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Se muestran los artículos pertenecientes al tema DE LA VIDA ( 22 ).

CENTRO DE DÍA

20100920193237-centro-de-dia-gonzalo-de-berceo-de-logrono.jpg

Creías que tu vida ya sólo sería

una cabeza somnolienta

sujeta a una butaca

a su trocito de cielo

al ruido de fondo de un televisor

 

No notabas que la soledad

iba haciendo bien su trabajo

desordenando los recuerdos

criando sombras

replegándote

 

Ya son muchos años -dices-

para encararte con los tuyos

con lo nuevo desconocido

Y mañana ya viene el autobús

“Al otro rincón del olvido”

dices que te lleva

 

Y entras medrosa

Aturdida

Con ganas de desparecer

Pero poco a poco

comienzas a revivir

miradas

de tu mismo tiempo

Palabras que te suenan

como si te las oyeras tu

“¿Cuál es tu nombre?

Mira  ven

Tenemos un patio con sol

del recreo de la escuela

Una fuente como la de los leones de la Alhambra 

Un huerto en altares de madera

para que no se venza tu espalda

Un campanario con badajo

de jilgueros que no calla

Y mecedoras con fieles pulgares

que no se cansan nunca de acariciarte

¿Sabes jugar a los naipes?

¿Y a la petanca?

¿Has jugado al bingo?

Sólo dan caramelos si ganas

pero de los buenos

de licores

¿Sabes que hay baile?

Y siempre están ellas

las de uniforme

que no te dejan

dormir en los recuerdos

Que como vengas  malherido

te alientan

hasta que alcances

con la punta de los dedos

el abismo de un tenedor

o hasta que cruces el desierto de una baldosa

Ven mira…”

 

Y al caer la tarde

el autobús

te devuelve a la puerta de tu casa

Y sobre la cama dejas caer tu ancianidad

con su nuevo sueño viajando solo

hacia mañana :

El empeño por destacar

La revancha de la derrota en el juego

La dulce mirada mate que has de devolver…

 

Y a primera hora

esperas con alegría al pequeño autobús

Y al verlo llegar por la calle

disimuladamente

(¿Verdad Manoli?)

te perfilas los labios

como si la vida empezara otra vez

                                                 ©Rubén Lapuente

Foto Viviana y Manoli

en el Centro de día Gonzalo de Berceo en Logroño

20/09/2010 19:32 rubenlapuente #. DE LA VIDA ( 22 ) No hay comentarios. Comentar.

PIRÓMANO

20100831202108-piromano-incendio.jpg

¿Qué alienta en el pecho de una hoguera

que fascina y a veces enloquece?

¿Todo surge del fósforo que avienta un niño?

¿De la mágica llama que no se deshoja?

¿O ya viene en el maldito azar

del abrasado ramaje de la sangre?

 

Aquí no hablo de un incendiario

de ese asesino de la tea

que compra y vende fuego

que sale canalla al monte

cuando el viento cálido arrecia

cuando amarillea el estío

y bajo los pies  

le restalla la rama

Esa rapiña que vuelve

ya a un paisaje de pavesas

y miserable orina

 

Aquí hablo de un magnetismo

de una cabeza en llamas

de un ludópata del fuego

de un canalla enfermo

que ha mirado siempre

con luz de barrena la lumbre

que no conjura

que sale al monte

iluminado por una voz de fuego

que se sube al mirador del alto cerro

a contemplar

cómo salta su fogata

de copa en copa

Y espera allí

el ulular de las sirenas

las espadas de agua

los calderos alados:

Su velada con música

del crepitar de las llamas!

                             ©Rubén Lapuente

          Piromanía

 

rubenlapuente

NIÑO RAPAZ

20100809213506-nino-ladron-de-golosinas.jpg

En la trastienda

hay una ventana ciega

que te ve

niño rapaz.

Con la mano pura

enseñas

el regaliz de oro de Haribo

o la maroma de Fiesta

Con la sucia

llenas todos

tus recovecos

de golosinas

 

Y te vas con tu botín

por toda la avenida

con el palote

de pirata en la boca

niño rapaz

 

Y de zapateta en zapateta

 

A la platea

de la trastienda

han venido quienes

te dieron los genes

azucarados

Quienes te visten

te cobijan

te miman

para conocerte

en tus artes flamencas

del abanico

sobre las gominolas

Para asomarse

al túnel del granero

de la bocamanga

de tu camiseta

A la red mafiosa

de tus clandestinos

bolsillos de pega

Y para que al salir

a la avenida

con el palote

de pirata en la boca

niño rapaz

te lleven

de las orejas

en volandas

 

Y de pataleta en pataleta

                                    ©Rubén Lapuente

A los ojos guardianes de las dependientas de El Ángel de Logroño

LA DANZA DE LOS ZANCOS DE ANGUIANO

20100801100334-danzadores-de-zancos-anguiano.jpg

Son zarpazos que me vienen

en el sueño:

Zancos agrietados

Vahídos

Trompicones  

El verme de bruces

sobre las piedras…

 

Soy un joven de Anguiano

Y eso te lleva a una cita

“¿Qué?

¿Cuándo te vas a lanzar

por la cuesta?

Ya tienes edad”

¡Ay! Del patio de la escuela

a ser la peonza que bailaba

un dios antiguo

Si lo hago es para ser

 

Y me he plantado

en lo más alto del vértigo

¡Cómo empuja aquí la memoria de siglos!

¡Cómo leo ahora los labios de mi padre!:

“Cuando te vea bajar

me veré a mí mismo”

Siempre son ocho jóvenes del pueblo

Yo el bisoño este año

Y mientras me dejo atar

minuciosamente los zancos

hago sonar las castañuelas

para ahuyentar la ansiedad

el escalofrío

Aún no me toca

En las orillas y abajo

de la empinada cuesta

agobia tanta mirada

de circo…

 

¡Allá voy

con las alas de mis sayas!

¡Vertiginoso!

¡Y no veo a nadie!

¡Soy la peonza de un dios!

                 ©Rubén Lapuente

                    (Anguiano.La Rioja)

 

        El origen es incierto  como una prueba de paso

        a la madurez como hacían en la antigua Grecia

        los niños al cumplir los nueve años ofreciendo

        sus peonzas a los dioses porque ya comenzaban

        su preparación para ser hombres…

        Casi como ir a verlos:

Danza de los zancos de Anguiano

El 22 de julio

Y el último fin de semana de septiembre

¿TE ACUERDAS DE MÍ?

20100523204135-ruben-y-javier-soldados-en-jerez.jpg

Cómo imaginarme

que el pasado

pudiera regresar

tan veloz

tan inesperado

tan limpio

hasta la pantalla de mi ordenador

frente a mis ojos:

 

“¿Eres Rubén?

Tecleaba tu nombre

y de no aparecerme nada

a sumergirme  ahora

en  el torrente

de un río de versos

 

¿Eres el mismo?

 

¿El que el azar

puso a mi costado

en aquella hilera

de soldados sin valor

acompasándonos

las zancadas

tañendo

inútiles sones de piedra ?

 

¿El que

a la vez mía

tachaba los días del calendario

desde la más alta litera

del sueño

tembloroso

del porvenir?

 

¿El que abría la taquilla

y  luminosa

se asomaba

la sonrisa de papel

de una muchacha

como si allí amaneciera?

 

¿El que como yo

no tenía

nada más que regalar

que la juventud?

 

¿Eres el mismo?

 

Ya sé que la edad

camina con paso firme

y devastador

Que nos hace creer

que ya nunca

podremos ser aquellos

¿Pero sabe

de qué lejano y largo sueño

despertamos?

¿Si venimos o no

de un abrazo interrumpido?

 

Ahora que

le hemos dado la vuelta

a la duna de arena

del tiempo

¿No retornamos al principio?

 

Soy Javier

de un pueblo de Huesca

Sólo han pasado treinta años

 

 ¿Te acuerdas de mí?”

                                ©Rubén Lapuente

 

Foto: Yo y Javier en Jerez

Para Javier Alquézar que hace unos días me reencontró

EL FUTBOLÍN O EL HIJO DE LA GUERRA

20100425210934-futbolin-alejandro-finisterre.jpg

Bajo los tejados

de Madrid

de poco servía

estrujarse los ojos

resguardarse en los mismos brazos

si el azar

era un silbido

de racimos de muerte

 

Del vientre

de los escombros

salió

aquel muchacho

hacia un hospital

de sangre

donde le hicieron

un sitio

en el corro

de niños y jóvenes

tullidos

 

La guerra

la hicieron sin juguetes

y en esas navidades

los Reyes Magos

se fueron

camino del frente

cargados

de municiones

y espoletas

 

Les dejaron algún  

recortable:

dioramas de batallas

Muñecos

republicanos

que levantaban

el puño en alto

Juguetes bélicos

para quienes

no hacían fuego

ni en los sueños

 

Y reconcomidos de no poder

patear ni un rebujo

de periódico

a nuestro

muchacho renco

se le encendió la luz

 

Cuando en el bar

de mi barrio

empuño las últimas

barras que aún quedan

llenas de juventud

de frustración

de alegría

de mi rabia también

y salgo

con ese olor a césped de madera

a taco de tiza azul de los viejos

billares

como en mi adolescencia

me llevo el roce

de ese hijo de la guerra

del sufrimiento

del  primer hijo del olvido

que fue en aquella sala

de mutilados

un futbolín

                   ©Rubén Lapuente

Alejandro Finisterre (La Coruña 1919-2007) inventor del futbolín. Republicano. Poeta. Fundador de la famosa revista Ecuador. Albacea y editor de León Felipe.            Foto: pepe alfonso

CÁLIDA VOZ

20100130182303-telefono-del-amor.jpg

Solitario,

arroja un lazo

a una cálida voz

de mujer

que arropa y asoma

por el embozo de la sábana:

Es una lasciva nana en la noche,

un dulce puñal de bajas palabras

punzando carne

sombría.

Si hay una labor de madeja

detenida

o un lápiz

de puente

sobre un crucigrama,

lo oculta todo

la tramoya

de la sensual fantasía:

la verde fábula del sueño inconfesable.

Y se lanza a la corriente

de un lento río de aguas rosas

al ritmo de una voz

que acomoda los tiempos

del placer,

más intenso

que dejar la felicidad en manos

de otro:

de otro defecto.

Mejor que el cansancio

de tener que amar,

de entregarse para ser amado.

¿Cómo ser uno mismo si te poseen?

 

Solo

y jadeando aún

corta el hilo

de la voz.

                     ©Rubén Lapuente

 

VIAJE A ÁFRICA

20100123124114-africa.jpg

El avión te deja en el corazón

del borde de la vida.

Del rechazo

de la inseguridad

casi del miedo

a la llegada

pasas

en un respiro

al hallazgo

de una esbelta silueta

de nueva belleza negra

que al verte mirar la vida

desde la ventana

te invita al festín  

de su misérrimo corral

de una sola gallina.

Y notas que su mañana está muy lejano.

Que su ahora siempre es el alborozo.

Y ves que como no tienen nada

no desean nada.

Que nadie va a venir a darles la vida

que no vivan ellos.

Y te duele

que la incertidumbre de la muerte

tan temprana

haga nombrar a sus hijos

con espera:

Que aquí sólo se vence a la muerte

pariendo y pariendo.

Niños que te los encuentras 

persiguiendo  

a una vieja rueda rota

o haciendo juguetes de barreduras

que desde la otra punta de la calle

corren a tu encuentro

con su eterno raigal

de alegría en el rostro.

Y aquí como sólo se habla de la vida

te la cambian:

Lo notas

en que muda tu piel de serpiente

de viejas servidumbres

en que tu deseo se va acercando

al sueño de una piedra

desnuda

envuelta en esa luz ámbar

que todo lo envenena

de alegría

de pura vida.

                ©Rubén Lapuente

foto de Victoria niños en una calle de Tombouctou .Malí

DE VEZ EN SIEMPRE

20100109095236-tsumani-pescadores-equilibristas-en-sri-lanka.jpg

¿Has visto a los pescadores

de Sri Lanka

subidos a lo alto

de sus jarcias

hundidas en la arena

del fondo del mar?

 

Allí, en equilibrio,

lanzan sus anzuelos

mientras sueñan

mientras miran la larga ribera

que sólo un niño

pintaría así:

reventada de color:

la llamarada roja de las ramas de las acacias,

las enormes  flores naranjas de los hibiscos,

el bosque de mástiles y frutos en la playa

que agita las altas melenas

de un verde tenaz.

Y la selva se hace manglar en el azul

turquesa del agua:

hasta los pájaros se zambullen equivocados

al imán de peces de colores violentos

deslumbrantes.

Y todo mientras el anzuelo

disfraza su mira.

Mientras sueñan.

 

Pero de vez en siempre

vuelven la cabeza hacia el monstruo

dormido del horizonte:

no olvidan que son sobrevivientes

que eternamente estarán encaramados

al palo mayor del escalofrío

en la plácida cima del horror.

 

                                  ©Rubén Lapuente

                                  Foto de Carlos Barria

 

 

desde el tsunami no como pescado

aún creo que los peces se alimentan de los muertos”

     (pescador de Ahangama)

LA SERRANA

20091225132457-la-serrana.jpg

Por la carretera 

me cruzo

con el autobús

que lleva a la serrana

Huye

del paisaje eterno de montaña

pintado

en su  ventanal

como yo de un horizonte de ojillos

en hilera

Huye

de su plazuela de piedra

junto al río

bajo el mirlo acuático en la rama

como yo de una arboleda

de mentira

 

 Y cambia

las calles de piedra 

las cancelas

los portones

las boñigas que le cercan

por avenidas de luces

de escaparates

por miradas que la desnudan

Y sus noches

de silencio

de estrellas como ascuas

de grillos que se callan a su paso

por baraúndas

y amores

de madrugada

 

Y cambiaría

su trabajo

de acarrear leña

de guarda de ganado

en el monte

de hortelana de carámbanos verdes

por ser una tijera

y un peine

por ser un eslabón

más  

de una cadena

 

Por la carretera

los sábados

me cruzo con el autobús

que la lleva 

Y hago sonar la bocina:

La serrana sabe

quien soy

Y que intercambiamos

 la vida.

            ©Rubén Lapuente

          (Villoslada de Cameros)

VECINOS

20091118205130-vecinos-balcon-flores-logrono.jpg

Si corro las sillas.

Si rechinan.

(si supiera  tocarlas)

El lunático vecino de debajo de mis pies

nombra a toda mi familia.

Pero cuando a una hora del día

se desahoga el clarinete en mi casa

me queda la satisfacción

de que su profundo silencio denota

un buen oído musical.

 

Le di permiso a mi vecina de al lado

para que su glicinia colonizara

también mi terraza.

Y ahora la tengo volando

sobre mi cabeza

bajándome en oleadas su intenso aroma.

Pero no puedo entregarme del todo a su olor.

Tengo la sensación de que no es mío.

¡Vecina!  le digo, ¿me dejas oler

tus colgantes racimos violetas?

 

Mis vecinos del primero

han adoptado dos párvulos del África negra.

Llegaron con la afectada mueca del desarraigo,

inquietos como corderos.

Y al ver la jarra del agua sobre la mesa,

se la bebieron de un trago los dos :

Temían que mañana ya sólo manara aire del grifo.

 

Justo frente a mi balcón

al otro lado de la calle

mi vecino de hola y adiós, poco más,

ya no se asoma.

Le hacía últimamente un gesto

con la mano cerrada.

Ahora su mujer

no falta a la cita de adornar

la barandilla de su balconada

con plantas de moradas, blancas y rojas flores.

La percepción mía ahora es distinta.

La suya desde su azotea

debe ser la misma de siempre:

ninguno de los dos ha cruzado el umbral del otro,

nunca hemos quebrado las formas.

¿Y por qué no ahora?

¿Por qué no romper la imagen de siempre?

Que todo de un giro inesperado.

¡Vecina!  le digo, entre tanto vergel,

no se te ve lo guapa que eres.

 

Y se levanta.

Y se acoda frente a mí

en la baranda…

                   ©Rubén Lapuente

ZAPATILLAS EN LOS CABLES ("SCHOEFITI")

20090824174002-zapatillas-cables-shoefiti.jpg

Si buscas una razón la hay

Es una metáfora de la vida

¿No es hermoso?

¿Que te parece necio?

Espera  escucha:

 

Todavía hay gente

que bajo ese cielo

de suelas y cordones

rastrea miradas perdidas

o al nuevo trencilla del barrio

o sangre púrpura en la brea

¡Como si los bandidos

facilitaran las pesquisas

a la policía!

 

Los cables de la luz

del teléfono

que muerde el viento

sostendrán la noche

las palabras  

el desahogo

pero si fueron cicatrices del aire

tendederos sin vida

trenzados horizontes sin paraje

fue sólo hasta que una madrugada

alguien los lazó

con sus viejas zapatillas

¿Cabe mejor ocaso

a quien abrió contigo veredas?

 

Luego una pareja

enganchó a los hilos

el  esplendor de la primera entrega

Otra prendió su suerte

al tumbo del antojo del viento

Una pandilla llevó a la cimera

la última noche de un mancebo

Otro dejó meciéndose

el sueño de un amigo

que aún no ha abierto los ojos

 

Y sólo verás zapatillas

colgadas de las venas del progreso

Las quitarán

Me las quitará

un edil sin un adarme de lirismo

Pero volarán otras y otras

y otras…

Si buscas una razón la hay

Es una metáfora de la vida

 

¿No es hermoso?

 

                   ©Rubén Lapuente

CANCIONES AL VOLANTE

20090716070843-cantando-en-mi-coche-standbay.jpg

¿Desahogo?

llámalo como quieras

pero aquí no se baja la ventanilla

ni se asoma desafiante el codo

y esa vitrina del estrépito

quizá de lo chabacano

se desnuda sólo por detrás del biombo

 

debe conducir el que no sueña

esa silueta de cartón absorta

siguiendo la carretera

como sobre el raíl un tranvía

 

el otro

el que se desvía del asfalto

el que reproduce el disco

y convoca las nubes

debe poner la misma pasión

que cuando fue un rebelde

 

puede que sea un hijo del rock

del bolero  del flamenco

del tango  de la copla

del hip hop

eso da lo mismo

lo obligado es que cante

siempre como un lunático

desafinando

como un viejo pernio de pueblo

 

y si se le cruza un coche

una fugaz mirada conocida

que tenga ensayado

lo bien que solapa

el aullar

un torpe bostezo

 

así hasta que se despierte

el títere del volante

dentro del tenor desgañitado

así hasta que se quede yerma la entraña

y por el espejo retrovisor

vea que son otros ojos

los que miran y sonríen

antes de hacerlos suyos

 

                     ©Rubén Lapuente

me gusta desafinar con ésta canción en el coche :

                                standby

FARE WELL

20090710072220-zapatillas-grafiti.jpg

Ha empezado resuelto.

Me dice que lo tiene decidido.

Que se cansa de mirar bajo el puente

un río que no le lleva.

Que sólo tiene una cita diaria

con la incertidumbre.

Que se acuerda de mis palabras:

sólo quien madura adolescente

saborea cada gota de juventud.

Que no hay veredas en estas calles.

Ni alcohol en los bares que no emborrache.

Que se estraga en esta noria sin belleza.

Que él no trata de huir.

Que se persigue por cada vericueto que destapa.

Que le han oído tocar en el Conservatorio.

Que si querría unirse a un grupo, de gira,

cruzar el charco, un largo viaje, ser el río.

Y ha acabado más resuelto.

Que no se me ocurra decirle nada a mamá

hasta que sólo sea un punto de luz

en el horizonte del océano.

Que esa me lanza la soga al corazón.

Y que nos llamará más a menudo

en cuanto menos nos necesite.

Luego me ha enseñado en sus zapatillas,

vertida, la tapia pintada de la calle:

adioses de sus amigos:

Dream, wild, zen. no faces,

help, dog, music, wind…

Le he pedido el rotulador

y en las dos suelas de goma

como alas de graffiti  en cada huella

le he escrito en inglés

una frase que le faltaba:

” fare well”

(“Que te vaya bien”)

 

©Rubén Lapuente

                              

    Orquesta Sinfónica de La Rioja               

    Réquien de Mozart

    Clarinete Abel Lapuente

 

PIERCING

20090629072727-piercing-lengua.jpg

                          a  Sonya Sedano un ángel con piercing

“Tengo miedo  ¿y qué?

¡Como si me inmolara

todos los días!

Y ni soy violenta,

ni amiga de Lucifer,

ni mis sones son metálicos.

Es tan trivial el cuerpo,

sin una leyenda,

sin un aderezo en su entraña,

sin prolongárselo.

Un simple zarcillo

y el miedo se amansa.

Y será el destello

en el cielo de mi boca.

El náufrago sol plateado

en las olas de mi lengua.

Y de esa cuenta de acero

haré mi juguete,

la pradera de mis nervios,

el talismán que alzará

del todo mi cabeza.

Y se la enseñaré a él,

a hurtadillas,

entre los dientes,

como si descubriera

con asombro

la perla del deseo

amarrada conmigo

a su desnudo hechizo.

 

He sacado la lengua alguna vez

y sólo para burlarme,

menos ahora,

que la aguja, en dos segundos…

             ¡ay!

Asoma ya

                          del otro lado”

                                               ©Rubén Lapuente

TATUAJE

20090508211121-tatuaje-.jpg

"¿Donde habría de ser?                 

Donde rezume humedad.

A la verita del musgo.

¿No vive por ahí ese anfibio?

Será la estampa de mi genio.

El antojo de mi calma.

La encrucijada inevitable

 ante mi cuerpo desnudo.

Y la veré en el espejo,

de relámpago.

Caminaré sintiéndola

asomarse al pellizco

de la cremallera

de mi pantalón.

Al equilibrio imposible

del horizonte de mi falda.

 

¿Y su medieval leyenda

de atemperar el fuego?

Póngamela ahí.

A la verita del musgo.

Sinuosa silueta para el cortejo.

Branquia respirando deseos de saliva.

Reojo testigo de empellones en mi carne.

 

Y verla luego deformada en la preñez,

tomando mis estrías.

Quizá la mire ya cansada de creerme

que es algo más que un tatuaje,

que un torpe dibujo de salamandra,

y se me vaya borrando

de la piel de la vida,

escondiéndola de mí misma,

como una cicatriz más

de otro sueño roto."

 

                                  ©Rubén Lapuente

                                a Teresa que ya recela de su salamandra

LA MIRADA MATE

20090126211426-la-mirada-mate.jpg

Si no eres niño,

cuesta asomarse al tiempo arrugado,

y casi vencido.

Ellos se inclinan hasta el roce,

se restriegan en el asperón de esa piel,

sin esfuerzo.

Podrían hasta jugar a perderse

en el laberinto de surcos del rostro.

Si no eres niño,

cuesta asomarse.

 

Y eso, que sólo le bastaría

conque al pasar movieras el aire,

que oliera quién eres.

 

Cuando respira hace ruido.

Cuando come salpica un poco.

Cuando habla,

suelta a veces alguna tontería

pero de las que no hieren.

¡Y cómo te carcajea!

Ponle siempre a la tarde en la tele

el diario de un encuentro.

Mejor si hay lágrimas,

las de cocodrilo le sirven lo mismo.

Bájale de la pantalla sus recuerdos:

Un poco de aquella música de juglaría.

Y te hará cien veces la zapateta.

Vístete de Rey como para el niño.

A esa edad se lo cree todo.

 

Y después a tus asuntos.

 

Si tienes que dejarle en una casa grande.

Acércate a verle un rato todos los días.

Mejor a la misma hora

para que no se duerma al mirar tanto la puerta.

Si se le cansa la cabeza y busca el hombro,

inclina la tuya para que te vea bien,

como aquel día, que perdido tú,

te descubrió sin demora sus ojos.

 

Un ratito largo con su mano en la tuya.

Que la caricia de la palma le dura toda la noche.

Un ratito largo…

 

Y después a tus asuntos.

                                 ©Rubén Lapuente

EL TREN DE LOS CIELOS

20081201171736-amorascensor.jpg

La noche acaba

cuando deja de sonar

el ascensor:

ese tren que te lleva

a los cielos dormidos

o desvelados.

Sin el ruido de fondo

el limpio zumbido

sube en la noche

sus cinco estaciones

y entra en mi sueño,

a intervalos,

como una pequeña

corriente eléctrica.

 

En la cabina

el sexo encuentra

su alivio rápido

y los traqueteos

vuelan por la caja

hasta perturbar

a mi inocente

y vasalla almohada.

 

Y suena breve la alarma

en la memoria de mi boca.

 

Luego,

salpica el silencio

su caricia, y casi al alba

rechina la puerta de mi casa...

 

Con la primera persiana

que enseña la alcoba…

con el primer apresurado claxon…

con la primera sirena de ambulancia…

el tren de los cielos dormidos

o desvelados,

milagrosamente,

deja de roncar.

                                                                Rubén Lapuente

01/12/2008 17:18 rubenlapuente #. DE LA VIDA ( 22 ) No hay comentarios. Comentar.

EL ENCANTADOR

20080905190906-baba.jpg

                                   a Cesar Millán

Lo dulce, lo salado,       

lo amarillo,

saliva su boca

de un agua lenta,

espesa,

que hace pompas en los labios

y cae en hilachas,

sin premura.

En la bolsa transparente,

encerrados,

el deseo se le atenúa.

Y sobre la balanza,

la delicia encuentra

su armónico,

y su desencanto:

si no hubiese un guarismo,

un metal, la manigua de caprichos

ocultaría su anhelo enfermo.

 

Como si fuese su propia bestia,

cuando baje la marea de su boca,

sosegados los sentidos,

desanudará la bolsa amarilla.

 

Caudillo de sí mismo,

fortalecido,

rozará su mano

la tapa del último best-seller

sobre la mesa:

 

“El encantador de hombres”

                     Rubén Lapuente

 

VORÁGINE

20080831213006-voragine.jpg

En la luna del escaparate

deja el cerco de sus labios.

 

El se tiende

en el lecho de la pared,

la provoca:

-No, amor no.

Sólo deseo.

Tu deseo. 

 

Como el primer viento de otoño

la pureza del desnudo

desarma  su coraza:

la envuelve  entera.

 

Las dos tersas

dunas del pecho

humedecen su boca

en la oficina.

En un nudo de la puerta

ve un valle cortado

por donde le mira

la alhaja que cerraba

aquel  ombligo.

 

Antes de dormirse

fabula con ese ariete

adormecido en la broza

que aviva con  las yemas

de los dedos.

       Y sopesa,

como una  travesura,

los dos sombríos planetas

antes de hundirse

en un  voraz

y azorado deseo.

 

La vorágine se enajena

en el cuarto cerrado

de su cabeza.

(No, amor no.

Sólo deseo.

Tu deseo)

 

En la luna del escaparate

le tiembla la mano

al darse carmín

en los labios.

 

            Rubén Lapuente

31/08/2008 21:32 rubenlapuente #. DE LA VIDA ( 22 ) No hay comentarios. Comentar.

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