqueteo  contra el gigante que se lleva el patio del recreo ,el paisaje de la vida, la futura memoria por gruesos cables como trochas; toc , toc,  toc, por la niñez del corazón golpeando en los fríos filamentos que candentes  sólo lucen olvido”                             

 ©Rubén Lapuente

 

Si aprendes a volver la cabeza. Si no te sangra la memoria. Si cuando el sol está por detrás de los molinos y todo tu pueblo, todo el valle, parpadea con ruido (efecto discoteca) y lo aguantas Si piensas que los extraterrestres están a punto de invadirnos, entonces,  pon un molino de viento en tu vida. ©Rubén Lapuente

EL GUERNICA

20110501110702-fragmento-guernica-bombardeo.jpg

¿Vienes de ver el Guernica de Picasso?

Te acercaste a la pintura como te dije

sin intentar comprenderla  limpio

como si vieras una noche estrellada?

 

¿Te imaginabas que pudiera alguien

dibujar así el horror de la guerra

tal como si rasguñara en el estómago?

¿Sabes que cuando la bombilla se mece

la única coraza de los inocentes

es apretar los dientes cerrando

a la vez los ojos?

¿Cuántos sádicos quedan que aún

piensen que bajo los tejados

sólo habitan alimañas

estrategias para descorazonar

al enemigo?

¿Seguiste el grito de dolor

de la mujer hasta perderlo

por el filo de su lengua?

¿Le viste los ojos convertidos

en laguna de lágrimas?

¿Y los pechos lacios de pronto?

Duele ese dulce rostro dormido

de muerte de su niño en los brazos

¿verdad?

Su naricilla caída del revés…

Y es que todo el lienzo es sufrimiento

 

¿Sentiste al final el desasosiego

de ese enorme alarido en la pared?

 

¿Y al salir a la calle maldijiste

la historia que tenemos?

 

¿Lo hiciste así?

                              ©Rubén Lapuente

 

Foto: fragmento de El Guernica

El Guernica en 3D

PERROS EN LA CUNETA

20110213141238-perro-abandonado.jpg

Si el mar tuviera ojos

tendría los mismos que los de un perro

Miraría como un perro

Limpios desde la nada

Profundos desde el fondo

de su enigma

 

¿Te ha mirado alguna vez alguien así

sin pestañear  largo tiempo

dándotelo todo?

 

Kira todavía mira desde el miedo

Ya sabes: la portezuela del coche que se abre

y que se cierra de golpe

La estampida como si la vileza

necesitara ruedas

distancia

Se quedaría en la cuneta esperando

hasta que le temblara la vida

Pero el azar a veces viene

con los sentimientos escritos

en una sola hoja de papel

que se desgarra del todo

y de un solo tajo

  

Kira todavía me mira desde el  recelo

Mientras paso mi mano sobre su herida

me enseña el fondo claro del mar

en sus ojos

                        ©Rubén Lapuente

Foto : Kira uno más en la familia

PIENSO EN VERDE

20101218220552-futuro-de-africa.jpg

Ya sabemos los que son

Y cuántos caen por minuto

El progreso era esto:

pura y dura estadística

Ahora la miseria da de comer

a unos cuantos sociólogos

Pone penitencia

a filántropos arrepentidos

del embarazo

de su plata

Da sufragio

a quien se refleja

en la charca del albañal

de los eternos suburbios

Se deja mancillar

por el márquetin

del galán

que reparte sonrisas

ataviado el pobre

de paria

 

Mientras tanto

Ellos siguen

fértiles

en sonrisas

En piojos

Con la misma mugre

para sus adeptas

moscas

Con la loba malaria

abordando su fácil

aprisco

Con alfabetos de tres letras

en la sangre

de bienvenida

Pasando

como el paisaje

de un tren en marcha

Y casi ni joden con la pelota

 

Mientras tanto

por aquí enciendo

las luces de celofán de mi casa

pensando en lo de que

¿pero no es el mundo un pañuelo?

 

Pero  ¡Ya basta!

Es la hora de mi Heineken

Y yo si soy sincero :

ya sólo “pienso en verde”

                   ©Rubén Lapuente

LA RUTA DE LA SONRISA

20101029213945-ruta-de-la-sonrisa.jpg

Hacia el sur de Marruecos

viaja en un convoy

la sonrisa

Donde se detiene

una hilera de chiquillos

espera y avanza

con la boca abierta

 

Se dejan hurgar:

Que entren las tenazas

el espejo

la turbina

la amalgama de plata

 

Que la mano sea ya

visera de los ojos

nunca más

tejado de la boca

 

Y estrenan cepillos

 

Y sonrisas

 

Y en la noche

ensueños

de una ruta inversa

amarga

                ©Rubén Lapuente

 La ruta de la sonrisa

FÓSILES

20100907204203-fosiles.jpg

Estas lajas de piedra

con toda su muerte encima

¡Qué pura escritura de un cuerpo!

¡Qué remotos instantes detenidos!

¡Qué seres sin tiempo para aderezar

su final!

 

Y qué esfuerzo luego

del silencio y el tiempo

por dejar en la piedra

ese leve viso rosa

Ese fino trazo

como salido del dulce lápiz

de una niña

o ese caparazón que asoma ahora

como la rabia de un puñetazo

atravesando la pared

 

¿Y  de nosotros?

Yacimiento de fósiles de olvido

de sueños muertos

¿Qué dirán

al cabo de otro enorme trecho

del cuchillo del tiempo?

 

¿Cómo nos encontrarán

si no hacemos ni el esfuerzo

por colmar un guijarro?

              ©Rubén Lapuente

 

Foto : algunos fósiles que me traje de las montañas del Atlas

            Instantes detenidos de hace 300 millones de años

LUCIÉRNAGA DE CARRETERA

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Yo la llamo luciérnaga

de carretera

Es esa muchacha

con luz de lencería

rozando cristales

La loba

de su trocito de acera

de polígono

La que lleva una estera bajo el brazo

Y todo su decoro en una alforja

La que asoma

por las ventanillas

 su zoco de carne

regateada

 

Alquila el cuerpo

como tú la cabeza

o las manos

¡Y déjate aquí

 de meter moral

en la pobreza!:

suena a carcajada

 

La veo cruzar el descampado

hacia el bosquecillo

Y allí

dará cuerda

a su silla de jineta

o se volverá

como una dócil

boya en el agua

 

Su leyenda no me interesa

Me gustaría cruzar

alguna mirada con ella

Que pudiera ver

reflejada

en mis ojos

su dignidad

                ©Rubén Lapuente

Hetaira

CUBA

20100514170019-puerta-en-santiago-de-cuba.jpg

Es cada día

de mi vida

frente a la vieja puerta

de mi casa

atrancada

esperando la abra

la cordura

o el hedor  

Y aunque me digan

que qué suerte tengo

de estar fuera

de no ser uno más

de la mitad

que sobrevive

vigilada por la otra

media

arrogante

necesito volver

a entrar

un momento

a oler esa húmeda tierra rojiza

tras un aguacero

Volver a oír

guajiras

boleros

una habanera

con mi guayabera blanca

sin que se me salten

las lágrimas

Que me atraviesen las voces

de los vecinos

de balcón a balcón

Hace tanto tiempo

que me traje

en la maleta

la estela de recuerdos

de los aromas:

el olor a café

recién colado

el de la fritura

de dorados plátanos

maduros

el perfume del tabaco

como un requiebro

el dulce río de melaza

por los alambiques

de ron

de mis venas…

¡Oh sazón de sudor y piel!

¡Oh estrépito de tersa carne de mulata!

¡Oh caliente lecho de cañaveral!

¡Oh amanecer de Cuba

por las ensenadas del cuerpo

que amé!

 

Y es que todo 

se me va yendo del corazón

Necesito volver a entrar

Sentir otra vez

que todo el aire que respiro

me viene del mar!

                                    ©Rubén Lapuente

 

Foto de Andrés Suarez Outeda

 Santiago de Cuba. Diciembre 2009

un español en La Habana

PROHIBIDO

20100410092405-guerra-sangre.jpg

¿Qué mueve a este incansable

fuelle de carne viva?

¿Qué viento seco empuja

esta sangre

que  baja desfiladeros

sube declives

zigzaguea angosturas

que rueda sin sueño

por la dormida llanura

de mi cansancio?

 

En el dorso de mi mano

o cruzándome el cuello

resalta

como los rápidos lomos de un río

Y  por detrás

de las muñecas de mis brazos

cabecea en mi piel

 sus puras campanadas

que cuento

con mi tiempo

que ahora sé que irá

adelantado

siempre

 

Se equivocó la naturaleza

en tomar un color violento

Un olor tan áspero

Un sabor de fuego en la garganta

De darle forma de tigre rayado

que como la mujer de Lot

se revuelve

abrasada

de memoria  

sucia

Si hubiera elegido

sangre de savia

de rosales

o de juncos de ribera de río

o  de zarzal esperando un amor agazapado

Si no tuviera esta mala sangre

la sangre

que proclama guerras

que labra trincheras

que deja en la comisura de los labios

su rúbrica

de horror de sierpe roja

Que confina Patrias

 

¡Si no hubiera que derramarla

para tener dignidad!

¡Imposible volver al principio!

 

¡Prohibido lavarse las manos!

                                       ©Rubén Lapuente

EL LENTO MUDAR DE LAS PAREDES

20091213133019-el-lento-mudar-de-las-paredes.jpg

Soy un objeto

arrojado en un rincón

de una habitación cualquiera,

desde aquí contemplo

el lento mudar

de la vida:

Aquel tiempo que no vi de mi hijo

acercándoseme

como un hermoso paisaje

mío

íntimo.

La cepa de su cepa después

alzando visajes

de niña

acunando nuevos sollozos.

Vinieron luego

aquellos tránsitos

apresurados

de gentes

y gentes

que se cruzaron conmigo

aquí

como aparecidos

como temblores de arena.

Y aquel augurio antiguo

de rayuelas bajo el agua

que trajo el desasosiego,

el apremio,

el tumulto,

el saqueo en los armarios…

Y ese último paso renco en el pasillo,

la puerta cerrándose

con un enorme estruendo,

el silencio de la calle como un misterio,

la voz de la carcoma en los muebles

con esa duna amarilla

que aún avanza hacia mi canto…

El pausado polvo cubriendo

el cristal de la ventana,

la luz volviéndose

lúgubre,

casi,

casi ciega,

desde aquí,

y ahora,

sin poder saber nada,

contemplando

el lento mudar de las paredes.

                                    ©Rubén Lapuente

                                                           Foto pepe alfonso

LOS NIÑOS DE LA BASURA

20091101012417-nino-basura-buzo-de-rafey.jpg

“Da igual mi nombre

llámame niño buzo o niño gris.

La primera vez que me trajo mi padre

me impresionó muchísimo:

La basura estaba como en cerros,

todo entreverado.

Tenía que hurgar entre los despojos,

sin guantes,

mientras la tierra bajo mis pies se hundía

desprendiendo una pulpa viscosa,  

hedionda.

Aquí estamos decenas de infantes

en cada montaña de humo.

Un saco de arpillera a la espalda,

un garfio y mi estomago

son mis útiles ahora.

Ya me codeo con esa marabunta

que se abalanza sobre el alud

de deshechos recién nacidos

que voltean los camiones.

Agachado, rescato latas vacías,

cobre, botellas, un trozo de hierro…

Así hasta que la niebla de metano ciega mis ojos,

hasta que mi cara gris hoza la mugre.

Y luego hago el trasiego allí mismo

por unas pocas monedas.

Ahora soy más serio, más triste.

Mi padre me dice que más hombre

al entregarle los cuatro pesos

que ayudan al sustento de todos.

Y aunque me dice

que la basura es la vida

me gustaría que clausuraran el vertedero

(se piensa que no me entero

de que con argucias me obliga)

así podría ir más a la escuela

y no me envenenaría 

tanto la sangre.”

                   ©Rubén Lapuente

Cometas de esperanza y los niños buzo de Rafey

 

La ONG Cometas de esperanza  de León(España) ha creado en el POBLADO DE LA MOSCA de Rafey.Santiago (República Dominicana )así llamado el lugar donde viven las niñas y niños en el basurero, una escuela -comedor  y asistencia médica. En total han rescatado 175 niñas/niños que oscilan entre los 4 y 16 años de edad. Cometas de la esperanza necesita colaboración para paliar la esclavitud infantil y el abandono absoluto.

LA BATIDA

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Soy el ciervo

Errante

Orgulloso

Oigo la corneta

que espolea la rabia

Que me trae el fulgor

de sus dentelladas

Me rezago

Con ceño de soldado

soy mi propia carnada

 

La turba de canes

hambrienta

me acorrala

Con mis astas

volteo ladridos

horado hocicos

Mis pezuñas

cocean tarascadas

En un descuido

me desgarran la piel:

Jarcias de mi carne oscura

se retuercen

en la tierra

vivas

Desde el risco

me lanzo

como un suicida

al  agua

Velero del río

tras mi traza de sangre

saltan peces

que me sueñan

 

Soy el ciervo

desmogado

descarnado

sin belleza ya

Digno

de no ser laurel

de venablo

Esperando en mi yacija

agonizante…

 

¡Que sea sólo el bosque

quien devore mi muerte!

 

                               ©Rubén Lapuente

SOLDADOS DE LA EDAD DORADA

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                amarlo todo para comprenderlo todo (Guyau)

Hay una guerra

que la tiene siempre conquistada el tiempo.

Aún así, mi mujer se ha alistado

como soldado de la edad dorada.

Y tan sólo quiere creer ganar una batalla perdida.

 

De madrugada,

está la primera levantando heridos,

y a los muy malheridos,

a esos que miran, a lo lejos, lo recóndito,

sólo les roza, al pasar, la mejilla.

 

Mi mujer es una buena soldado de la muerte.

Sabe que quien se apaga lentamente,

sólo desea que alguien le tome de la  mano,

y se ofrece a darle un último pequeño abrazo

si quien le vela son las cuatro frías paredes.

 

Algún domingo que trabaja

me acerco a pasear por sus galerías.

“¡Qué guapo es el marido de Carmen!”

me dice siempre una anciana.

“Y eso que no se ha operado de cataratas”, le digo.

Y nos reímos juntos.

 

Desde hace un tiempo

de iluminados ventanales

alguien escribe el porvenir con tinta

de un sudor oculto,

alguien, bien sabe,  que aquí no estiban un puerto,

que no son fardos de ninguna grupa,

que unos corazones cogidos con hilvanes

sólo piden ya una brizna de cariño,

y sigue haciendo números.

 

Cuando regrese a la noche

sobre la cama cruzada por el arco

de una espalda que estampa su diaria fatiga

me hablará de hartazgo, de galeras, de sindicatos,

de deserciones…

Y le pondré la mano en la boca…

Pero de  madrugada

estará la primera levantado heridos

y a los muy malheridos,

a esos que miran, a lo lejos, lo recóndito,

sólo les rozará, un momento, al pasar, la mejilla.

 

                                        ©Rubén Lapuente

LA BARQUILLA

20090411141300-danos-colaterales.jpg

El chorro de un bidón de agua

le quita el polvo de la piel,

le despega el vestido.

Un algodón embebido

separa cada pestaña,

le limpia el barrillo

de las orillas de las cejas.

Los afeites en los cabellos

y en el cuerpo lavado

le devuelven la dignidad

rosa de la inocencia.

Un vestido blanco,

una flor en el pelo,

y eso es todo.

 

Ahora tiene  

el mismo dulce rostro

que cuando se quedaba

dormida.

 

Un traqueteo sombrío

bajando las escaleras

le hace a su padre

ir más despacio.

 

Al llegar a la calle

sobre un mar de olas

de manos,

la barquilla rompió 

las amarras.

 

        ©Rubén Lapuente

Minas antipersona (26.000 víctimas mutiladas al año)

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¿Te imaginas que sembraran

bajo el asfalto

semillas del diablo?

¿Salir a la calle de tu ciudad

como a las dunas del Sáhara,

como a un camino de Camboya,

de Irak, de Angola, de Colombia?

¿Te imaginas

ser como uno de ellos?

¿Tener bajo los pies la espoleta?

¿Peor aún, dentro de la cabeza?

¿Buscar, camino de la oficina,

la huella del zapato de ayer

en el reflejo de la acera?

Y si perdieras el rastro…

¿apretar los dientes, los ojos,

y creer huir del miedo

alargando la zancada?

¿Te imaginas que tu hijo

no llegara de la escuela?

¿Que fuera luego en el parque

uno más del corro de muletas

o que te mirara desde una silla

y te rompiera el corazón del alma?

¿Te lo imaginas?

 

En Angola, en Irak,

en Camboya, en Afganistán,

en Sudán, en Colombia...

no se lo imaginan:

lo viven en carne viva.

Sembraron las veredas

con semillas del diablo:

 “Es mejor mutilar al enemigo

que matarlo”,  rezaba ese lema

en las ferias de la guerra.

 

Y cada veinte minutos

dan su fruto

de brazos y piernas.

 

                                                            ©Rubén Lapuente

                                 

                                 

                                 

LOS NIÑOS DE LAS CHABOLAS

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En esta barriada adornada de escombros,

la infancia es un olor oscuro del cuerpo.

 

Por las ingles pasa la pobreza:

el escozor de la mugre

en las ratoneras de la piel.

El día separa la basura de la basura.

Vaga para traer alguna rupia a casa.

Vuelve por el camino largo sin escuela

tirando de un bidón de dudosa agua.

 

Mientras un cohete indio

corteja a la luna,

unas letrinas en bolsas de plástico vuelan,

un albañal a las afueras de las casas de chapa,

gotea y gotea.

 

¿Cómo se consigue vivir

en un acomodo imposible?

 

Menos la sonrisa,

vinieron a la luz dentro de una jaula,

de una casta cuya mera sombra

es a los ojos de los otros,

la más sucia.

 

"Ganaremos el agua,

el agua,

que nos pertenece.

Que se arranca de un reflejo húmedo.

El agua que aquí te moja por dentro.

Que es un río de pureza.

Que te lleva lo amargo.

Que baja sagrada de las manos de los dioses.

Zambullirse,

como llenos de una fe ciega

en un templo verdadero.

 

Ganaremos el agua,

el agua,

que nos pertenece.

Bañarse en la alberca redonda para recordarlo siempre.

Trocito de río Yamura que te abre la camisa de la carne.

Ganaremos el agua

aunque se doble.

Monzón de la fuente que te descubre la vida.

Asaltaremos su hermoso fortín

hacia la estela de los dioses.

Somos los niños de las chabolas.

El agua, ahí está el agua.

No podrán quitárnosla.

Baja sagrada

también para los parias.

 

¡Al abordaje!"

 

       ©Rubén Lapuente

       (Raj-Path,  Nueva Delhi)

LÁGRIMAS

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Sin la luna

la tierra sería

una peonza vertiginosa,

el viento te arrancaría

de ti mismo.

Si no desviara

el eje de la tierra

no habría estaciones

ni naturaleza, ni vida.

 

Si el sol estuviera más cerca

serías arena fina.

Si más lejos

helada sangre en el hielo.

 

La luna y el sol nos mecen

como tu lo harías

columpiando a tu hijo.

 

Si quieres busca un orfebre.

Un sastre con el metro amarillo.

Puedes pensar que todo es un accidente.

Que no ha nacido el universo

para que nosotros existiéramos

o que no tendría sentido

si no estuviéramos de pasajeros.

Piensa lo que quieras.

Pero es inútil que preguntes el por qué.

No hay respuesta.

Pregúntate en cambio

si sabrías dónde está el camino

de vuelta al viejo valle.

Si serías uno de esos pioneros

de los de polvo y carruaje

a la conquista de un fracaso.

Si vivirías en una cabaña de estrellas.

Si derramarías por fin las lágrimas

que te guardaste para empezar a vivir

más despacio.

 

Has abierto el balcón

en la tregua de la película.

Te has quedado absorto

mirando la soleada luna llena:

(“Ser el vaivén en mis brazos de la tierra enferma”)

Ahora ya no piensas lo que quieras.

Vuelves, acabada la cinta,

y no preguntas a nadie   

su final.

Finges un bostezo,

y les haces creer que te vas

a dormir a la cama…

                                     ©Rubén Lapuente

NIÑA SOLDADO (República Democrática del Congo)

20080620212126-nina-soldado.jpg

Me llamo Jasmine y soy de Kivu.

Y sólo quiero un trozo de tela

para acarrear a mi bebé.

Me sacaron de la cama con doce años

los mayi-mayi. Me reclutaron.

¿Para quién lucháis? ¿Para qué causa?

Sólo tenía dos dunas en el pecho.

Y en la vagina, si se cerraba,

palos y trozos de botella.

Era un golpe de autoridad

hacernos andar como patos por la aldea.

Así, seríamos más dóciles y sumisas

en la próxima redada.

 

 

Soldadito niña tienes un marido.

Y te vuelves como un árbol con piernas.

Y sueñas con la piedra hundida

en el sueño de su cabeza.

¿Cuándo iré a los Grandes Lagos

para sentirme pequeña en el paraíso?

 

 

Todas las mañanas, cruzaba el río,

en el andarivel del aire,

iba conmigo el agua

para cocinar y cocer la tapioca.

Y me dieron un machete.

Y un gatillo ardiendo.

Y la regla no me venía.

Soldadito niña tienes un marido.

Parí en el monte, a destiempo,

sola, como una gacela.

Y conseguí llegar a mi aldea, a mi casa:

-Tienes un hijo del enemigo.

(¿Qué enemigo?)

Tu niño es un estigma.

Has perdido la virtud.

Aquí no te puedes quedar

vendrían a buscarte.

 

 

Ahora estoy en el centro de orientación.

Me llamo Jasmine y tengo dieciséis años.

Aprenderé a leer, a escribir

para poder trabajar y salir adelante.

“Ahora lo único que quiero

es un trozo de tela para poder cargar a mi bebé,

como hacen las otras mujeres.”             

                                Rubén Lapuente

                                 (Luvungi  octubre  2006)

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